Las ventajas del bilingüismo
El lenguaje alimenta nuestro cerebro, enmarca nuestros pensamientos y posibilita una comunicación compleja. Las palabras, expresiones y peculiaridades únicas de nuestro idioma definen en gran medida cómo vemos y entendemos el mundo. Si eres monolingüe, el mundo tiene unos límites más definidos. No obstante, en una época de comunicaciones sin fronteras y viajes globales, parece casi arcaico estar limitado a un solo idioma, incluso aunque tengas la suerte de hablar un idioma mundial, teniendo el inglés o el español como lengua materna.
Pero, ¿ser bilingüe (hablar dos idiomas) o incluso multilingüe es tan bueno como lo pintan? ¿Se abre realmente el mundo ante nosotros, aun cuando Google Translate puede hacer eso con un simple clic? ¿Puede hacer que las economías sean más exitosas, ayudarnos a tener salarios más altos o que nos conduzca incluso a una vida más feliz, más conectada? ¿Y es, como a la cultura popular le gusta decir, el secreto para criar niños superinteligentes?
El cerebro es un órgano muy dúctil. Desde el nacimiento hasta la edad adulta, se desarrolla, se adapta, aprende y vuelve a aprender, incluso después de haber sufrido daños. El idioma es un componente esencial para que el cerebro funcione a lo largo de toda la vida, pero, al igual que el propio cerebro, la ciencia todavía no tiene toda la información sobre cómo el idioma hace su magia en esas conexiones neurales.
Aunque se ha desacreditado la antigua creencia de que exponer a los bebés a más de un idioma puede acabar confundiéndolos, hacer que sean menos inteligentes o incluso esquizofrénicos (sí, la gente se creía esto de verdad), el péndulo se ha inclinado en la dirección opuesta durante los últimos años: hay libros y artículos que pregonan que el bilingüismo es una varita mágica que transformará a todos los niños en pequeños genios multitarea.
Numerosos estudios, a menudo citados en la prensa, han alegado que, entre otras cosas, aprender dos idiomas durante la infancia mejora un sinfín de habilidades cognitivas, haciendo que el cerebro sea más hábil para alternar entre tareas, centrarse en un entorno de mucha actividad, como el aula, y recordar las cosas. Según estos estudios, el aprendizaje y uso de dos idiomas hace sin duda que los niños sean más inteligentes.
Pero cuando una joven investigadora llamada Ángela de Bruin, que además es bilingüe, investigó en profundidad cientos de estos estudios, descubrió que los mismos sobrevaloraron a menudo las ventajas y presentaron pruebas no concluyentes como concluyentes. La publicidad que rodea al bilingüismo y la historia de «ser bilingüe es mejor» obviamente ha echado raíces (esto está justificado hasta cierto punto, por supuesto), pero la postura crítica de Ángela de Bruin sobre la investigación mostró que los beneficios no fueron tan claros ni tan universales como se informó.
A pesar de que el criarse con dos o más idiomas podría no conferir ventajas universales o medibles respecto a las habilidades cognitivas en la infancia, sí proporciona una ventaja aún más importante: ayuda a que el cerebro se mantenga sano a medida que envejece.
Al cerebro, como a cualquier músculo, le gusta hacer ejercicio, y resulta que aprender y hablar dos o más idiomas es una de las mejores maneras de mantener a raya las enfermedades degenerativas, como la demencia. De hecho, las personas bilingües muestran síntomas evidentes de la enfermedad de Alzheimer casi cinco años más tarde que las personas que son monolingües (que hablan un solo idioma). Eso va más allá de lo que los mejores medicamentos modernos pueden ofrecer. Sorprendentemente, esta ventaja es notable incluso entre las personas incultas y sin estudios.
Además, el bilingüismo auténtico beneficia de forma específica y diferenciada a aquellos que hablan regularmente dos o más idiomas con un nivel nativo y, lo más importante, que alternan entre ellos de forma regular: los cerebros de los portorriqueños de Nueva York que usan el español y el inglés en su día a día son sin duda más ágiles y dinámicos que los monolingües. Un estudio sobre singapurenses que se criaron con su lengua materna asiática y con el inglés, y usaron los dos idiomas regularmente, llegó a una conclusión similar. Se mostró que los bilingües que no solían alternar entre los dos idiomas o solo usaban uno de ellos en un lugar restringido, como el hogar, obtenían muchos menos beneficios.
Si los beneficios para los cerebros en desarrollo de los niños no son los que esperábamos, parece mucho más evidente en el caso de mantener y utilizar habilidades lingüísticas con regularidad. Pero también merece la pena examinar el aspecto cultural, ya que responde a esta pregunta importante: ¿Hablar más de un idioma nos ayuda a estar más conectados con el mundo o, como bien señaló Carlomagno, a «poseer una segunda alma»?
