Tres claves para que niños latinoamericanos sean adultos exitosos
Image: REUTERS/Jose Cabezas
América Latina ha logrado avances sociales significativos en los últimos veinte años. Sin embargo, la región sigue siendo una de las más desiguales del mundo, una donde el nivel de educación e ingreso de los padres determina si sus hijos tendrán las mismas oportunidades de obtener una buena educación, vivir en un hogar con agua corriente, baños adecuados, electricidad las 24 horas y conexión a internet.
Hoy en día, más de un cuarto de la población de la región tiene menos de 14 años de edad. Aun así, muchos de estos jóvenes se quedan en el camino, sin esperanzas de un futuro promisorio y productivo. Uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años de edad en la región se les considera “ni-nis”, es decir que ni estudian ni trabajan, y la mayoría son mujeres.
Los expertos en pobreza del Banco Mundial para América Latina y el Caribe están analizando el desempeño de la región en términos de brindarles a los jóvenes latinoamericanos las mismas oportunidades de tener una vida productiva, y lo que significa en términos de acceso a servicios de calidad y oportunidades. Para nuestros jóvenes, las oportunidades tienen que ver con:
Una educación de calidad
Todas las semanas, los alumnos de las escuelas públicas de América Latina y el Caribe se ven privados del equivalente a un día completo de clases debido al ausentismo docente, baja cualificación y nivel salarial, y escaso liderazgo escolar. Una educación de calidad es una de las oportunidades clave para el éxito. El joven jamaiquino de 21 años Chevano Baker es uno de los afortunados a quienes la participación de su familia en un programa de transferencias condicionadas en efectivo le permitió obtener una buena educación. Chevano está empezando su maestría en economía financiera en la prestigiosa Universidad de Birmingham en el Reino Unido.
Agua corriente y un inodoro en el hogar
Las evidencias muestran que los jóvenes incrementan su estatura y aprenden mejor en aquellas comunidades cuyos residentes tienen acceso a saneamiento mejorado y no defecan al aire libre. En Nicaragua, varios Comités de Agua Potable y Saneamientoencabezados por mujeres mejoraron el acceso al agua y saneamiento a más de un millón de personas. “Las familias están felices porque tienen lavabos, duchas e inodoros”, explica Angela Durand, una vecina que coordina el Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) local.
Cerrar la brecha digital
Menos de una de cada diez familias pobres tienen Internet en la región. Pero paradójicamente, hay más hogares en países en desarrollo con teléfonos móviles que con acceso a electricidad o agua potable.
Invertir en la economía digital puede fomentar no solo la innovación, sino también la inclusión y la eficiencia. En el Perú rural, el progreso de la conectividad móvil permitió un mayor acceso a la información, ayudó a impulsar la generación de puestos de trabajo y a reducir la pobreza en 8 por ciento, de acuerdo al Informe sobre Desarrollo Mundial 2016.
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31 de mayo de 2024