¿Cómo se valoran tus habilidades profesionales en un equipo global?

Las habilidades profesionales siempre ha sido el punto de partida de cualquier carrera. A medida que cambian los mercados laborales, el desarrollo y la mejora de esas competencias son cruciales para tus objetivos profesionales. El Informe sobre el Futuro del Trabajo 2023 hace una importante contribución al establecer cuáles son las competencias con más demanda en los próximos años. Sin embargo, cuando se trabaja en entornos laborales multiculturales y globales, hay una capa adicional de consideración a tener en cuenta para que tengan mayor impacto.

Aquí hay algunas formas de gestionar tus competencias profesionales para sacarles el máximo partido en un equipo global.

El Informe sobre el Futuro del Trabajo propone las habilidades profesionales más relevantes en 2023 relacionadas con la cognición, la autoeficacia, la tecnología, el trabajo en equipo y la gestión.

También, presenta las competencias cuya demanda se espera que crezca en los próximos años. Entre las novedades destacadas del informe del Foro figuran el pensamiento sistémico, la inteligencia artificial (IA) y los macrodatos, la gestión del talento, la orientación al servicio y la atención al cliente.

A medida que estas competencias se vuelven más críticas para las operaciones empresariales, su desarrollo es crucial. La falta de estas competencias en algunas áreas también puede plantear retos a la hora de trabajar dentro de un equipo en el mismo lugar, así como en otros lugares con culturas y costumbres diversas. En este último caso, sin embargo, el valor asignado a determinadas competencias o métodos de trabajo puede cambiar con la cultura. Esto significa que no hay formas de trabajar intrínsecamente correctas o incorrectas, pero sí diversas.

Es decir, lo que se considera buena comunicación, gran liderazgo o creatividad puede variar en función de la cultura, ya sea regional o global, y por supuesto, de una persona a otra. Comprender tus formas de trabajar y tu cultura y compararlas con las de tus pares es clave para tender puentes y alcanzar el éxito, ya sea cerrar acuerdos, gestionar un equipo largo o informar correctamente al jefe de equipo. Pero para conseguirlo hay que tener en cuenta los patrones culturales y no los estereotipos.

Todas las organizaciones esperan un liderazgo excelente, una buena comunicación, un alto nivel de empatía, flexibilidad y otras habilidades percibidas para alcanzar el éxito. Sin embargo, éstas pueden parecer diferentes según las culturas.

Por ejemplo, como explican el psicólogo social Geert Hofstede y la escritora Erin Meyer, el liderazgo tiende a abarcar dos polos: igualitario y jerárquico. Así, algunas culturas pueden tender a liderar con una distancia de poder baja (por ejemplo, Dinamarca, Países Bajos o Suecia); es decir, los empleados con distinta autoridad esperan una distribución igualitaria del poder. Otras pueden tender a enfatizar una distancia de poder alta (por ejemplo, Japón, Nigeria, Corea) y esperar que los miembros del equipo mantengan las distancias y respeten las líneas jerárquicas según su nivel de autoridad. Y luego hay algunas con un enfoque que tiende a situarse en algún punto intermedio (por ejemplo, Alemania, Reino Unido, Brasil).

Una dinámica similar se aplica a la influencia social y a cómo las habilidades de comunicación e influencia cambian las ideas, acciones o comportamientos de alguien. Algunas culturas tienden a priorizar los hechos, las afirmaciones y las opiniones (como Italia, Francia y España), mientras que otras tienden a organizar su discurso en torno a argumentos teóricos y complejos (como Estados Unidos, Canadá, Australia, etc.). En algún punto intermedio entre estos estilos se pueden encontrar Argentina, Dinamarca y Brasil, entre otros.

Las expectativas culturales creadas en torno a estas competencias varían de una cultura a otra, y esta variación podría convertirse en un gran desafío. Por ejemplo, cuando un directivo espera que su empleado posea dotes analíticas y se sienta cómodo expresando su opinión dentro de un grupo, puede que a este no le guste contradecir a otros con mayor autoridad. Ese trabajador podría ser el miembro más innovador, analítico y creativo del equipo, por lo que su deferencia hacia los compañeros de mayor autoridad no le hace menos valioso.

Por lo tanto, es importante aprender a identificar las variaciones culturales y considerarlas al trabajar en equipos globales. Por eso, en equipos multiculturales, es necesario enfocar la gestión del talento desde un punto de vista intercultural.

Dominar la mayoría de las principales competencias clave desde un enfoque intercultural ayudará a los equipos a tener éxito interna y externamente en todas las culturas. Incluso más que aprender el idioma dominante en tu campo y organización, porque las competencias interculturales son las que te ayudarán a participar eficazmente. La resiliencia, flexibilidad, motivación, autoconciencia, curiosidad y aprendizaje permanente, adaptados a las variaciones culturales, son vitales para ayudar a las personas a prosperar en un equipo global.

La alfabetización tecnológica, el pensamiento sistémico y la IA y los macrodatos son las competencias del futuro - si no lo son ya. Pero, ¿quién tiene acceso a formarse en esos campos?, ¿quién tiene la oportunidad de mejorar sus competencias y desarrollarse profesionalmente?

Según Our World in Data, solo el 60% de la población mundial tenía acceso a Internet en 2020. Asimismo, del total anual de empresas de IA fundadas en 2021, el 40% procedía de Estados Unidos, con China y la Unión Europea. Esas regiones por cierto son donde se producen las mayores inversiones privadas en IA.

La educación y la alfabetización también difieren de un país a otro. Además, las desigualdades sistémicas, como los prejuicios de género, el racismo y las desigualdades de clase, también tienen un impacto negativo en la formación y desarrollo de talento.

La conclusión es que, cuando trabajas en un equipo global, tus colegas, jefes y subordinados proceden de distintas culturas y realidades en las que el valor que dan a las distintas competencias y la forma de aplicarlas pueden diferir. Por lo tanto, aprovechar lo mejor de las personas depende de adoptar continuamente una mentalidad intercultural, empatía y flexibilidad. Y eso implica tener en cuenta a los miembros del equipo de otras culturas, sus expectativas y un enfoque proactivo para tender puentes con tus pares internacionales.