Los idiomas nos ayudan a darle sentido al mundo y pueden llegar incluso a influir en el modo en que lo vemos y describimos, tal y como muestra un estudio reciente sobre personas de habla inglesa y alemana. Tampoco hay duda de que una persona de habla finlandesa y otra de habla árabe, por ejemplo, describirían el mundo de forma diferente. Después de todo, la persona que habla árabe no necesita las 40 palabras o expresiones relacionadas con la nieve que necesita la que habla finlandés y es probable que, como resultado, sea notablemente distinta la forma en que la de habla finlandesa describa y, quizás experimente, el maravilloso mundo invernal. Si una persona hablara tanto finlandés como árabe, ¿no darían como resultado estas dos relativamente diferentes maneras de describir el mundo una visión del mismo más amplia y matizada?
Muchos estudios avalan esto, mostrando que las personas que hablan diferentes idiomas obtienen puntuaciones más altas en las pruebas que miden la amplitud de miras, y les es más fácil ver las cosas desde una perspectiva (cultural) diferente. El bilingüismo, por lo tanto, parece que hace que la gente sea bicultural (o multicultural si se hablan más de dos idiomas), una ventaja significativa en el presente mundo sin fronteras y una habilidad importante en el momento de viajar y conocer nuevas culturas y personas.
Los beneficios del bilingüismo no terminan ahí. Estudios realizados en Suiza, Gran Bretaña, Canadá y la India, así como nuestro propio EF English Proficiency Index (EF EPI), resaltan la compensación económica asociada con el bilingüismo o multilingüismo en todos los niveles.
Un estudio suizo, por ejemplo, observó que se estima que el multilingüismo aportará el 10 por ciento del producto interior bruto (PIB) de Suiza, lo que demuestra que las destrezas lingüísticas de los trabajadores abren más mercado para el comercio suizo, beneficiando en gran medida a la economía en su conjunto. En Gran Bretaña, por otro lado, se ha estimado que el costo de la obstinada adhesión del país a la lengua inglesa y la falta de voluntad para invertir en el aprendizaje supone la alta cifra de 48 000 millones de libras esterlinas al año, o un impresionante 3,5 por ciento del PIB.
Para las empresas, las habilidades lingüísticas de sus trabajadores –en un idioma hablado en un nuevo mercado en el que se están expandiendo o en inglés, la lengua universal– son igual de importantes. En un estudio llevado a cabo por la Unidad de Inteligencia de The Economist, citado en el EF EPI de 2014, casi el 90 por ciento de los directivos señalaron que una mejor comunicación transfronteriza mejoraría la rentabilidad, mientras que otro estudio observó que el 79 por ciento de las empresas que han invertido en los conocimientos de inglés de sus trabajadores han experimentado un aumento en las ventas.
En el plano individual, los beneficios del bilingüismo son un poco más difíciles de cuantificar, ya que dependen principalmente de la industria, la ubicación y el nivel de empleo. Un estudio realizado en Canadá en 2010, por ejemplo, demostró que los trabajadores bilingües ganaban entre un 3 y un 7 por ciento más que sus compañeros monolingües. Hablar los dos idiomas oficiales del país –inglés y francés– les ayudó a ganar más dinero, incluso aunque no se les exigiera hablar el segundo idioma en el trabajo. Estudios realizados en los Estados Unidos han mostrado que hablar un idioma extranjero puede incrementar el salario (al menos) de un 1,5 a un 3,8 por ciento, siendo los conocimientos de alemán los más valorados debido a su relativa escasez y la importancia de Alemania en el comercio mundial. En la India, este aumento fue aún más notable, aquellos que hablan inglés ganan, de promedio, un 34 por ciento más por hora .
Los directivos bilingües o multilingües son también cada vez más valorados y buscados por los reclutadores y los líderes de la industria, que les consideran mejor equipados para gestionar tanto relaciones comerciales mundiales como equipos.
Hay beneficios claros y muy tangibles por ser bilingüe. Aunque hay pocas pruebas de que criar a los niños de forma bilingüe les proporcione una ventaja cognitiva importante, el aprendizaje continuo y el uso de un segundo idioma de forma regular parece hacer sin duda que nuestros cerebros sean más ágiles y resistentes. Por otra parte, los beneficios económicos pueden ser considerables. Hablar más idiomas también nos hace más abiertos de mente y nos ayuda a sentirnos más conectados con otras culturas y con el mundo. Quién sabe, tal vez incluso el bilingüismo pueda fomentar la paz y el entendimiento mundial, algo por lo que realmente vale la pena la publicidad.
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