Cómo los países en desarrollo están transformando su uso energético para lograr una transición resiliente
Mumbai, India: Las iniciativas de eficiencia energética pueden transformar la forma en que las personas y las empresas utilizan la electricidad. Image: Stockphoto/KishoreJ
- Transformar el uso de la energía es fundamental tanto para reforzar la seguridad energética como para reducir las emisiones.
- El mundo debe dar prioridad a la eficiencia energética en paralelo al cambio a las energías renovables, especialmente en la próxima década; países en desarrollo como India ya han puesto en marcha varias iniciativas para lograr este tipo de cambio.
- El informe Fostering Effective Energy Transition 2024 (Fomentar una Transición Energética Eficaz), del Foro Económico Mundial, explica por qué es necesario actuar con decisión para transformar la oferta, la demanda y la distribución de energía.
Para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, necesitamos reducir las emisiones en torno a un 7% anual. Sin embargo, en la actualidad, las emisiones aumentan alrededor de 1,5% cada año. Las emisiones relacionadas con la energía representan más del 80% del total mundial. Y aunque la producción de energías renovables se ha más que duplicado en la última década, sigue representando poco más del 13% del uso total de energía, frente al 9% en 2011.
Para 2050, se espera que la demanda mundial de electricidad sea más del doble de la actual, debido al crecimiento de la población y al aumento de la electrificación de sectores como el transporte y los procesos de manufactura con uso intensivo de calor. Aunque habrá más energía renovable disponible, no será suficiente para cumplir nuestros objetivos de descarbonización. Debemos centrarnos en gestionar la demanda para avanzar más rápidamente.
Transformar la demanda de energía
Cambiar la forma en que utilizamos la energía es crucial tanto para reforzar la seguridad energética como para reducir las emisiones. Debemos dar la misma prioridad a la eficiencia energética que al cambio a las energías renovables, especialmente en la próxima década. Y mientras el mundo se enfrenta a esta transición crucial hacia sistemas energéticos más sostenibles, debemos escuchar el mundo en desarrollo. Muchos de estos países ya están trabajando para transformar la demanda energética y pueden ofrecer lecciones inestimables mientras el resto del mundo navega por la transición.
En todo el Sur Global se están aplicando múltiples políticas, iniciativas y programas de eficiencia energética, sobre todo en India, Bangladesh, Bután, Nepal y Sri Lanka. El informe Energy Efficiency In South Asia (Eficiencia energética en el sur de Asia), del Banco Asiático de Desarrollo, detalla algunos de estos ejemplos, como códigos de construcción, estándares y programas de etiquetado centrados en la eficiencia energética, e iniciativas específicas de uso final para electrodomésticos como cocinas, iluminación y tecnología de refrigeración.
Impulsar la eficiencia energética junto con el desarrollo de las energías renovables es especialmente importante para el mundo en desarrollo, ya que estos países intentan equilibrar sostenibilidad, asequibilidad y seguridad energética con objetivos de desarrollo. Pero la noción predominante de correlación directa entre crecimiento económico y necesidad energética ya no es cierta. India es un buen ejemplo de ello: sus emisiones per cápita de 1,7 toneladas de CO2 son ya 60% inferiores a la media mundial, de 4,3 toneladas de CO2 per cápita.
Desvincular el crecimiento de la demanda de energía implica importantes inversiones en eficiencia energética, sobre todo durante el desarrollo de nuevas infraestructuras y capacidad de manufactura. India ha puesto en marcha múltiples iniciativas en este ámbito, como el plan "Unnat Jyoti by Affordable LED For All" (UJALA) de 2015 del primer ministro Narendra Modi. Se trata del proyecto más grande del mundo para reemplazar bombillas incandescentes energéticamente ineficientes con bombillas de LED en los hogares, demostrando que pequeñas acciones pueden dar resultados gigantescos, en este caso la reducción de aproximadamente 40 millones de toneladas de CO2 al año.
