¿Podrá la ciberseguridad resistir en la nueva era de la IA?

¿Qué pasaría si el secreto para impulsar el crecimiento empresarial global no fuera más dinero, sino herramientas más inteligentes y asequibles para empresas de todos los tamaños?

La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo las industrias, las economías y las sociedades, pero también está reconfigurando el panorama de amenazas a una escala y velocidad sin precedentes. Los ciberdelincuentes ya no necesitan años de experiencia para desarrollar tácticas avanzadas: pueden acceder a las mismas herramientas de IA que impulsan la innovación en el lado defensivo.

Los ciberataques son más rápidos, más selectivos y más adaptables de lo que muchas defensas existentes pueden soportar.

La velocidad de esta transformación está superando a las medidas tradicionales de ciberseguridad. Los actores maliciosos automatizan el reconocimiento, ejecutan campañas de phishing realistas a gran escala y sondean la infraestructura digital de formas que los defensores humanos y sus herramientas obsoletas tienen dificultades para identificar y predecir.

El déficit mundial de casi 4 millones de profesionales cualificados en ciberseguridad agrava este problema.

Las grandes empresas con acceso a talento avanzado y presupuestos exclusivos financian formas de protegerse y defenderse, pero las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y las organizaciones de regiones menos desarrolladas siguen estando desproporcionadamente expuestas.

Una de cada tres mipymes sufrió un ciberataque en el último año. El costo total medio de un ataque es de 254 445 dólares, pero puede alcanzar los 7 millones de dólares.

Las organizaciones que no utilizan ampliamente la inteligencia artificial y la automatización tardan 80 días más en identificar y contener una brecha que las que lo hacen.

Los puntos finales no seguros abren la puerta a los ataques, por lo que deben protegerse como primera línea de defensa. La protección tradicional de los puntos finales depende a menudo de agentes que introducen complejidad y requieren equipos especializados para su gestión, lo que hace que muchas organizaciones no puedan implementarlos de manera eficaz.

Para crear una economía digital resiliente a gran escala, el acceso a una gestión avanzada de la postura y a una seguridad adaptada a la tecnología cuántica no puede seguir siendo un privilegio de los países y las empresas con abundantes recursos.

Para garantizar de verdad la seguridad de un mundo digitalizado, debemos ofrecer soluciones plug-and-play que permitan a las micro, pequeñas y medianas empresas, a las startups y a las economías en desarrollo competir en igualdad de condiciones.

Estas soluciones deben aprovechar la inteligencia artificial, la automatización y la gestión inteligente de la postura para supervisar las vulnerabilidades, con una detección proactiva para frenar a los ciberatacantes, garantizando un alto nivel de resiliencia de los puntos finales sin necesidad de contar con grandes conocimientos especializados.

El acceso equitativo a soluciones avanzadas de ciberseguridad permite que las organizaciones que no cuentan con grandes equipos de ciberseguridad sigan estando protegidas y, al mismo tiempo, participen plenamente en la era digital.

La simplicidad y la automatización ya no son un lujo, sino que son necesarias para la continuidad y la supervivencia de las empresas en un entorno en el que los ciberatacantes actúan constantemente a la velocidad de las máquinas.

Otro aspecto crítico, además de los ataques que se realizan hoy en día con inteligencia artificial, son los que se realizarán en el futuro con tecnología cuántica. La computación cuántica tiene el potencial de romper los estándares de cifrado ampliamente adoptados, lo que socava una parte importante de los fundamentos de la ciberseguridad actual.

Los ataques de "cosechar ahora, descifrar después" esperan pacientemente para extraer y explotar datos que no se degradan con el tiempo, como información confidencial de clientes, estudios privados e información confidencial. Esperar hasta que se produzca esa transición deja a las organizaciones estructuralmente vulnerables.

Por lo tanto, la próxima generación de gestión de la postura debe incorporar la preparación cuántica en su diseño, garantizando que los sistemas estén preparados para la eventual disrupción de los modelos criptográficos. Las organizaciones con visión de futuro que adoptan ahora soluciones compatibles con la tecnología cuántica están mejor posicionadas para resistir esta transformación inminente.

Por mucho tiempo, contar con una ciberseguridad sólida se consideró un lujo reservado para las grandes empresas. Sin embargo, una nueva generación de soluciones plug-and-play está nivelando el campo de juego.

Imaginemos una pequeña empresa: con un sencillo proceso de instalación que no requiere conocimientos técnicos complejos, el equipo directivo puede ver en cuestión de horas una puntuación completa del estado de seguridad de toda su red. Sin embargo, su verdadero poder se revela durante un ataque.

En lugar de una respuesta caótica y manual, el sistema aísla automáticamente los puntos finales comprometidos en toda la red. Esta contención rápida y automatizada evita que la amenaza se propague, garantiza la continuidad del negocio con una interrupción mínima y permite que todas las empresas tengan acceso a una seguridad avanzada.

El futuro de la ciberseguridad no puede depender de defensas reactivas. Los agresores están aprovechando la inteligencia artificial y la automatización para innovar, iterar y sofisticarse; debemos hacer lo mismo.

Eso significa crear una gestión proactiva de la postura en el punto final, incorporar la preparación cuántica en la infraestructura y garantizar la accesibilidad para todas las organizaciones, independientemente de su tamaño o ubicación geográfica.

Solo así podremos ir un paso por delante en una era en la que los riesgos evolucionan a la velocidad de las máquinas.

El futuro global de los negocios depende de dotar a todas las organizaciones de herramientas inteligentes y accesibles para defenderse y crecer. Ahora es el momento de adoptar la innovación, derribar barreras y asegurar un mundo digital en el que las pequeñas y medianas empresas puedan prosperar junto a las grandes.

El reto es urgente, pero las soluciones están al alcance de la mano: cada paso que se da hacia una ciberseguridad inclusiva y avanzada es un paso hacia una economía global más fuerte y resiliente. La pregunta es: ¿actuaremos antes de que sea demasiado tarde?