La fuerza laboral no nace preparada para el futuro – hay que invertir en las personas

Las fuerzas globales, incluidos los avances tecnológicos, los cambios económicos y las tensiones geopolíticas, están reconfigurando puestos de trabajo y sectores enteros. Y aunque el 83% de los trabajadores piensan permanecer en su empresa, según el informe Global Workforce of the Future 2024 (Fuerza Laboral Global del Futuro 2024), del grupo Adecco, muchos no se sienten respaldados en sus esfuerzos por mejorar sus habilidades. Esto puede hacer que disminuya la confianza en el compromiso de las empresas con el desarrollo de su personal.

Para prosperar en la Era Inteligente – en la que la IA y los seres humanos impulsan juntos la innovación –, los empleadores deben asumir un papel proactivo en la capacitación de sus cuadros. Invertir en el desarrollo de habilidades y en el crecimiento profesional no solo equipa a los trabajadores para responder a los retos actuales y futuros, sino que también refuerza la confianza y la colaboración.

La IA es, sin duda, una de las fuerzas más transformadoras que están dando forma al lugar de trabajo, ya que casi el 40% de los puestos de trabajo a nivel mundial serán afectados por su crecimiento. Aunque la tecnología no reemplaza todos los roles, sino que los aumenta, eso también crea complejidades. Los trabajadores no se sienten preparados para su llegada: solo el 25% han recibido formación específica sobre IA, y el 40% están preocupados por su seguridad laboral a largo plazo.

Abordar esta brecha de conocimientos es crucial. Al ofrecer formación en IA, los empleadores pueden generar confianza y empoderar a sus trabajadores para sortear estos cambios con seguridad.

A pesar de la necesidad apremiante de nuevas habilidades, nuestro estudio de 2024 muestra que las iniciativas de mejora de habilidades llevadas a cabo por las empresas se han estancado por primera vez en tres años. Casi la mitad de los trabajadores (48%) creen que es responsabilidad de la empresa prepararlos para el futuro laboral, mientras que solo el 20% lo considera una responsabilidad personal. Sin un apoyo claro al desarrollo de habilidades, los trabajadores corren el riesgo de perder la confianza en sus perspectivas a largo plazo.

La solución pasa por la colaboración. Las empresas deben comprometerse activamente con sus empleados para desarrollar capacidades, ofreciendo no solo formación, sino también entornos que prioricen y estimulen el crecimiento. Algunas estrategias estructuradas, como evaluaciones periódicas de habilidades, planes de carrera personalizados y formación continua, contribuyen a crear una fuerza de trabajo flexible y versada en tecnología como la que se necesitará para el futuro.

Nuestro estudio revela que sólo el 11% de los trabajadores están "preparados para el futuro", es decir, son capaces de sobresalir en entornos inciertos y aprovechar al máximo las oportunidades emergentes. Estos trabajadores de alto rendimiento a menudo cuentan con planes de desarrollo personalizados y participan en cursos de liderazgo, lo que demuestra el impacto de la inversión intencionada en el desarrollo de habilidades.

Para ampliar este grupo, las organizaciones deben comprometerse con el desarrollo de los empleados a todos los niveles, preparando a una nueva generación de líderes para sortear el cambio. Cuando las empresas invierten en formación, muestran un compromiso tangible con el futuro de sus empleados, fomentando una cultura de confianza y alto rendimiento.

Empoderar a los empleados para que crezcan junto con la tecnología libera un potencial humano que la IA no puede replicar. En este contexto, la mejora de las habilidades no constituye solo una ventaja competitiva, sino una responsabilidad que permitirá a los trabajadores conservar el valor de sus habilidades y su empleabilidad en esta era de disrupción tecnológica.

El mundo laboral está cambiando y exige que las personas piensen fuera de la caja en términos de progresión profesional. A medida que la tecnología crea nuevas oportunidades y elimina gradualmente algunos de los roles actuales, es posible que los trabajadores ya no puedan recurrir a sus instintos.

Las herramientas de IA pueden ser útiles recurriendo a datos de mercado en tiempo real para ayudar a los profesionales a descubrir trayectorias de carrera y oportunidades que de otro modo no habrían considerado. LHH, nuestra unidad de negocio global especializada en el desarrollo de talento y la transición de carreras, ha desarrollado una herramienta de este tipo. Ezra, la división de coaching digital de LHH, también ha creado Cai – un asistente de desarrollo con tecnología de IA que propone a los empleados ideas de desarrollo profesional diseñadas para aumentar la motivación, desarrollar capacidades y cambiar comportamientos.

Las herramientas de IA no pueden sustituir a un tutor humano, pero pueden facilitar una autorreflexión más valiosa y estimulante. Esto puede ayudar a los usuarios a mantenerse activos y mejor preparados antes y entre las sesiones con su tutor humano.

Aprovechando el poder combinado de la orientación profesional humana y la IA, las empresas también pueden democratizar el coaching digital. De este modo, pueden crear una fuerza laboral flexible y resiliente, preparada para afrontar los retos que plantean las megatendencias actuales y futuras.

El mensaje es claro: los empleadores que inviertan en su personal estarán mejor posicionados para el éxito. Los trabajadores están ávidos de orientación, y las empresas tienen una oportunidad de oro para marcar el camino.

Crear una plantilla comprometida y preparada para el futuro puede garantizar el éxito de la organización. Asimismo, puede promover una cultura de trabajo en la que los empleados se sientan apoyados, valorados y listos para afrontar nuevos retos.