Equidad, Diversidad e Inclusión

Eliminar las barreras existentes para las niñas en las carreras científicas o CTIM

Image: REUTERS/Issei Kato - RTX319E1

Ana Maria Munoz-Boudet
Senior Social Scientist, World Bank

Si bien los países han reducido considerablemente las brechas de género en la educación y la participación en la fuerza laboral, aún persisten disparidades por razón de género en los sistemas educativos y en el mercado de trabajo. Las mujeres, a diferencia de los hombres, ganan menos y trabajan en ocupaciones y sectores con salarios bajos. Ellas tienen menos probabilidades de convertirse en empresarias y, cuando lo hacen, suelen dirigir empresas más pequeñas y menos rentables. Estas brechas de género en los emprendimientos, los ingresos y la productividad persisten en todos los niveles de desarrollo, a pesar de múltiples políticas destinadas a eliminarlas. Y a medida que los países reducen diferencias de género evidentes, otras disparidades se tornan visibles.

La participación de las mujeres en las carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es una de estas áreas, y una que aparentemente no da su brazo a torcer. Aunque la misma cantidad de niñas y niños completan la educación secundaria, y más mujeres que hombres se gradúan de la universidad en todo el mundo, las mujeres siguen siendo una minoría en las carreras CTIM. En Estados Unidos, por ejemplo, solo el 35 % de los títulos universitarios en disciplinas CTIM son obtenidos por mujeres, (i) una cifra que no ha cambiado durante la última década, a pesar de que las mujeres representan casi el 60 % de los graduados universitarios. Y esa estadística no muestra las diferencias en todos los campos de CTIM: alrededor del 40 % de los titulados en matemáticas son mujeres, y solo el 18 % de los titulados en ciencias de la computación o ingeniería son mujeres.

Las cosas no están mejorando y esto es inquietante: en Estados Unidos, el porcentaje de mujeres que obtienen títulos en los campos de la ingeniería o las ciencias de la computación se redujo entre 2004 y 2014, un panoramaque es similar en todo el mundo. En 2013, solo cuatro países de Europa (i) informaron que al menos el 15 % de todos los graduados en CTIM eran mujeres, mientras que en Chile ese porcentaje llegó al 20 % (i) en 2014. E incluso cuando las mujeres obtienen un título en CTIM, ellas tienen menos probabilidades de trabajar en esos campos. Según el último censo de Estados Unidos, solo 1 de cada 7 mujeres con un título en CTIM trabaja realmente en esas áreas. Esto ocurre en la mayoría de los países.

Las razones de esta subrepresentación sistemática son múltiples y complejas, pero tres cosas parecen ser las más importantes: 1) las aspiraciones que se ajustan a las normas sociales y las expectativas de los padres; 2) la falta de información que afecta la decisión de ingresar y permanecer en carreras CTIM, y 3) los factores institucionales que limitan la capacidad de las mujeres para ingresar en áreas de trabajo relacionadas con las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Los prejuicios comienzan a una edad temprana y se arraigan aún más cuando las niñas salen de la escuela e ingresan en el mundo del trabajo. En raras ocasiones, se alienta a las niñas a estudiar matemáticas o ciencias, y ellas suelen internalizar las creencias (i) de que los niños son simplemente mejores en estas materias. Por ejemplo, incluso cuando las niñas son mejores que los niños en matemáticas y ciencias en el cuarto grado de acuerdo a los resultados de una prueba estandarizada como TIMMS, esta diferencia tiende a desaparecer en el octavo grado, (i) salvo algunas pocas excepciones. Las expectativas de los padres (i) también parecen cambiar a esa edad. Pero las jóvenes que sobresalen en ciencias o matemáticas y que consiguen superar estos obstáculos iniciales suelen sentirse intimidadas por la perspectiva de ser la única mujer que sigue una carrera CTIM, así como por la posible discriminación futura de los empleadores. No hay muchos modelos femeninos o mentoras que puedan ayudar a las jóvenes a manejar y, en última instancia, a superar estas preocupaciones.

Entonces, ¿por qué debería importarnos? En un nivel muy básico, es una cuestión de equidad. Las mujeres deben tener las mismas oportunidades que los hombres para elegir estudiar y tener éxito en una carrera CTIM. Pero también porque existen argumentos económicos sólidos acerca de este tema. Si las mujeres y los hombres son igual de capaces, entonces el hecho de que las mujeres no ingresen en estos campos de estudio o trabajen en estos sectores y ocupaciones significa que el talento se está desperdiciando y que las economías son menos productivas de lo que podrían ser. Si bien la bibliografía sobre esta materia tema todavía es incipiente, algunos últimos estudios plantean que corregir la segregación por razón de género en el empleo y las iniciativas empresariales podría aumentar la productividad total a nivel mundial en hasta un 16 %.

Lograr que más personas, en general, sigan carreras CTIM es un enfoque proactivo de lo que nos depara la fuerza laboral en el futuro. En Estados Unidos, por ejemplo, se prevé que el empleo en puestos de informática y tecnologías de la información aumentará un 12 % entre 2014 y 2024, a un ritmo más rápido que el promedio de todas las ocupaciones. La incorporación de más mujeres en trabajos relacionados con CTIM podría traducirse en una mayor igualdad de género en términos de ingresos y mejores perspectivas económicas para las mujeres y sus familias, ya que en estos empleos generalmente los salarios son más altos (i) y las brechas de género son menores que en otros sectores. (i) Si las jóvenes del mañana van a aprovechar esas oportunidades, es necesario que las bases de sus carreras CTIM se establezcan hoy.

Las soluciones no necesariamente deben ser costosas; se puede comenzar con la creación de ambientes escolares y laborales que permitan que las niñas y mujeres se sientan cómodas y seguras en los campos de CTIM. Las intervenciones realizadas de manera experimental en países desarrollados, que han brindado modelos a seguir a las niñas y han incorporado un lenguaje inclusivo en las aulas y modelos que carecen de estereotipos (i) y han entregado información sobre lugares de trabajo relacionados con CTIM, (i) son muy promisorias. En los países en desarrollo, debemos seguir aprendiendo más, pero está claro que la información (PDF, en inglés) y los maestros, por ejemplo, son fundamentales. Los cambios aparentemente pequeños en los comportamientos y las aspiraciones pueden ayudar en gran medida a crear un futuro más equitativo para las niñas y los niños de hoy.

Este blog fue publicado originalmente en Future Development. (i)

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