Los 10 mandamientos del ‘public speaking’
Image: REUTERS/Candace Elliott - RC1CB4057C00
Saber hablar en público es una habilidad muy necesaria y cada vez más requerida en el mundo de la empresa. No obstante, aún son pocas (aunque cada vez menos) las personas que dominan la oratoria en público. En esta fotogalería repasamos los diez mandamientos del ‘public speaking‘ según Nick Morgan, colaborador de Forbes USA.
Tienes que tratar de parecerte lo menos posible a un candidato a la presidencia del país, es decir, no debes prometer mil cosas y tratar de convencer de lo bueno que eres como si fueras un producto.
Si a la audiencia no le gusta lo que dices, el discurso no vale para nada. La audiencia tiene el poder. Habla para quienes te escuchan, adapta tu discurso a ellos si sabes quienes son. Asegúrate el éxito en parte con un poquito de esfuerzo previo.
Ni Power Point ni KeyNote, Prezi o cualquier otra herramienta para elaborar presentaciones. La presentación debe ser sólo un apoyo visual, pero el discurso lo tienes que dar tú, no cargues el peso en ellas.
El humor es una cosa muy personal y, a menos que estés entre familiares o amigos, debes evitarlo. Al menos para empezar. La probabilidad de no caer bien por una broma inicial es del 90%. Mejor prevenir.
No hace falta que parezca que estás interpretando un dueto de Raphael y Rocío Jurado, ambos con un carisma y talento arrollador, pero ponerle un poco de entusiasmo a lo que dices nunca está de más. El tono lineal aburre a cualquiera.
Cuenta tus vivencias, anécdotas, experiencias, eso sí, que vengan al caso, sean algo detalladas y ayuden a contar lo que quieres transmitir. Si las historias que cuentas no interesan sólo conseguirás parecer el típico veterano de guerra sabelotodo de peli americana.
No utilices un discurso para vender y si lo haces al menos sé sutil, no parezcas un anuncio de la Teletienda. Si la gente intuye un discurso puramente comercial lo más común es que desconecte y deje de atender a lo que estás diciendo.
Es decir, de lo bien que te queda el traje, de lo despistado que estás hoy, de la cantidad de cosas que tienes que hacer… A nadie le importa, seamos realistas. Este tipo de chácharas y lamentos sólo empañan un buen discurso. Ve al grano con elegancia.
Es decir, ni hablarás bajito, ni te darás la enhorabuena por lo buenas que son tus diapositivas, ni discutirás contigo mismo acerca de los datos mal puestos. Tienes que interactuar con el público, haz alguna llamada de atención, asegúrate de que están atentos.
Aunque sea poco el tiempo que te den para realizar tu discurso o tengas problemas técnicos al empezar, no comiences excusándote por ello. Trata de ajustarte lo máximo posible y que no parezca que ibas a contar algo grandioso para lo que necesitabas demasiado tiempo y que luego no sea así y los espectadores te vean como un exagerado.
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