Cómo la declaración de la ONU sobre la resistencia a los antimicrobianos podría llevar al mundo en la dirección correcta

En un nuevo documental llamado El trasplante de Maddie (Maddie’s Transplant), conocemos a una adolescente estadounidense que contrajo SARM después de un trasplante de hígado a los 14 años y que ahora deposita sus esperanzas en el único antibiótico que sigue siendo eficaz contra esa infección recurrente.

"Cuando pienso en este único antibiótico que funciona para mí, me siento muy agradecida", reflexiona Maddie. "También estoy muy nerviosa, porque si me pongo enferma, ¿adónde voy? Es casi como vivir al límite".

Maddie es una de los millones de personas de todo el mundo afectadas por el creciente problema de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), una de las crisis sanitarias más urgentes de la actualidad.

Es un proceso natural que las bacterias y otros microbios que causan infecciones se vuelvan resistentes a los fármacos diseñados para eliminarlos.

Sin embargo, cuando no desarrollamos suficientes fármacos nuevos y abusamos de los existentes, la resistencia crece más rápido que nuestra capacidad para combatir estos microbios. Eso significa que muchas infecciones comunes que antes eran tratables vuelven a ser peligrosas, incluso mortales.

La buena noticia es que el mundo ya dispone de los conocimientos y herramientas de que necesita para abordar la RAM, pero debemos actuar ahora. En la Fundación Novo Nordisk -como muchas otras organizaciones- estamos comprometidos a abordar este problema apoyando la investigación, la innovación y los esfuerzos de promoción, y nos ha complacido ver el desarrollo de acciones coordinadas a través de las fronteras en los últimos años.

Pero existe una clara necesidad de que el mundo se reúna nuevamente y tome medidas concretas para garantizar una sólida reserva de nuevos antibióticos en combinación con incentivos de mercado mucho más fuertes, el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico y el acceso suficiente a los antibióticos existentes.

Tenemos cautelosas esperanzas de que la declaración política que se abordó en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Resistencia a los Antimicrobianos del 26 de septiembre pueda ayudar al mundo a dar estos pasos y abordar este problema.

El borrador de la declaración es el resultado de un esfuerzo colaborativo de meses que involucra a gobiernos, organizaciones y expertos.

Acogemos con satisfacción que el borrador se centre claramente en un enfoque multisectorial, colaborativo y global que abarca investigación y desarrollo, salud, agricultura, manufactura y financiación.

También nos complace que reconozca tanto la urgencia como la desigualdad del problema, ya que las mujeres, las personas con bajos ingresos y las personas con acceso limitado a agua potable, saneamiento e higiene tienen más probabilidades de verse afectadas por la RAM.

Un informe reciente del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, basado en una investigación apoyada por el Foro Económico Mundial y la Fundación Novo Nordisk, detalla estas desigualdades, abordando también los efectos exacerbantes de los conflictos, el cambio climático y la contaminación.

El enfoque de la declaración en la implementación también es bienvenido. Existe una clara sensación de que el mundo necesita no solo nuevas políticas y planes, sino que estos se implementen de manera efectiva a través de, por ejemplo, planes de acción nacionales.

Esperamos que la reunión de seguimiento que se celebrará en Arabia Saudí en noviembre, en la que los Estados miembros debatirán cómo implementar la declaración (si se aprueba), resulte en planes concretos y ambiciosos.

Pero la declaración y todos los demás esfuerzos solo tendrán éxito si mantenemos el costo humano de esta crisis en primer plano. En 2019, un promedio de 3500 personas perdieron la vida cada día a causa de la RAM, mientras que innumerables otras están atrapadas en un ciclo de enfermedad, hospitalización y miedo al futuro.

Maddie es, por supuesto, una de ellas. La película El trasplante de Maddie es una de las dos del cineasta estadounidense Michael Graziano.

En la segunda, La carga de Bradley (Bradley’s Burden) -que es parte documental y parte ciencia ficción-, conocemos a un joven estadounidense, hasta entonces sano, que una mañana se despierta con un lado de la cabeza hinchado y ennegrecido debido a una infección bacteriana que reaparece una y otra vez durante los cinco años siguientes.

En un momento dado, la madre de Bradley recuerda que preguntó al médico de su hijo: "¿Cuándo va a acabar esto? ¿Cómo nos libramos de esto?". Él respondió: "No lo sé".

"Esto no ocurría solo una vez al año", explica en la película. "Ocurría semanalmente o cada dos semanas. Y pensar que esa podría ser su vida era una idea horrible para mí".

Las entrevistas con expertos en ambas películas también nos recuerdan que este problema es complejo y lleno de matices, que no existe una solución milagrosa, y que no lo sabemos todo, por lo que el intercambio de información es clave.

También nos recuerdan que el objetivo no es acabar con la resistencia: si nos proponemos eso, siempre fracasaremos. En cambio, en palabras de Patrick O'Carroll, Presidente y CEO del Grupo de Trabajo para la Salud Mundial (Task Force for Global Health), "el objetivo es siempre tener antibióticos efectivos donde se necesiten, cuando se necesiten, en todas partes donde se necesiten".

Y lo que es más importante, no se trata de luchar contra los microbios, sino de encontrar "una forma de convivir con ellos que no nos cause mala salud, sufrimiento y muerte prematura".

Nos complace que esta perspectiva matizada y colaborativa se refleje en el borrador de la declaración de la ONU, que instamos al mundo a adoptar y aplicar. Esperamos poder participar, junto con muchos otros, en la reunión de alto nivel y proseguir la labor de la Fundación Novo Nordisk para abordar esta cuestión urgente.