La mesa cultural: cómo las artes y la cultura pueden impulsar el cambio global y la colaboración

Las conversaciones importan, ahora más que nunca.

A medida que el mundo se vuelve cada vez más complejo e interconectado con desafíos, desde el cambio climático y la desigualdad global hasta la fragmentación social, estas conversaciones deben provocar reflexión, iluminar el mundo a través de los ojos de otros y revelar posibles caminos hacia la reconciliación y la sanación.

Es en este contexto que surge la Mesa Cultural, una iniciativa de Artes y Cultura del Foro Económico Mundial, como un espacio catalizador para reimaginar el futuro mediante el poder transformador de las artes y la cultura.

Las artes desempeñan un papel fundamental en la resolución de los desafíos globales, ofreciendo formas únicas de conectar a las personas a través de las divisiones y fomentar la empatía y la comprensión.

Al permitir que el público se ponga en los zapatos de otros, el arte ofrece una lente poderosa a través de la cual la historia puede cobrar vida, las opiniones pueden ser influenciadas y las voces marginadas pueden amplificarse.

Al hacerlo, las artes no solo reflejan la experiencia humana, sino que también desafían el statu quo, despertando pensamiento, emoción, compromiso e incluso acción.

De esta manera, el arte funciona como un catalizador para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sensibilizando, inspirando acción colectiva, moldeando la cultura y generando impacto en la comunidad.

El arte y la cultura, por lo tanto, no son meramente ornamentales; son instrumentos para diseñar un mundo más inclusivo, sostenible y emocionalmente inteligente. Quienes crean, comparten y fomentan las artes tienen un poder significativo para dirigir los vientos del cambio y contribuir a diseñar un futuro basado en la empatía, la equidad y la humanidad compartida.

La Mesa Cultural se basa en el papel de las artes y la cultura en el escenario internacional. Su misión es clara: conectar negocios y cultura, fomentando colaboraciones que rompan barreras, desafíen convenciones y desbloqueen soluciones creativas a los problemas más urgentes del mundo.

En su esencia, la Mesa Cultural imagina un futuro en el que la cultura no esté aislada de la toma de decisiones económicas y políticas, sino que sea central en ellas, actuando como una fuerza vital para moldear la política, la innovación y la conexión humana.

La visión de la iniciativa se fundamenta en tres principios:

Al reunir voces diversas, incluidos líderes indígenas, músicos ganadores de un Grammy, líderes empresariales, innovadores tecnológicos y activistas climáticos, la Mesa Cultural crea una plataforma donde el diálogo trasciende disciplinas y las soluciones emergen a través de un propósito compartido.

La primera Mesa Cultural se lanzó en la ciudad de Nueva York junto con la Reunión de Impacto en Desarrollo Sostenible 2023 del Foro Económico Mundial.

Bajo el lema “Sostenibilidad a través de una lente cultural”, contó con voces pioneras como Refik Anadol, cuyo arte basado en datos redefine la inteligencia de las máquinas, y Cameron Saul, fuerza creativa detrás de TOGETHERBAND, además de una poderosa actuación musical de la vocalista jordana Farah Siraj.

Marcó el inicio de una serie de eventos que desde entonces se han llevado a cabo en Davos, Londres, Nueva York y París.

Las Mesas Culturales son eventos cuidadosamente curados, cada uno centrado en un tema específico. Hasta la fecha, estos han incluido “El arte puede cambiar el mundo”, “Confía en mí, soy artista” y “Artistas al rescate”. Estos encuentros exploran la intersección entre arte, innovación y responsabilidad social.

Cada Mesa Cultural se realiza en forma de cena con los participantes sentados, e incluye discusiones moderadas, breves presentaciones o provocaciones de líderes culturales y expertos en la materia, seguidas de una conversación abierta con todos los asistentes.

Entre los diversos líderes culturales que han participado se encuentran: Chief Nixiwaka Yawanawá, líder indígena y activista ambiental; Sharmeen Obaid-Chinoy, cineasta y periodista ganadora del Oscar; Misty Copeland, bailarina de ballet y defensora de la equidad; Nile Rodgers, músico, productor y compositor; Melanie Brown (también conocida como Mel B), cantante, actriz y defensora contra la violencia doméstica; Pierre Paslier, cofundador y co-CEO de Notpla; Tom Daley, clavadista olímpico y defensor de la comunidad LGBTQ+; Renée Fleming, soprano; Jude Kelly, fundadora y CEO de la WOW Foundation; Sougwen Chung, artista e investigadora; Cristina Mittermeier, bióloga marina y fotógrafa de conservación; Tamara Rojo, directora artística y defensora de la inclusión; Benjamin Von Wong, artista visual y activista ambiental.

Todos estos participantes han compartido historias profundamente personales de coraje e innovación, recordándonos que el arte no es solo expresión, sino también resistencia, restauración y revolución.

La Mesa Cultural busca distinguirse por su profundidad interdisciplinaria y curatorial. Más que una conferencia o un panel típico, cada sesión es una experiencia diseñada, donde los oradores son narradores y los asistentes participan en un viaje compartido de conocimiento y transformación.

Pretende actuar como un espacio de confianza, donde se desarrollen conversaciones auténticas, no alrededor de agendas corporativas, sino de verdades humanas. Fomenta relaciones de alto nivel entre sectores que a menudo no hablan el mismo idioma, como negocios y artes, cultura y política, y tecnología y filosofía.

Lo más importante es que construye una comunidad global de acción, personas que no solo hablan de cambio, sino que usan sus plataformas, recursos e influencia para lograrlo.

En un mundo dominado por la polarización, la automatización y la crisis ecológica, la Mesa Cultural muestra lo que es posible cuando la creatividad lidera. Cada Mesa Cultural es un llamado a la acción, demostrando que el sector cultural no es meramente periférico para el desarrollo global, sino un contribuyente fundamental.

De cara al futuro, la Mesa Cultural busca potenciar su capacidad para convertirse en un laboratorio estratégico de ideas, un catalizador creativo y una coalición de agentes de cambio que operan en los niveles más altos de influencia.

El arte puede transformar a los individuos, y los individuos pueden transformar el mundo. La Mesa Cultural nos recuerda que cuando la cultura se convierte en estrategia y la conexión en acción, las posibilidades de cambio son ilimitadas.