8 líderes mundiales comparten cómo cerrar la brecha sanitaria de las mujeres

Las mujeres sanas son la base de sociedades y economías robustas y prósperas. A pesar de ello, los problemas de salud de las mujeres han estado históricamente poco estudiados, financiados e subvalorados.

Según un informe de enero de 2024 elaborado por el Foro Económico Mundial en colaboración con el Instituto McKinsey de la Salud, las cargas sanitarias que soportan las mujeres son sistemáticamente subestimadas, y las mujeres tienen más probabilidades de enfrentarse a obstáculos para recibir atención sanitaria.

La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer es una plataforma mundial multisectorial de confianza para la salud de la mujer, basada en la innegable evidencia de que invertir en la salud de la mujer es la mejor inversión que se puede hacer para las sociedades y las economías. La Alianza representa una gran oportunidad para movilizar el compromiso de múltiples partes interesadas con el fin de cerrar la brecha sanitaria de la mujer, entre otras cosas mediante una financiación innovadora, el apoyo a la innovación en la salud de la mujer y la defensa de la importancia de la salud de la mujer para impulsar los avances sociales y económicos. La reducción de la brecha sanitaria de la mujer impulsaría la economía mundial en 1 billón de dólares anuales, lo que supondría un aumento del 1,7% del PBI per cápita.

En este Día Internacional de la Mujer, ocho miembros de la Junta Directiva de la Alianza Mundial para la Salud de la Mujer han compartido sus opiniones sobre algunos de los aspectos de la salud de la mujer más desatendidos o a los que se ha dado menos prioridad, y han explicado cómo puede contribuir la Alianza a abordar estas cuestiones.

En la actualidad, cuatro de cada diez mujeres embarazadas padecen anemia o carencia de hierro. Las consecuencias pueden ser devastadoras: desde frenar el desarrollo cerebral y el crecimiento del bebé hasta provocar que la madre muera desangrada tras el parto. La Alianza se ha comprometido a aumentar la atención y los recursos, para que todas las madres puedan tener un embarazo seguro y todos los bebés puedan tener un comienzo saludable en la vida. Acabar con la anemia, incluso mediante vitaminas prenatales, podría salvar la vida de casi 800.000 niños y aportar más de 110.000 millones de dólares a la economía. Juntos trabajamos para salvar la vida de las mujeres y fomentar un mundo más sano, resistente e igualitario.

Un aspecto de la salud de la mujer al que se ha dado una prioridad inaceptablemente baja es la integración de los servicios sanitarios para mujeres en la prevención, preparación y respuesta ante pandemias. Para crear sistemas sanitarios verdaderamente resistentes, debemos garantizar que los problemas de salud de las mujeres estén adecuadamente representados en el desarrollo de herramientas de diagnóstico, medicamentos y vacunas, y que haya equidad en el acceso a las innovaciones sanitarias. La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer puede apoyar este objetivo concienciando y facilitando la investigación dentro de una comunidad de múltiples partes interesadas sobre los diversos aspectos de la salud de la mujer que deben tenerse en cuenta durante las emergencias sanitarias y las pandemias, y abogando por construir sistemas sanitarios resilientes y equitativos, basados en la atención integral, que garanticen que las mujeres no se queden atrás.

Las disparidades de sexo y género en la salud han sido históricamente pasadas por alto en la investigación biomédica. Para acelerar el progreso, el Mapa de Oportunidades de Innovación de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. y la Fundación Bill y Melinda Gates destacó las áreas de mejora: datos, diseño de la investigación, política, innovación, determinantes sociales, formación y asociaciones. Para hacer frente a estos retos, son esenciales los enfoques innovadores, la colaboración y los recursos. La Iniciativa de la Casa Blanca para la Investigación sobre la Salud de la Mujer anunció un sprint de innovación de 100 millones de dólares, lo que constituye un ejemplo audaz para la financiación estadounidense. A escala mundial, se necesita liderazgo y capacitación en los países de renta baja y media (PRMB). La Academia Nacional de Medicina, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, pondrá en marcha una beca para impulsar la I+D internacional en salud de la mujer, que ayudará a los líderes de estos países a mejorar sus competencias y crear redes de política científica e innovación.

