Por qué los datos pueden garantizar que todo el mundo se beneficie de la inversión de impacto

Dado que las preferencias del consumidor impulsan muchas de las fuerzas del mercado, el mayor consumo de medios de comunicación a partir de 2020 ha hecho que ciertos tipos de inversores se centren cada vez más en las facetas éticas, sociales y ambientales de las organizaciones a las que dan su dinero. Se ha formado una masa crítica que exige a gritos transparencia y responsabilidad.

A medida que estos sentimientos resuenan en las salas de juntas de todos los sectores, se presta cada vez más atención a la reevaluación de las normas tradicionales, una acción englobada bajo el término "inversión de impacto". Las instituciones financieras, catalizadoras de este cambio y árbitros de la mentalidad tradicional de "lo mejor para la cuenta de resultados", se enfrentan al reto de alinear las soluciones de inversión con los valores cambiantes de sus clientes, que buscan vías que no sólo produzcan beneficios, sino que también contribuyan positivamente a las sociedades y al planeta.

Estas instituciones han recurrido a los datos para comunicar a los inversores el impacto beneficioso de sus fondos. La organización Global Impact Investing Network (GIIN) estima que el tamaño del mercado de la inversión de impacto habrá alcanzado los 1,164 billones de dólares en 2022, con una expansión continua en el futuro, por lo que el potencial de enorme crecimiento y riesgo exige un enfoque basado en datos para garantizar la confianza y la transparencia.

Sin embargo, en medio de esta aceleración transformadora, persiste el escepticismo. La duda sobre la viabilidad de obtener rendimientos superiores a los del mercado, en particular cuando se canalizan fondos hacia empresas en fase inicial a menudo tachadas de alto riesgo, persigue a algunos inversores con mentalidad de impacto. Sin embargo, desafiando estas dudas, un informe de Cambridge Associates de 2022 señalaba que más del 40% de las instituciones encuestadas prevén adoptar la inversión sostenible en un plazo de dos años. Esto indica que el panorama está cambiando rápidamente.

A imagen y semejanza de la industria de inversión ortodoxa, esta moderna industria de impacto requiere un sistema subyacente de mediciones verificables. Los sistemas digitales son el núcleo de dicho sistema. En lo que respecta al informe de GIIN Impact Measurement and Management (IMM) de este año, superar obstáculos como las disparidades tecnológicas mundiales y la fiabilidad de los datos es fundamental para integrar urgentemente la confianza en las estrategias de inversión de impacto. Otros retos que persisten de forma obstinada son la estandarización de las mediciones y la creación de incentivos para el intercambio generalizado de datos. Se plantea una cuestión esencial: ¿Pueden los datos convertirse rápidamente en el adhesivo que mantenga unido un sistema global, transindustrial y con múltiples partes interesadas?

En esencia, la inversión de impacto consiste en extender el objetivo financiero tradicional de rentabilidad del mercado a objetivos sociales y ambientales. Como ya ocurre en todo el sector financiero, los datos son la piedra angular de la toma de decisiones de impacto, donde el 78% de los inversores emplean datos de rendimiento de impacto en sus procesos de preselección y selección de inversiones. Gracias a datos precisos y holísticos, los inversores de cualquier sector pueden evaluar meticulosamente las posibles ramificaciones de sus inversiones. Ya sea canalizando fondos hacia energías renovables, iniciativas de agua limpia o apoyando a empresas sociales que fomentan el empleo inclusivo, los datos son el eje para descubrir oportunidades de obtener beneficios sociales, ambientales y financieros aún por explotar.

Los esfuerzos de colaboración de inversores como Leandro Pisaroni, socio general de Kalei Ventures, y visionarios como Ady Beitler, cofundador y CEO de Nilus y Top Innovator de UpLink, ponen de relieve el papel fundamental de los datos para impulsar un impacto significativo.

Leandro defiende un enfoque holístico de los datos, abogando por el uso de fuentes no tradicionales para evaluar el impacto social de forma integral. Sus ideas reflejan la relación simbiótica entre inversores y emprendedores, en la que los datos se convierten en el requisito previo para una toma de decisiones informada, fomentando la confianza y la transparencia.

Ady, por su turno, ofrece una imagen vívida de la misión de Nilus: aliviar la "prima de pobreza" haciendo más accesibles los alimentos saludables. Su estrategia, basada en datos granulares, refleja el espíritu de colaboración entre inversores y emprendedores. La ronda de financiación inicial de Nilus, dirigida por Kalei Ventures, no solo proporcionó apoyo financiero, sino que desempeñó un papel de asesoramiento práctico, ejemplificando la armoniosa asociación necesaria para un crecimiento con impacto.

Nilus se enfrenta a desafíos, como la fluctuación de los precios en Argentina, pero su compromiso de ser el minorista líder de América Latina se mantiene inquebrantable. Ady subraya la continua aplicación de estrategias basadas en datos para perfeccionar sus ofertas. Esta historia de éxito va más allá de Nilus: es un testimonio del potencial transformador cuando los inversores y los emprendedores alinean sus objetivos, explotando los datos como fuerza impulsora de empresas sostenibles y de impacto.

El ascenso de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el análisis de grandes volúmenes de datos abren nuevas vías para generar conocimientos más profundos y mediciones de impacto más sofisticadas. Por ejemplo, la IA puede analizar la interconexión de diversos factores sociales y ambientales, proporcionando una comprensión holística del panorama de impacto más amplio.

La atención que se presta actualmente a estas tecnologías brinda también la oportunidad de aplicar lecciones de la inversión tradicional pero creando al mismo tiempo un sistema más equitativo. El cambio climático afectará de forma desproporcionada a los países del Sur Global. Otras soluciones a causas sociales, como la pobreza y el acceso a la educación, se centrarán sin duda en geografías similares. Estos países también han recibido históricamente menos apoyo al desarrollo por parte de los sistemas financieros mundiales. La creación de sistemas financieros equitativos requiere sistemas de datos equitativos, por lo que el desarrollo digital de las zonas con escasez de datos debe preceder la inversión con impacto verdadero.

Para algunos, los datos no son sólo una herramienta, sino una fuerza catalizadora en un sistema tradicional y burocrático. Así lo subraya Pekka Halla, asociado principal de AlphaMundi Group, gestora suiza de fondos de impacto: "El reto está en encontrar el equilibrio adecuado entre métricas estandarizadas que permitan la compatibilidad y métricas precisas adaptadas para captar el impacto único de cada empresa o proyecto."

Adoptar enfoques basados en datos no es sólo una opción, sino una necesidad en nuestro mundo globalizado pero fragmentado. Halla subraya la importancia de encontrar un equilibrio entre las normas de notificación de datos y las metodologías de datos innovadoras. La respuesta a esta cuestión burocrática podría, en última instancia, desatar los beneficios de estas empresas tan bien financiadas.