Sociedad Civil

Cuatro formas de ser un aliado en la lucha contra el racismo

Desde las peticiones hasta la política, los blancos y las personas de color no negras pueden ayudar a poner fin a la injusticia racial sistémica.

Desde las peticiones hasta la política, los blancos y las personas de color no negras pueden ayudar a poner fin a la injusticia racial sistémica. Image: Reuters/Emily Elconin

Sarah Shakour
Madeleine Hillyer
U.S. Media Specialist, World Economic Forum

La brutalidad policial es solo una manifestación superficial de un racismo sistémico más profundo.

• Este racismo arraigado afecta a los estadounidenses negros en el mercado laboral, en el lugar de trabajo, en las casillas de votación, en los entornos urbanos y mucho más.

• Las personas blancas y las personas de color no negras deben emprender medidas conscientes y actividades educativas para combatir el problema.

El asesinato de George Floyd bajo custodia policial derivó en protestas masivas en más de 140 ciudades de los Estados Unidos y en 20 países de todo el mundo. Unas protestas centradas en la brutalidad policial, pero que también apuntan a un racismo estructural y sistémico latente hoy en día en la mayoría de los países.

Ahora que estos problemas globales de larga data han pasado a la vanguardia de los debates actuales, se abren interrogantes sobre cómo aliarse al movimiento contra el racismo hacia las personas negras. Para ser un aliado, tal vez haya que desaprender las enseñanzas que alguna vez consideramos ciertas; este viaje continuo implica educarnos en la materia y tomar la iniciativa. Estos son algunos recursos y un poco de contexto histórico para las personas blancas y las personas de color no negras que quieran ser aliadas.

1. Comprender que el racismo sistémico va más allá de la brutalidad policial

Un ejemplo temprano de la brutalidad policial contra afroamericanos desarmados es la paliza de 1991 a Rodney King en Los Ángeles. El video pixelado de su agresión fue reproducido durante días en los medios nacionales. Casi 30 años después, el asesinato de George Floyd ha sido compartido en la televisión y las redes sociales. La era digital ha sido determinante en la captación de agresiones injustas por parte de la policía y ha amplificado el mensaje a millones de personas al compartir etiquetas, retuitearlas y convertirlas en tendencia. La muerte de George Floyd puso de nuevo sobre la mesa la cuestión del racismo sistémico, pero comprender el fondo del problema va más allá de la brutalidad policial.

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El racismo sistémico existe en las estructuras bancarias, educativas e incluso en los negocios. Está arraigado en casi todos los aspectos del desenvolvimiento de las personas en las sociedades y afecta de forma desproporcionada a las personas negras. Los afroamericanos no están suficientemente representados en puestos de liderazgo en todos los sectores comerciales, encuentran dificultades para acceder a viviendas de calidad, tienen bastante más representación en el sistema de justicia penal y sus experiencias en materia de asistencia sanitaria contrastan con las de los ciudadanos blancos y no negros.

En los Estados Unidos, el coronavirus ha exacerbado el desempleo, afectando especialmente a la comunidad negra. Incluso estando empleado, un trabajador negro gana solo el 62 % de lo percibido por un trabajador blanco.

El racismo sistemático afecta a los empleos e ingresos de los afroamericanos.
El racismo sistemático afecta a los empleos e ingresos de los afroamericanos. Image: Business Insider

El racismo y la injusticia subyacen desde las acciones discriminatorias más evidentes hasta las políticas más subrepticias. Algunos ejemplos históricos en los Estados Unidos son los impuestos electorales y las pruebas de alfabetización, que exigían a los ciudadanos pagar su derecho al voto y excluían a las personas que no podían leer. Esta táctica marginaba a las comunidades de bajos ingresos.

Puede que se haya prohibido la segregación en las ciudades de todo Estados Unidos, pero en la práctica sigue existiendo. Basta con mirar la división norte-sur de Chicago, el 8 Mile Road de Detroit y la considerable gentrificación en ciudades importantes, como Oakland y San Francisco. Las diferencias de ingresos entre blancos y negros son moneda corriente y explican las escasas opciones de los estadounidenses negros para obtener un préstamo para adquirir vivienda o montar un negocio, así como las desigualdades educativas para los niños y las oportunidades de trabajo más difíciles de encontrar. El círculo vicioso del racismo sistémico se manifiesta en múltiples formas, por lo que resulta aún más difícil de romper.

2. Pronunciarse contra el racismo en el lugar de trabajo y apoyar a los colegas negros

Desafortunadamente, los profesionales negros siguen sin estar representados de manera suficiente en la fuerza laboral, pese a que más de ellos han conseguido títulos universitarios. (Así, por ejemplo, en 2018, el 31 % de las personas negras en los Estados Unidos obtuvieron un título universitario o superior, frente al 16 % en 1992). Esta falta de visibilidad se evidencia particularmente en los puestos de liderazgo ejecutivo, donde solo el 3,3 % de los cargos están cubiertos hoy en día por empleados negros. Si su organización carece de diversidad, hay varias formas de abordar el problema con sus colegas y asegurarse de que sea una organización responsable:

• Fomente grupos de apoyo para que sus empleados negros, indígenas y de color (BIPOC) compartan experiencias y encuentren formas de combatir el racismo.

• Si su organización no tiene un equipo de diversidad e inclusión, empiece a pensar en cómo crear uno. Las empresas que aprovechan la diversidad y la inclusión tienen más probabilidades de mejorar resultados y atraer a los mejores talentos.

• Ofrezca programas de mentoría para los empleados BIPOC con el fin de garantizar que tengan las mismas oportunidades y posibilidades de ascenso.