La colaboración entre las diversas partes interesadas es esencial. La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer del Foro ofrece un vehículo clave para avanzar eficazmente en la búsqueda de soluciones, reuniendo a diversas partes interesadas públicas y privadas, definiendo indicadores mundiales de progreso y promoviendo el intercambio internacional de mejores prácticas.

Un aspecto de la salud de la mujer que a menudo se descuida es la salud mental, en concreto los problemas de salud mental durante el embarazo, como la depresión y la ansiedad posparto. La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer puede contribuir concienciando, abogando por mejores sistemas de detección y apoyo y promoviendo el acceso a servicios de salud mental para las mujeres durante y después del embarazo. Además, puede facilitar la investigación y la colaboración para desarrollar intervenciones y recursos adaptados a las mujeres de todo el mundo.

Necesitamos abordar urgentemente la brecha de género en la atención sanitaria. El hecho de que las mujeres tengan un 50% más de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas erróneamente tras sufrir un infarto subraya el reto al que nos enfrentamos actualmente. La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer puede ayudar a invertir la tendencia y sensibilizar a la opinión pública para que las mujeres tengan la misma representación en todos los aspectos de la atención sanitaria. Si cerramos la brecha en la salud de las mujeres, podemos impulsar potencialmente la economía mundial en 1 billón de dólares anuales de aquí a 2040, por lo que todas y cada una de las personas tenemos un papel que desempeñar.

Hace tiempo que se debería haber cerrado la brecha sanitaria de las mujeres. Hay que empezar por reconocer que no se trata sólo de resolver un problema de las mujeres. Se trata del futuro de la salud y el bienestar de toda la población mundial. El problema es complejo y está muy arraigado: se expresa en las políticas, en la ciencia, en la asignación del presupuesto sanitario, en la prestación de servicios y en los datos. Como proveedores de soluciones en salud materna y medicina reproductiva, en Ferring lo sabemos mejor que nadie. La complejidad puede parecernos desalentadora e insuperable, pero retos similares ya se han abordado y superado con éxito anteriormente, y no disminuirán si esperamos. El momento de unirnos y actuar es ahora.

Tres décadas después de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, el mundo ha sido incapaz de aprovechar el potencial que supone garantizar la igualdad de acceso a la educación, el empleo y las oportunidades económicas para las mujeres y las niñas, así como los beneficios colaterales que pueden obtenerse, no sólo para la salud de las mujeres, sino como piedra angular del progreso nacional y el desarrollo sostenible. La Alianza Mundial para la Salud de la Mujer debe crear asociaciones que catalicen la acción multisectorial, en línea con el tema del Día Internacional de la Mujer de este año: "Invertir en las mujeres: Acelerar el progreso" para garantizar que la inversión en la salud de la mujer sea tangible y estratégica, sin dejar a nadie atrás. Debemos reformular la narrativa hacia la equidad sanitaria y el empoderamiento de todas las niñas y mujeres, en consonancia con los ODS.

Todas las adolescentes tienen derecho a sobrevivir y prosperar. Sin embargo, las inversiones en la salud de las adolescentes siguen sin ser prioritarias, lo que contribuye a una brecha de género en la salud con consecuencias potencialmente devastadoras para las niñas y sus comunidades. No podemos dejar atrás a las 600 millones de niñas adolescentes del mundo. Tienen el potencial de convertirse en la mayor generación de agentes de cambio que el mundo jamás haya visto, contribuyendo a la prosperidad de las sociedades y las economías. Invertir en la salud física, mental y reproductiva de las niñas puede generar beneficios económicos y sociales hasta diez veces superiores a su costo, lo que la convierte en una inversión que contribuye a un mundo más equitativo y próspero para todos.