Cinco maneras en que los gobiernos pueden impulsar el poder de los jóvenes empresarios
Image: REUTERS/Danish Siddiqui
Entre los asuntos prioritarios de las agendas mundiales y nacionales están cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), abordar el desempleo en los jóvenes y promover el espíritu empresarial. Sin embargo, ¿tienen los gobiernos un plan para abordarlos de manera articulada?
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, existe en la actualidad un déficit de financiación de 2,5 billones de dólares entre nosotros y el cumplimiento de los ODS. Al mismo tiempo, una de cada cinco personas de entre 15 y 34 años de edad de todo el mundo está desempleada, no recibe educación formal o no participa en actividades de formación. En algunos países, este número se eleva a 60 %.
Sin embargo, esto presenta tanto una oportunidad como un desafío. ¿Podría aprovecharse esta capacidad disponible de talento joven para cubrir el déficit en las necesidades del mercado?
Las organizaciones internacionales ya se han percatado de que la iniciativa empresarial joven es fundamental para el proceso de resolución de los ODS. Lo anterior resultó evidente en la Semana de los Objetivos Mundiales de las Naciones Unidas de este año por la cantidad de iniciativas recientemente creadas dirigidas por jóvenes, como la Cumbre del Bien Social de la Fundación de las Naciones Unidas, la comunidad Plus Social Good o los GoalKeepers de la Fundación Gates.
A pesar de esto, los gobiernos aún se están quedando atrás.
Aquí le presentamos cinco pasos concretos que creo que los gobiernos pueden y deben seguir para crear un cambio positivo a través de la iniciativa empresarial joven.
Dos de las herramientas más poderosas para impulsar la iniciativa empresarial y la innovación colaborativa son las competencias y los premios. Estos pueden movilizar a grupos numerosos para que se centren en problemas específicos, como el X-Prize o el Premio Longitude de 10 millones de libras, que desafía a los equipos a ayudar a resolver el problema global de la resistencia a los antibióticos. Aunque nadie ha ganado aún el Premio Longitude, muchos de los 250 equipos registrados de institutos de investigación y universidades de élite están en camino de hacerlo.
Como el programa más grande para estudiantes que salen de la universidad, la Fundación Hult Prize ha hecho lo mismo en el área de impacto social. Cada año, inspira a 200 000 estudiantes de más de 100 países a crear empresas que resuelvan problemas sociales, y fue premiada con el Premio Nobel para estudiantes por el expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Otro ejemplo es One Young World, un foro global para jóvenes líderes. One Young World ha creado Lead2030, la primera coalición de empresas mundiales que trabajan juntas para apoyar la innovación liderada por jóvenes dirigida hacia los ODS. Lead2030 ofrece 500 000 dólares a las iniciativas más impactantes lideradas por jóvenes que trabajan para alcanzar un Objetivo de Desarrollo Sostenible determinado.
Los premios no son la panacea, ya que en última instancia significan que un grupo pequeño recibe una cantidad desproporcionada de apoyo, pero son un gran primer paso. De todas formas, ya sea que los gobiernos creen sus propios programas de premios o aprovechen los existentes, son una manera comprobada de comenzar a construir un canal de emprendimiento.
El fomento de iniciativas empresariales debe basarse en contextos locales y los problemas que se necesita resolver. La política en este ámbito también debe considerarse en el contexto de las vidas de los jóvenes de hoy, y lo que tienen en mente, ya que para muchos jóvenes esto significa procurar el impacto tanto como el beneficio.
El poder adquisitivo de los jóvenes también tendrá un impacto significativo. Durante los próximos 30 años, solo en los EE. UU. se transferirán 30 billones de dólares de riqueza de los "baby boomers" a los mileniales y a la generación Z. Estas generaciones están haciendo mayores demandas sociales a las empresas, y tienen mayor conciencia de los problemas del planeta y un fuerte deseo de llevar a cabo cambios positivos en el mundo.
3. Asignar un lugar a los jóvenes en la mesa
Es muy poco probable que las políticas e iniciativas sean exitosas si el proceso de toma de decisiones no involucra al receptor final. Los menores de 30 años representan el 51 % de la población mundial, pero solo el 2 % de ellos son miembros del parlamento. En el sector privado, la edad promedio de los miembros de la junta de empresas en el S&P 500 es de 63 (con una tendencia ascendente), y menos del 1 % de ellos son menores de 40 años. Este es un patrón preocupante, especialmente para el éxito de la política centrada en los jóvenes. Como lo demostró la Primavera Árabe, los jóvenes tienen un insaciable apetito por participar, y no comprometerse con ellos puede tener consecuencias desastrosas.
Global Shapers, una iniciativa del Foro Económico Mundial, es un ejemplo de cómo fomentar los intereses de los jóvenes de la manera correcta. Global Shapers es una red de jóvenes que impulsan el diálogo, la acción y el cambio. Los Shapers también participan en eventos del Foro como Davos, donde pueden representar a su generación y asegurarse de que en los diálogos se incluyan sus intereses.
Como dijo el fallecido Kofi Anan: “Estoy más convencido que nunca de que una sociedad que no logre aprovechar la energía y la creatividad de sus jóvenes se quedará relegada”. En la actualidad, los líderes mundiales están incluyendo a los jóvenes en sus órganos rectores y esto está comenzando a arrojar resultados positivos.
Si bien es una realidad que la mayoría de las empresas fracasan, una capacitación sólida puede ayudar a disminuir este tipo de riesgo. Ofrecer capacitación empresarial reconoce que el espíritu empresarial en sí mismo es un conjunto de diferentes habilidades cada vez más demandadas por los encargados de contrataciones corporativos y políticos.
“El desarrollo de aptitudes reduce la pobreza y prepara mejor a los jóvenes para encontrar empleos decentes” (secretario general de las Naciones Unidas, 2017).
Las políticas destinadas a favorecer la iniciativa empresarial joven deben permitir a los jóvenes aprender las habilidades necesarias para seguir este camino con éxito.
La presentación y creación de estudios de casos de jóvenes emprendedores exitosos que hayan recibido el apoyo de su gobierno a su vez mostrará a los demás que este camino es posible para ellos.
El Gobierno del Reino Unido lo ha logrado a través de su campaña Business is Great, en la que los emprendedores en sus fases iniciales están conectados con emprendedores más experimentados para apoyarlos en el proceso. Puede ser tan simple como escribir un estudio de caso, grabar un video u organizar una cita.
Como afirmó el fundador de Alibaba, Jack Ma, en los inicios de su empresa: “Lo lograremos porque somos jóvenes y nunca, nunca nos rendimos”.
No se debe subestimar el poder de la iniciativa empresarial joven como generadora de valor. Ha llegado el momento de que los gobiernos hagan su parte para que ello sea realidad.
James Dacosta, director, Fundación Hult Prize
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