El número de países con permisos de paternidad aumenta casi un 40% en los últimos nueve años
Image: REUTERS/Sumaya Hisham
Según datos del Banco Mundial, que ha analizado 187 países en un reciente informe, los que tienen algún tipo de licencia a la que pueden acogerse los padres tras tener un hijo ha pasado de los 77 de 2009 a los 107 de 2018, un 39% más.
La mayoría tienen permiso de paternidad y el resto tienen permiso parental, que suele estar disponible para ambos padres como un derecho compartido.
La OIT alerta de que cuando los permisos no son intransferibles, son las madres las que se los cogen en mayor proporción, ante lo que exige medidas para incentivar a los hombres, entre ellas, licencias obligatorias y de carácter individual.
El número de países que cuentan con algún tipo de permiso remunerado para los padres no ha dejado de incrementarse en los últimos años. La cifra ha aumentado un 39% al pasar de los 77 que sí tenían alguna licencia pagada en 2009 a los 107 de 2018, según datos del Banco Mundial, que ha analizado 187 países en el informe Mujer, Empresa y Ley, hecho público el pasado mes de febrero. A día de hoy ya son más los estados que sí contemplan permisos para los hombres tras el nacimiento de hijos o hijas que los que no, un escenario que hace nueve años era al revés y que contribuye a repartir el cuidado en los hogares.
El estudio aporta información sobre una inmensa mayoría de los países (en el mundo hay reconocidos 194), que se dividen entre los que no tienen ninguna protección para los padres, como Estados Unidos, India o Suiza, los que tienen permiso de paternidad, por ejemplo China, Kenia o Francia, y los que tienen permiso parental, entre ellos Japón, Alemania o Noruega. Esta última es un tipo de licencia que suele hacer referencia a un periodo de tiempo que pueden tomarse uno o los dos progenitores para cuidar de un recién nacido o un hijo pequeño, por lo que también está disponible para los padres. De los 107 territorios que cuentan con protección, 91 tienen permisos de paternidad específicos –y algunos también licencia parental a usar cuando se agotan las de maternidad y paternidad– y 16 contemplan solo permiso parental.
El informe del Banco Mundial concluye que a nivel global, las mujeres siguen encontrando dificultades en el ámbito de los derechos laborales, lo cual "limita su capacidad para conseguir empleos o empezar un negocio y tomar las decisiones económicas que sean más beneficiosas para ellas y sus familias". No obstante, destaca los avances en varios de los elementos analizados, entre ellos, los marcos de protección tras el nacimiento de hijos o hijas. Así, países como Bolivia, Gambia, Luxemburgo o Bulgaria no tenían permiso de paternidad en 2009, pero sí en 2018. Otros han introducido reformas para mejorar las licencias que ya ofrecían, entre ellos España, que ha aprobado un decreto para equiparar progresivamente los permisos hasta alcanzar las 16 semanas en 2021.
Los sistemas, sin embargo, varían considerablemente entre unos países y otros. De acuerdo con un nuevo informe de UNICEF, hecho público este mismo jueves, que analiza las políticas de conciliación en los países de la OCDE y de la Unión Europea, Suecia es el que más facilidades ofrece. El país nórdico cuenta con 18 meses de permiso parental, de los cuales tres meses son intransferibles para cada progenitor y están pagados al 100%. También suelen ponerse como ejemplo de este tipo de políticas Islandia y Noruega. En este último, los progenitores cuentan con un máximo de 59 semanas de licencia, de las cuales diez son para cada progenitor. El resto son consideradas un derecho familiar y puede tomarlas cualquiera.
Si es transferible, se lo cogen las madre
La duración, el porcentaje de pago respecto al salario percibido o la flexibilidad en su uso difiere mucho de unos países a otros. Por un lado, el permiso de paternidad es específico para los padres (o, en los países que lo contemplan, para las otras madres en familias homoparentales de mujeres). Por otro lado, y según explica la Organización Internacional del Trabajo, la licencia parental, como la que existe en Noruega, es más prolongada que las de maternidad o paternidad, aunque la remuneración suele ser inferior o incluso nula. En algunos países hay parte del permiso que es intransferible y obligatorio, pero lo habitual es que se ofrezca como un derecho compartido. Por ello, prosigue la OIT, lo más frecuente es que sean las mujeres las que tomen el permiso.
