La pregunta climática de 3,3 billones de dólares: ¿pueden los centros de datos soportar el calor?

El consumo energético de los centros de datos está inextricablemente vinculado a la crisis climática. Image: Getty Images/iStockphoto
- La inteligencia artificial está impulsando la proliferación de centros de datos, pero los riesgos climáticos representan una amenaza creciente y poco reconocida para la eficiencia de la infraestructura.
- El calor extremo, la sequía y otros peligros climáticos podrían aumentar en 3,3 billones de dólares los costos operativos anuales acumulados de los centros de datos que hoy están en funcionamiento, de aquí a 2055.
- Equilibrar el crecimiento y el riesgo requiere sistemas de energía y refrigeración más inteligentes, junto con mejores capacidades de diagnóstico y gobernanza.
El auge de los centros de datos impulsado por la inteligencia artificial se ha comparado con una fiebre del oro. En todo el mundo, los países compiten por atraer inversiones en infraestructura digital para fortalecer su soberanía y competitividad. Sin embargo, los riesgos ambientales no pueden pasarse por alto al decidir dónde ubicar estos enormes bancos de servidores que sustentan nuestra economía moderna.
Un análisis del Foro Económico Mundial revela que el calor extremo, la sequía y otros peligros climáticos podrían aumentar los costos anuales de operación de los centros de datos en todo el mundo en 81.000 millones de dólares para 2035, y hasta 168.000 millones para 2065.
A medida que el mundo se fue digitalizando, la importancia de los centros de datos creció. Desde ver películas en streaming y hacer compras en línea hasta la gestión de cadenas de suministro y las transacciones financieras, tanto los consumidores como las empresas dependen en gran medida de esta infraestructura en gran parte invisible. En la era de la IA, esta tendencia se ha acelerado aún más: se espera que la capacidad global de los centros de datos casi se triplique para 2030.
Las decisiones sobre dónde ubicar estos centros se han vuelto más complejas en los últimos años. Factores tradicionales como la conectividad y el espacio siguen siendo importantes, pero la energía y la resiliencia están ganando protagonismo.
Los racks con los últimos chips de IA consumen más de diez veces la energía que sus predecesores y generan tanto calor que el aire acondicionado ya no basta para mantenerlos fríos. Ahora, los operadores deben recurrir a la refrigeración líquida: agua fría bombeada a las salas de servidores para disipar el calor.
El creciente costo de los riesgos climáticos
El aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos —especialmente el calor extremo y la sequía— amenaza con agravar los crecientes costos operativos de los centros de datos de varias maneras:
- Mayores gastos operativos: El calor extremo obliga a los centros de datos a mantener los sistemas de refrigeración a mayor capacidad, lo que incrementa el consumo eléctrico y otros costos. Las sequías y el estrés hídrico obligan a las instalaciones que dependen de la refrigeración por agua a buscar soluciones alternativas, a menudo más costosas.
- Pérdidas de ingresos por interrupciones del servicio: Los eventos meteorológicos extremos provocan cada vez más cortes y fallos en los servicios, lo que puede derivar en incumplimientos de contrato, pérdida de clientes y millones de dólares en ingresos perdidos para servicios digitales esenciales.
- Reparaciones por daños físicos: La exposición directa a fenómenos climáticos genera gastos elevados de reparación o reemplazo de servidores, sistemas eléctricos y de refrigeración.
- Disminución de la productividad del personal: El calor y la mala calidad del aire representan riesgos para la salud y la seguridad del personal, además de causar interrupciones en el transporte y aumentar el estrés, reduciendo así la capacidad de mantener operaciones confiables y responder con eficacia ante emergencias.
¿Qué está haciendo el Foro Económico Mundial en relación con el cambio climático?
En conjunto, nuestro análisis de datos de S&P sugiere que los costos anuales derivados del clima podrían alcanzar el equivalente al 9,5 % del valor total de los activos de los centros de datos para 2055, bajo un escenario de altas emisiones. Las pérdidas acumuladas totales podrían llegar a 3,3 billones de dólares en ese mismo período, con el calor extremo responsable de más de dos tercios del impacto, seguido por la sequía y el estrés hídrico.
Además, las disrupciones climáticas se extienden a lo largo de toda la cadena de valor. Los clientes de los centros de datos pueden sufrir múltiples efectos en cascada, como retrasos en los pagos, pérdida de datos o paralización de procesos cotidianos. Estos, a su vez, se traducen en costos empresariales concretos, como sanciones contractuales, pérdida de clientes, fricciones en la cadena de suministro y gastos de recuperación de datos.

Preparar los centros de datos para las disrupciones climáticas
Construir centros de datos resilientes frente a los riesgos climáticos es fundamental, dada su importancia para la economía global.
Uno de los principales desafíos para los operadores de centros de datos es romper el círculo vicioso del creciente consumo de recursos: los sistemas de refrigeración trabajan cada vez más para mantener condiciones óptimas de operación, lo que a su vez dispara el uso de agua. Nuestra evaluación de doce posibles soluciones —analizadas según su viabilidad e impacto— identifica tres prioridades de inversión:
1. Sistemas de contención de aire frío y caliente
Barreras físicas que separan las corrientes de aire frío y caliente para evitar su mezcla, lo que mejora la eficiencia de la refrigeración hasta un 40 % y reduce los costos energéticos.
2. Monitoreo ambiental en tiempo real
Permite un control continuo de la temperatura y la humedad, previniendo interrupciones, reduciendo el tiempo de inactividad y optimizando el uso de energía y refrigeración.
3. Sistemas de economización y refrigeración libre
Aprovechan el aire exterior frío o el agua de condensador fría para reducir el tiempo de funcionamiento de los enfriadores, mejorando la eficiencia del sistema y disminuyendo los costos de energía y agua.
Más allá de las operaciones en sí, tanto los operadores de centros de datos como las organizaciones que dependen de ellos deberían fortalecer su resiliencia frente a los riesgos climáticos mejorando sus capacidades de diagnóstico y gobernanza. Esto incluye una mejor comprensión de las vulnerabilidades e interdependencias, así como pruebas de resistencia periódicas que orienten la asignación de recursos y la planificación frente a disrupciones.
Aunque estas medidas puedan parecer costosas y demandar tiempo, las tecnologías impulsadas por IA —desde gemelos digitales de la cadena de suministro hasta el mapeo de redes de varios niveles— ya se están utilizando para mejorar la estabilidad operativa y reducir la vulnerabilidad ante shocks sistémicos.
Estas soluciones son urgentemente necesarias, aunque el creciente auge de la IA ejerce una presión adicional sobre los recursos limitados.
Encontrar un equilibrio entre el aparentemente inevitable aumento de la capacidad de los centros de datos y la mitigación de los riesgos climáticos será, probablemente, uno de los mayores y más decisivos desafíos de la economía global en las próximas décadas.
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