Los cambios ambientales afectan a la salud mental. Estos 5 proyectos están abordando el problema

En todo el mundo surgen iniciativas para abordar las dimensiones de salud mental de los desafíos ambientales. Image: Getty Images/Rawpixel
- Los fenómenos meteorológicos extremos, los desplazamientos y la incertidumbre afectan a la salud emocional y psicológica de la población.
- Sin embargo, los presupuestos nacionales e internacionales destinados a la salud dedican relativamente pocos recursos a la salud mental.
- Estos cinco proyectos están supliendo esta carencia con iniciativas locales que abordan el impacto de los cambios ambientales globales en el bienestar.
Desde la ecoansiedad hasta los traumas relacionados con el clima, pasando por los trastornos relacionados con el estrés y la pérdida de identidad cultural, los efectos del calentamiento global en la salud mental son muy diversos y cada vez más urgentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluso reconocido que las tendencias ambientales globales constituyen una amenaza importante para el bienestar mental – en particular para los jóvenes, las comunidades de primera línea y las personas que viven en entornos vulnerables.
Sin embargo, los sistemas que deberían responder a ello siguen sufriendo un déficit crónico de financiación. Los gobiernos dedican solo el 2,1% de sus presupuestos de salud a la salud mental, que también recibe menos del 1% de la ayuda internacional destinada a la salud.
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A pesar de este desafío, comunidades de todo el mundo están respondiendo a través de diversas iniciativas. Desde círculos de apoyo liderados por jóvenes hasta intervenciones de base comunitaria, están surgiendo programas innovadores para abordar las dimensiones de salud mental de los desafíos ambientales.
Con ocasión del Mes de Concientización sobre la Salud Mental, celebrado en mayo, destacamos los esfuerzos que están marcando la diferencia sobre el terreno. A continuación, presentamos cinco ejemplos concretos que muestran cómo grupos de todo el mundo están trabajando para construir un futuro más saludable y sostenible.
1. Hacer de la salud mental una prioridad política
Cada vez son más los países que reconocen la relación entre salud mental y cambios climáticos, pero muy pocos cuentan con planes para abordarla. United for Global Mental Health insta a los países a garantizar que la salud mental se integre en todas las políticas que respondan a fenómenos meteorológicos extremos.
Esto es especialmente importante este año, debido a que los países están presentando la tercera versión de sus planes climáticos en el marco del Acuerdo de París. Estas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) son herramientas importantes para llevar a cabo una acción ambiental coordinada a nivel mundial. Sin embargo, según la OMS, solo cinco de los 193 países incluyen actualmente una referencia a la salud mental en sus NDC.
Para apoyar a los responsables políticos en la integración de la salud mental en las NDC, United for Global Mental Health ha publicado un informe que ofrece recomendaciones concretas y sugiere formulaciones sobre las oportunidades de integración. Desde la agricultura hasta el transporte, pasando por la educación y los residuos, integrar consideraciones ambientales en todos los sectores de las NDC puede ayudar a generar importantes beneficios adicionales para la salud mental.
La protección de la salud mental está indisolublemente ligada a medidas ambiciosas de mitigación del cambio climático. Sin una acción decisiva para hacer frente a la crisis climática, tanto el planeta como el bienestar físico y mental de las comunidades seguirán en peligro. El proceso de las NDC ofrece a los países la oportunidad de elevar sus compromisos climáticos, salvaguardando no solo los ecosistemas, sino también todos los aspectos de la salud humana.
2. Abordar la ecoansiedad en África
Alrededor de dos tercios (66%) de los jóvenes nigerianos sufren ecoansiedad, mientras que más del 45% necesitan acceso a servicios de apoyo, según un estudio realizado en 2022 por The Eco-Anxiety Africa Project (TEAP).
A medida que esta organización ha ido ampliando su investigación y los diálogos con los jóvenes en todo el continente, ha quedado claro que los jóvenes de las regiones que se enfrentan a fenómenos climáticos, inestabilidad política y pobreza energética tienen que lidiar con ansiedad, dolor, ira, trastorno de estrés postraumático y, en algunos casos, ideación suicida.
TEAP brinda a los jóvenes africanos las habilidades necesarias para impulsar el cambio y generar resiliencia y esperanza. La organización ofrece sesiones llamadas ZenCafe en Lagos, donde los jóvenes se reúnen para compartir experiencias, crear comunidad y desarrollar resiliencia. ZenGuardians, un programa de capacitación de 10 semanas que se lanzará próximamente en Nigeria, Ghana, Uganda y Sudáfrica, permitirá a jóvenes activistas impartir sesiones ZenCafe en sus comunidades. TEAP también reconoce el papel de los conocimientos intergeneracionales y crea espacios para que jóvenes y personas mayores se reúnan para intercambiar conocimientos y fomentar la esperanza colectiva en tiempos de incertidumbre.
Este trabajo es importante porque la salud mental influye en la forma en que las personas se adaptan y sobreviven a los fenómenos climáticos. Al centrarse en las realidades locales, TEAP garantiza que las perspectivas africanas sobre los desafíos ambientales y la salud mental sean reconocidas dentro del movimiento climático global.