Este es uno de los desafíos que siguen existiendo incluso en los estados que cuentan con parte del permiso intransferible, puesto que la parte transferible sigue siendo usada en mayor medida por las mujeres. De acuerdo con el informe de la OIT La maternidad y la paternidad en el trabajo. La legislación y la práctica en el mundo, en los últimos años se han ido adoptando medidas "para incentivar a los hombres a tomar la licencia parental, como la atribución del carácter individual, intransferible u obligatorio de la licencia" o la concesión de incentivos "y una compensación adecuada durante la misma". Por ejemplo, desde el pasado mes de marzo, en Canadá las familias cuentan con cinco semanas adicionales al permiso si dividen entre ambos progenitores la licencia.
Sin embargo, señala que el equilibrio sigue siendo difícil y los permisos y su utilización son políticas especialmente marcadas por el género por la asociación tradicional de los cuidados a las mujeres. Ocurre en Japón, donde no hay permiso de paternidad como tal, pero sí una licencia parental concebida como un derecho individual y no familiar. En la práctica, los padres pueden acogerse hasta a un año de permiso remunerado, pero la mayoría no lo solicitan.
"Los patrones de género persisten"
Así lo pone de relieve el reciente informe Estado de los Padres en el Mundo, elaborado por la organización Promundo y Unilever, que incluye una encuesta elaborada en media decena de países. Los resultados revelaron que muchos padres no se toman ninguna licencia después del nacimiento o adopción de su hijo o hija. En Brasil lo aseguró 27% de los encuestados, en Japón el 35% y en Reino Unido el 16%. El estudio también analizó qué porcentaje de progenitores disfrutó del permiso completo al que tenían derecho: en Canadá lo hizo el 40%, en Reino Unido el 44% y en Japón solo el 1%.
El informe apunta también, en base a los resultados de la encuesta, que todavía hay una tasa mayor de hombres y mujeres que considera que el permiso de maternidad debe ser una prioridad para ellas que los que piensan que debe serlo para los padres. Algo que refleja, explica el informe, que "los patrones de género persisten", entre otras cosas porque la brecha salarial sigue otorgando salarios mayores a las mujeres, lo que incentiva que sean los hombres los que sigan manteniéndose activos en el mercado laboral. Para romper este ciclo, el estudio recomienda permisos pagados para ambos progenitores.
Además, remunerar solo una parte de los permisos puede ser insuficiente para algunas familias, lo que provoca que haya hogares que cuentan con las condiciones económicas para solicitar la licencia y otros que no. "Cuando no son totalmente compensadas, las familias de hogares más pobres no pueden aprovechar de forma plena lo que les corresponde", explica el estudio.
No obstante, esta investigación también alude a los avances de los últimos años en este sentido. En Finlandia, según datos de la OCDE de 2016, la proporción de hombres que se acogieron al permiso se duplicó entre 2006 y 2013, mientras que en Bélgica, donde existen 10 días de permiso de paternidad y cuatro meses para cada progenitor de permiso parental, creció casi 10 puntos porcentuales. Aún así, prosigue el informe, otros países han experimentado pocos cambios. En Austria, por ejemplo, existe una licencia parental de 24 meses a repartir entre ambos progenitores, pero no hay parte intransferible, por lo que los hombres solo representan el 4% de los progenitores que la disfrutan.
Por ello, el informe alude a que las políticas de conciliación más efectivas con el objetivo de llegar "a la equidad entre hombres y mujeres" son aquellas que incluyen al menos una porción no transferible y en las que las licencias se alarguen en el tiempo, puesto que "sigue siendo común que sean de menos de tres semanas, a menudo de unos pocos días". Así, pone el foco en que las leyes no deben "ignorar el papel crítico que desempeñan las normas de género" y califica de "crítico" el hecho de que sean intransferibles.
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