Además de las barreras sociales, los empleados negros deben afrontar a menudo la discriminación de sus propios compañeros de trabajo. De hecho, una encuesta reciente de Glassdoor desveló que tres de cada cinco trabajadores en los Estados Unidos habían visto o sufrido discriminación en el trabajo. Si bien el racismo puede ser evidente, a menudo se expresa en forma de microagresiones, y puede que no se esté abordando adecuadamente en los cursos sobre sensibilidad cultural. Hablar sobre temas raciales suele ser el primer paso para combatir el racismo sistémico en el lugar de trabajo.

Como colega no negro, es importante mostrar su solidaridad y condenar todo tipo de injusticias contra los negros. Pero también hay otras maneras de apoyar a sus colegas negros, comenzando simplemente por escuchar. Estar presente y escuchar sus experiencias es ya una muestra de apoyo. Como empresa, es vital garantizar que existan lugares seguros donde los empleados se sientan capaces de hablar sobre lo que está sucediendo.

Otra forma de combatir el racismo es educarse para comprender mejor la perspectiva de sus colegas negros. Hay varios libros que explican el privilegio blanco y cómo comenzar a advertir el racismo sistémico. También, el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana ha lanzado un programa en línea que le ayudará a conocer más sobre la raza mediante diferentes ejercicios y videos.

3. Abordar el racismo en la educación

Los estudiantes negros se topan con más barreras que sus pares blancos en el entorno educativo, desde sufrir una cantidad desproporcionada de suspensiones hasta acumular más deuda estudiantil. Todo comienza en la escuela. Hace más de 60 años, la segregación entre niños blancos y negros terminó en la Corte Suprema de los Estados Unidos con el caso Brown contra el Consejo de Educación. No obstante, en muchas escuelas pervive la segregación y el desequilibrio a causa de las desigualdades económicas y sociales que sufren las comunidades afroamericanas. Las escuelas mayormente frecuentadas por niños negros casi nunca reciben financiación. Aunque se han prohibido muchas de las anteriores leyes de la era de Jim Crow, el debate sobre la segregación en las escuelas y en el sistema educativo actual es casi nulo.

Asegurar una educación equitativa para los estudiantes negros requiere tomar medidas en todos los niveles. Existen múltiples maneras de aprender y de implicarse para combatir el racismo en la educación:

• Muy pocos libros infantiles tienen protagonistas no blancos. Aquí hay algunos libros infantiles con personajes negros y de color para leer durante las vacaciones de verano.

• Un episodio de podcast que analiza el fallo del caso Brown contra el Consejo de Educación y la importancia de contar con maestros negros en las escuelas.

• La Fundación Schott para la Educación Pública es un recurso estadounidense que ofrece información sobre la injusticia racial en el sistema educativo y anima a emprender acciones para implicarse en sus comunidades.

• En la sección Code Switch del sitio web de la Radio Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés) se enumeran podcasts, películas y libros sobre el racismo sistémico, la desigualdad en las escuelas y cómo tener conversaciones más profundas y reflexivas.

4. Peticiones y compromiso político

El racismo actual hacia las personas negras es fruto de un racismo sistémico obviado durante décadas que ha calado hondo, para cuyo arreglo se requerirán esfuerzos públicos sostenidos.

Las protestas, las peticiones y las llamadas a la acción de las últimas semanas han empezado a cambiar las políticas comerciales y de gobernanza en ciudades, estados y países de todo el mundo. La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés), que había amenazado con multar a los equipos cuyos jugadores se arrodillaran durante el himno nacional, ha cambiado su postura desde las protestas por la muerte de George Floyd y ha apoyado al movimiento Black Lives Matter.

Tras el asesinato de una mujer negra desarmada en su casa, la ciudad de Louisville, Kentucky, promulgó la Ley Breonna Taylor para prohibir las órdenes de allanamiento sorpresa. Estas reformas no se limitan a los Estados Unidos: Berlín se convirtió en el primer estado alemán en aprobar una ley que prohíbe a las autoridades públicas, como la policía, detener a las personas por motivos de raza, género u orientación sexual.

La acción política de los gobiernos y otros actores en la toma de decisiones requerirá un compromiso continuo. Es por ello que otra forma de combatir el racismo es comunicarse con los líderes políticos locales y nacionales o firmar peticiones para demostrar su apoyo en su comunidad. Change.org es un buen lugar para comenzar, si se buscan peticiones a nivel nacional o internacional. Dado que muchas regiones y países experimentan el racismo de manera diferente, también conviene buscar recursos locales para las políticas que pueden tener un mayor impacto en su comunidad.

Alicia Garza, una de las fundadoras de Black Lives Matter, fue distinguida por el Foro Económico Mundial como una de los Jóvenes Líderes Mundiales de 2020. Su organización ha ido creciendo y ahora cuenta con varias representaciones locales de Black Lives Matter en todo el mundo; encontrar una en su zona puede brindarle información sobre cómo involucrarse mejor con los organizadores locales.

Las redes sociales también pueden ser un medio idóneo para averiguar qué cambios políticos solicitan los activistas en su comunidad. A continuación, se presentan algunas de las principales cuentas contra el racismo hacia las personas negras y la brutalidad policial:

NAACP

Hay múltiples formas en las que los aliados pueden implicarse en la lucha contra la injusticia racial. Lo más eficaz que puede hacer un aliado es implicarse, seguir participando y continuar educando a los demás sobre el movimiento contra el racismo hacia las personas negras.

Descubre

¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en el ámbito de la diversidad, equidad e inclusión?

Recursos

Toward a Racially Just Workplace – Harvard Business Review

Recursos para personas de color no negras

Recursos sobre cómo tener conversaciones raciales en el trabajo

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