3. Perspectivas diversas para evaluar los impactos en el bienestar
El Grupo de Trabajo Internacional sobre Neuroclima (NCWG) fue fundado en 2024 con el fin de aportar perspectivas diversas para abordar los impactos del cambio ambiental en el bienestar neurológico y mental. Reúne a una comunidad de científicos, médicos, responsables políticos y expertos en salud pública de 40 países.
En solo un año, el NCWG ha elaborado un informe exhaustivo sobre los cambios en los patrones climáticos y la salud cerebral (que estará disponible en breve) y ha puesto en marcha nuevas colaboraciones para la investigación. También ha desarrollado herramientas educativas y ha dado visibilidad a la salud cerebral en foros internacionales como la Asamblea General de las Naciones Unidas, las conferencias mundiales de la OMS y la COP.
El NCWG está aprovechando este impulso con una nueva iniciativa impulsada por la comunidad. En colaboración con comunidades de primera línea, está documentando estrategias de adaptación tradicionales, profundizando en la investigación epidemiológica y biológica y co-creando intervenciones escalables y arraigadas en la cultura. El objetivo es proteger la salud cerebral, fomentar la resiliencia y empoderar a las comunidades para que prosperen en un panorama ambiental en constante cambio.

4. Centro de investigación sobre el clima y la salud mental
El Climate Cares Centre, con sede en el Imperial College de Londres, tiene como objetivo profundizar en la comprensión y abordar las interconexiones entre la disrupción climática y ambiental y la salud mental a través de investigación, elaboración de políticas, educación y diseño de intervenciones.
El centro contribuye a elevar la conciencia global sobre el nexo entre el cambio climático y la salud mental, al tiempo que promueve la integración de políticas. Entre sus contribuciones se incluyen la organización de eventos sobre salud mental en las cuatro últimas conferencias de la COP, la elaboración de documentos académicos y políticos, la organización de talleres intersectoriales y diálogos internacionales, y el fomento de la sensibilización en los medios de comunicación. Un resultado clave de este trabajo es la inclusión de la salud mental y el bienestar en la Declaración de los Emiratos Árabes Unidos sobre el clima y la salud en la COP28.
La investigación y la acción deben estar dirigidas por las personas directamente afectadas, por lo que la iniciativa colabora con estudiantes y educadores para integrar la salud mental en la educación sobre el clima. También colabora con jóvenes de Australia, Filipinas, el Reino Unido, el Caribe y África Oriental para explorar experiencias vividas y diseñar y poner a prueba mecanismos de apoyo específicos para cada contexto.
Connecting Climate Minds es una iniciativa global del Climate Cares Centre. Hasta la fecha, la iniciativa ha reunido a más de 1180 colaboradores de 126 países, entre ellos más de 300 personas con experiencias vividas. Esto ha dado lugar a programas de investigación y acción que abordan los efectos de los cambios climáticos en la salud mental. Estos programas, junto con historias de experiencias vividas, estudios de casos mundiales, conjuntos de herramientas prácticas y espacios de colaboración, se encuentran en el Global Online Hub de la iniciativa para impulsar la acción y fomentar la colaboración intersectorial.

5. Identificar las emociones causadas por las disrupciones ambientales
¿Por qué es importante nombrar tus emociones climáticas? Porque identificar e interpretar las emociones es el primer paso para manejarlas de manera efectiva.
Climate Mental Health Network, un grupo de activistas comunitarios, destaca los impactos de los cambios ambientales en la salud mental a través de la educación, el trabajo comunitario, los medios de comunicación y la tecnología. En 2023, la red lanzó la Rueda de Emociones por el Clima para ayudar a los individuos a identificar las emociones causadas por las disrupciones ambientales.
El concepto de la rueda se basa en un artículo de 2022 de Panu Pihkala, Toward a Taxonomy of Climate Emotions (Hacia una taxonomía de las emociones climáticas), y en el modelo de la "rueda de sentimientos" – una herramienta visual que ayuda a organizar las emociones dividiéndolas en sentimientos básicos, como la felicidad y la tristeza, y luego en emociones más matizadas, como la soledad o la esperanza.
La Rueda de Emociones por el Clima está disponible en 30 idiomas y se ha difundido a nivel mundial. Se utiliza habitualmente en talleres, aulas y conferencias, especialmente por activistas, educadores y estudiantes.

Estos cinco ejemplos reflejan una creciente conciencia por parte de personas y organizaciones de todo el mundo de que la salud mental y la resiliencia ambiental están profundamente interconectadas. Es esencial mantener la inversión, la colaboración y la visibilidad para ampliar las iniciativas que ya se están llevando a cabo para abordar este vínculo. De este modo, se garantizará que nadie se quede atrás frente al cambio climático.
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