5 lecciones de la colaboración público-privada para acelerar la igualdad de género

En medio de múltiples crisis globales, mejorar la paridad de género está cayendo en la lista de prioridades mundiales. Si no se redoblan los esfuerzos, harán falta otros 131 años para cerrar las brechas de género a escala mundial, según el Informe Global sobre la Brecha de Género 2023 del Foro.

Sin embargo, la paridad de género sigue siendo una parte fundamental de la solución a muchos de los retos a los que se enfrenta el mundo. Puede impulsar un crecimiento más sostenible, la estabilidad económica y la resiliencia. A medida que se acelera la transición verde y tecnológica, también puede impulsar una mayor innovación y diversificación económica.

La puesta en marcha de Iniciativas de la Paridad de Género en América Latina durante los últimos siete años nos ha enseñado que la colaboración público-privada puede desempeñar un papel clave a la hora de reavivar el progreso en materia de paridad de género.

Las Iniciativas de Paridad de Género son plataformas nacionales de colaboración público-privada cuyo objetivo es promover la participación de la mujer en la fuerza laboral, la igualdad salarial y el liderazgo, y afianzar la paridad de género en el futuro del trabajo. El modelo de las Iniciativas implica a ministros de Estado y CEO de empresas como copresidentes, involucrando a los 50-100 mayores empleadores nacionales. Los países se adhieren al modelo durante tres años e impulsan su impacto mediante una combinación de medidas públicas y privadas.

En 2016, el Foro Económico Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) unieron fuerzas para poner en marcha las primeras Iniciativas de Paridad de Género. En 2019, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) se unió a esta alianza.

Siete años después, nueve países de la región han creado Iniciativas de Paridad de Género: Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá y República Dominicana. Desde el avance de la reforma de la política de cuidados en Chile, Colombia y Costa Rica, pasando por la creación de programas de certificación de género para empresas en Argentina y Panamá, hasta la contribución al cierre de las brechas salariales de género en el sector privado de Chile, estas iniciativas han demostrado su éxito en el avance de políticas y programas que mejoran el acceso de las mujeres a las oportunidades económicas.

Como se detalla en la reciente publicación del BID, hay algunas lecciones importantes que pueden extraerse de los últimos siete años de exitosa coimplementación de las Iniciativas en América Latina:

Uno de los factores clave del éxito de las Iniciativas en América Latina y el Caribe ha sido la participación de Ministros de Finanzas, Economía, Trabajo, Comercio y Producción como copresidentes de la iniciativa. Su participación señala la importancia económica y los beneficios de cerrar las brechas de género, y es clave para el compromiso y el éxito de la participación del sector privado.

Una característica importante del modelo de las Iniciativas es que reúnen a líderes del más alto nivel. Cada Iniciativa está copresidida por ministros y CEO, y el compromiso de estos ejecutivos es clave para garantizar que la Iniciativa sea capaz de impulsar un cambio sistémico en las políticas, prácticas empresariales, normas y mentalidades en un corto período de implementación de tres años. Además, dado que los hombres siguen ocupando la mayoría de los puestos de liderazgo público y privado en América Latina, las Iniciativas proporcionan un espacio público poco frecuente en el que los líderes masculinos pueden apoyar a las cuestiones de género, concienciando y dando visibilidad a las consecuencias de las brechas económicas de género.

Dada la naturaleza sistémica de las brechas económicas de género, puede resultar abrumador seleccionar solo cinco o diez acciones en las que centrar las Iniciativas. Donde hemos visto que las Iniciativas crean más valor es en el aprovechamiento de las iniciativas y políticas ya existentes, y en el apoyo a su desarrollo o aplicación a través de la acción conjunta público-privada. En Colombia, una colaboración única entre el Ministerio de Trabajo y el Grupo Éxito, uno de los principales minoristas del país, condujo al diseño de Equirutas, una herramienta para diagnosticar las brechas de género y adoptar las mejores prácticas empresariales para cerrarlas. En Costa Rica, la Iniciativa apoyó el pilotaje de un nuevo modelo de copago de cuidados, Gane Tr3s, en el que las empresas, las familias y el gobierno comparten el coste del cuidado de los niños. Y en Ecuador, la Iniciativa desempeñará un papel clave en la aplicación de la Ley de Economía Violeta, que incorpora la paridad de género en la fuerza laboral mediante una combinación de requisitos e incentivos para el sector privado.

Las Iniciativas proporcionan una plataforma para que los gobiernos y las empresas intercambien conocimientos y experiencias con otros países, tanto a escala regional como mundial, a través de una red global. Los nueve países latinoamericanos que implementan Iniciativas de Paridad de Género forman parte de la Red Global de Aceleradoras Nacionales (Global Country Accelerators) del Foro, que proporciona una plataforma para el intercambio de ideas, experiencias y mejores prácticas entre más de 30 países que están acelerando su progreso en paridad de género, empleo, educación, habilidades e innovación. Durante la pandemia de COVID-19, el BID convocó virtualmente a las Iniciativas de la región para desarrollar una serie de informes y herramientas que arrojan luz sobre el impacto diferenciado de la pandemia por género y la necesidad de un proceso de reactivación económica sensible al género.

En varios países de la región, las Iniciativas se han integrado plenamente en las estructuras administrativas gubernamentales, lo que garantiza su sostenibilidad frente a futuras transiciones gubernamentales. En 2018, la gobernanza de la Iniciativa de Panamá se institucionalizó mediante la creación del Consejo Nacional de Paridad de Género. Y en 2021, Costa Rica estableció por decreto la Comisión de Alto Nivel para la Participación Igualitaria de las Mujeres en la Economía, incluyendo su Iniciativa en la agenda nacional para cerrar las brechas de género. Tales esfuerzos demuestran tanto el valor que han generado las Iniciativas como el papel clave que pueden seguir desempeñando a medida que los países avanzan hacia la paridad de género.

El impacto que las Iniciativas de Paridad de Género han logrado en la puesta en marcha y el avance de políticas, normativas y programas para cerrar las brechas económicas de género demuestra la importancia de la acción conjunta de los sectores público y privado. Esperamos que estas iniciativas se conviertan en una característica permanente de los esfuerzos nacionales para avanzar hacia la paridad de género.