Coronavirus: 9 cosas que los científicos todavía no saben sobre el virus
Una mujer cose máscaras protectoras en una fábrica que produce equipo quirúrgico esterilizado y ropa médica, mientras Egipto intensifica sus esfuerzos para frenar la propagación de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Sadat, Egipto, 15 de marzo de 2020. Image: REUTERS/Mohamed Abd El Ghany - RC2TVF9XXKT1
Parece como si hubiera pasado una eternidad, pero el mundo apenas supo del coronavirus en diciembre.
A pesar de los increíbles esfuerzos de los científicos en todo el planeta, todavía hay mucho que no entendemos y ahora todos formamos parte de un experimento global en la búsqueda de respuestas.
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en relación con el brote de coronavirus?
Aquí te presentamos algunos de los grandes interrogantes que persisten sobre el coronavirus que ha dejado miles de muertos en todo el mundo.
Esa es una de las preguntas más básicas, pero también una de las más cruciales.
Se han reportado cientos de miles de casos confirmados en todo el mundo, pero esa es sólo una fracción del número total de infecciones. Y las cifras son aún más confusas debido a la incógnita de casos asintomáticos, aquellos que tienen el virus, pero no se sienten enfermos.
El desarrollo de una prueba de anticuerpos les permitirá a los investigadores saber si alguien ha tenido el virus. Sólo entonces podremos entender qué tan lejos o qué tan rápido se está propagando el coronavirus.
Hasta que no sepamos cuántos casos ha habido, es imposible cerciorarnos de la tasa de mortalidad.
Actualmente se estima que aproximadamente 1% de las personas infectadas del virus mueren. Pero, si hay un gran número de pacientes asintomáticos, la tasa podría ser más baja.
Los principales síntomas del coronavirus son la fiebre y una tos seca. Esos son de los que se debe estar pendiente.
Dolor de garganta, jaqueca y diarrea también se han reportado en algunos casos y hay creciente especulación en torno a que la pérdida del olfato puede afectar a algunas personas.
Pero la pregunta más importante es si los síntomas leves relacionados a una gripe, como moqueo nasal o estornudos, se presentan en algunos pacientes.
Los estudios señalan que esta es una posibilidad y que las personas podrían ser potencialmente infecciosas sin saber que son portadoras del virus.
Los niños definitivamente pueden contagiarse de coronavirus. Sin embargo, la mayoría desarrollan síntomas leves y hay relativamente pocas muertes infantiles comparadas a las de otros grupos generacionales.
Normalmente, los niños son "superpropagadores" de enfermedades, en parte porque se mezclan con muchas personas (frecuentemente en lugares de esparcimiento). Pero, con este virus, no está claro hasta qué punto contribuyen a propagarlo.
El virus surgió en Wuhan, China, a finales de 2019, cuando hubo un foco de casos en un mercado de animales.
El coronavirus, oficialmente llamado SARS-CoV-2, está estrechamente relacionado a los virus que infectan a murciélagos, pero se cree que este virus pasó de los murciélagos a una misteriosa especie animal que luego se lo pasó a los humanos.
Ese “eslabón perdido” sigue siendo desconocido y podría ser una fuente de infecciones adicionales.
Las gripes y la influenza son más comunes en los meses de invierno que en el verano, pero todavía no se sabe si las temperaturas más cálidas en el hemisferio norte alterarán la propagación del virus.
Los asesores científicos del gobierno británico advirtieron que no está claro si se trata de un efecto estacional. Si lo es, piensan que es probable que sea menor que el de las gripes y la influenza.
Si hay una importante reducción de casos de coronavirus durante el verano boreal, existe el peligro de que se disparen en el invierno en el hemisferio sur, cuando los hospitales también estarán ocupados lidiando con el ingreso de pacientes afectados por los tradicionales virus de la temporada.
Covid-19 es una infección leve para la mayoría de las personas. No obstante, alrededor del 20% desarrolla una enfermedad severa. ¿Por qué?
El estado del sistema inmunológico de una persona parece ser parte del problema y también puede haber un factor genético.
Si se logran entender, se podrían encontrar maneras para evitar que las personas tengan que entrar en cuidados intensivos.
Ha habido mucha especulación, pero poca evidencia, de cuánto puede perdurar cualquier inmunidad que hayamos desarrollado contra el virus.
Los pacientes que hayan combatido el virus con éxito deben haber desarrollado una respuesta inmunológica. Sin embargo, como la enfermedad ha estado presente sólo unos cuantos meses, faltan datos a largo plazo.
Los rumores de pacientes sufriendo una segunda infección se pueden deber a que las pruebas iniciales incorrectamente los daban como libres del virus.
El tema de la inmunidad es vital para comprender qué será lo que va a suceder a largo plazo.
Los virus mutan todo el tiempo, pero la mayoría de los cambios a su código genético no presentan diferencias significativas.
Como regla general, se espera que a medida que los virus evolucionan se vuelvan menos mortales a largo plazo, pero eso no está garantizado.
La preocupación es que si el virus muta, el sistema inmunológico ya no podrá reconocerlo y la vacuna específica que se haya desarrollado ya no funcionará (como sucede con la influenza).
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