3 prácticas de liderazgo para la cohesión social en un mundo dividido

Este artículo fue publicado por primera vez en Forbes.

Los valores y comportamientos de los líderes sirven de modelo para las interacciones de una sociedad. A medida que el mundo se recupera de un periodo de aislamiento social prolongado, los comportamientos clave de los líderes son cada vez más importantes para promover el entendimiento mutuo y la cooperación.

La comunicación de un líder establece el tono general de civismo de una organización, y sus prioridades orientan los recursos y la atención. Sus modelos nos ayudan a ver nuestro propio papel en la reparación de las fracturas de la sociedad.

El Informe de Riesgos Globales 2022 del Foro Económico Mundial señala que nuestras sociedades se enfrentan cada vez más a realidades divergentes. La desigualdad récord nos ha dividido: La pandemia ha aumentado en 51 millones el número previsto de personas en situación de pobreza extrema, mientras que la riqueza de los multimillonarios ha experimentado un aumento sin precedentes.

La vida cotidiana antes de la pandemia nos exponía a nuevas experiencias, personas e ideas, pero dos años de cuarentenas y restricciones sociales han cerrado la puerta a muchas de estas oportunidades de aprender unos de otros.

Cuando no tenemos la oportunidad de intercambiar perspectivas y compartir experiencias de la vida, somos propensos a interpretaciones erróneas y suposiciones negativas. Con guerras despiadadas en curso en múltiples regiones y pruebas científicas que indican cada vez más un desastre medioambiental ineludible, debemos superar las divisiones para fomentar la colaboración en la resolución de problemas.

Como fundación establecida para tender puentes entre regiones, sectores e identidades, el Foro de Jóvenes Líderes Globales ha estado trabajando con un grupo de líderes altamente influyentes para reformular la construcción de puentes en el contexto actual.

Estamos organizando auténticos intercambios entre líderes, con el objetivo de que estas conversaciones desencadenen un efecto dominó que se traduzca en más recursos y atención para la cohesión social. De nuestro trabajo surgen ciertas prácticas, y compartimos nuestras ideas sobre la búsqueda de la cohesión para permitir una cooperación y solidaridad más amplias.

De estos intercambios han surgido tres prácticas clave que equiparán a una persona para liderar en un mundo dividido.

El Foro de Jóvenes Líderes Globales promueve la diversidad de liderazgo celebrando a personas notables de todo el mundo, y trabaja para integrar sus perspectivas en la toma de decisiones en los niveles más altos.

Cada año, llevamos a cabo un riguroso proceso para identificar a 120 líderes menores de 40 años que ya han demostrado un admirable historial de éxito en sus campos. Buscamos acelerar su influencia y su buen trabajo haciéndolos partícipes de actividades y debates del Foro Económico Mundial.

Más del 60% de los líderes que celebramos son no occidentales, y nuestro objetivo es aumentar esta cifra hasta alcanzar una representación geográfica más amplia en la elaboración de políticas mundiales.

Sin embargo, el trabajo que supone fomentar la inclusión y la pertenencia es mucho más difícil que limitarse a cumplir con las métricas de diversidad. La presencia de representantes más diversos es sólo un punto de partida en estas mesas de decisión. Nuestra organización, al igual que muchas otras que trabajan en este ámbito, se está centrando en el diseño de cambios culturales intencionados para ayudar a que las interacciones informales vayan más allá de las políticas inclusivas y se conviertan en comportamientos inclusivos.

Los líderes con los que trabajamos hablan de la dificultad de ser escuchados debido a microagresiones, a la falta de aprecio por su experiencia vivida y a suposiciones tácitas sobre los temas que están realmente abiertos al debate. En respuesta, estamos examinando cómo establecemos la cultura dentro de nuestra comunidad de líderes, cambiando el lenguaje que utilizamos, respondiendo con flexibilidad a la necesidad espontánea de debates sobre la identidad y la experiencia vivida, y organizando intercambios específicos sobre cómo son la inclusión y la pertenencia en la práctica.

Los enormes retos medioambientales y sociales a los que nos enfrentamos exigen acciones y respuestas coordinadas. Pero construir una base cohesionada para la acción no es una tarea que se complete de forma rápida o sencilla. Requiere persistencia y valor para afrontar los inevitables errores y seguir adelante.

Por esta razón, hemos visto un gran valor en los "círculos de liderazgo", grupos de 5 a 6 líderes que se reúnen regularmente para asesorarse mutuamente sobre sus aproximaciones a las barreras, procesar su aprendizaje y mantener la esperanza colectiva.

En 2021, pusimos en marcha círculos de liderazgo para personas de 45 países y nuestros círculos de liderazgo de años anteriores siguen proporcionando un apoyo invaluable a los líderes en momentos de incertidumbre y cuestionamiento. Estos grupos de apoyo entre pares son uno de los elementos más buscados de nuestra programación, y una buena indicación del valor de esta práctica.

Recientemente, nuestra fundación reunió a 35 líderes de 15 países y múltiples sectores para debatir sobre políticas y prácticas de apoyo a la equidad racial.

Al adentrarnos en cuestiones de identidad, privilegios heredados y estructuras de poder, surgieron momentos tensos de desacuerdo y malentendidos. El facilitador recordó los principios que el grupo había acordado al unirse al módulo: Explorar las "cuestiones difíciles" de la identidad y aprender unos de otros.

Utilizando métodos de comunicación no violenta, que hacen hincapié en abrazar la curiosidad y evitar juzgar, modeló la humildad que construyó una mayor comprensión y compasión en el debate del grupo. Su genuina curiosidad estableció normas para las actitudes y comportamientos que permitieron al grupo manejar los puntos de vista conflictivos y aprender de ellos.

Esto demostró que las mejores ideas de liderazgo suelen surgir de los momentos de incomodidad. Cuando los líderes asumen una curiosidad compasiva y reconocen con humildad las limitaciones de sus propias experiencias, establecen el tono para un diálogo genuino y mejores resultados.

Construir la cohesión social requiere de pasos conscientes e intencionados, paciencia y aprendizaje continuo. Nuestros esfuerzos de comprensión mutua son frágiles, pero urgentes. Nuestros líderes deben asumir el reto de reforzar los principios de cooperación y dar el ejemplo adecuado para que cada uno de nosotros lo siga.