La Estrategia de Desarrollo de Bajas Emisiones de Largo Plazo (Long-Term Low Emission Development Strategy o LTLEDS) de la India, presentada en la COP26, incluye el objetivo de reducir la intensidad de carbono de la economía en un 45% para 2030 en comparación con los niveles de 2005. Se trata de uno de los cinco objetivos clave del país, junto con el aumento de las energías renovables. También es un principio clave de otra iniciativa del gobierno indio llamada Misión Estilo de vida por el medio ambiente (Mission Lifestyle for Environment o LiFE), que anima a la gente a hacer cambios sencillos en su vida cotidiana para hacer frente al cambio climático.
Beneficios empresariales de la eficiencia energética
Aumentar la productividad energética no sólo es bueno para el medio ambiente, sino también económicamente rentable. Si se adoptan determinadas medidas de aquí a 2030, se podría reducir aproximadamente un 30% la intensidad energética y ahorrar hasta 2 billones de dólares al año. El mayor impacto podría venir de tecnologías y soluciones existentes ya desplegadas y sectores como la fabricación industrial, el transporte y el entorno construido.
Teniendo esto en cuenta, el Grupo Mahindra ha adoptado la eficiencia energética como palanca clave de descarbonización en toda su cartera de empresas. Nuestros negocios en los sectores de automoción y agrícola han mejorado significativamente la productividad energética, lo que ha resultado en un aumento de alrededor del 90% entre 2009 y 2023. Esto significa que estamos produciendo casi el doble con la misma cantidad de energía, lo que se traduce en menores costes de fabricación y más beneficios financieros.
Esto ha sido posible gracias a una serie de intervenciones continuas para reducir la demanda de energía por unidad de producción. Hemos comprobado que cambios de comportamiento, como apagar las máquinas cuando no se utilizan e instalar equipos de bajo consumo, suelen dar resultados rápidos. Las innovaciones en los procesos, como la recuperación de calor, tardan más en aplicarse, pero pueden tener un impacto significativo. Otros cambios, como el diseño eficiente de edificios, el uso de determinados tipos de materiales para mejorar el aislamiento (en el caso del entorno construido), y la electrificación y construcción de vehículos más ligeros (en el sector del transporte), también han resultado eficaces.
Los argumentos para invertir en soluciones de eficiencia energética son claros. Para conseguir el máximo impacto, las empresas del sector privado deben centrarse en tres palancas clave:
- Priorizar estratégicamente la eficiencia energética: Centrarse en una actuación acelerada, reconociendo el importante coste de oportunidad de retrasar la inversión en eficiencia energética.
- Crear una estructura de gobernanza: Implantar un sólido proceso de gobernanza dirigido por altos cargos con un claro sentido de responsabilidad, que altere el statu quo de lo que a menudo se considera business as usual.
- Desarrollar una mentalidad de colaboración: Implantar la cadena de valor a través de una colaboración eficaz, que incluya la concientización, el intercambio de capacidades y tecnología y la financiación, cuando sea factible. Centrarse tanto en los cambios de mentalidad como en las prácticas concretas de gobernanza.
No basta con actuar solo. Las empresas deben comprometerse con sus socios de la cadena de valor para estimular inversiones y acciones más amplias, lo que magnificará el impacto. Plataformas como el International Business Council del Foro Económico Mundial ofrecen información sobre mejores prácticas, intercambio de conocimientos y ayuda para implantar vías claras de transformación en todas las regiones y sectores. Los agentes del sector también pueden colaborar para elevar la concientización. Por ejemplo, el Grupo Mahindra y el fabricante de edificios sostenibles Johnson Controls colaboran en una iniciativa para acelerar el desarrollo de infraestructuras energéticamente eficientes en la India.
Paralelamente, los gobiernos pueden promover la concientización y lanzar políticas, por ejemplo estableciendo directrices para infraestructuras construidas eficientes energéticamente o incentivos para la modernización. Así se creará un entorno propicio para acelerar la eficiencia energética.
Los países en desarrollo están aplicando objetivos de eficiencia energética que pueden reproducirse. Ahora tienen la oportunidad de liderar la transformación de la demanda energética. La colaboración y el impacto acumulativo de muchas pequeñas iniciativas son cruciales. Es hora de unirse para allanar el camino hacia un futuro más verde y limpio.
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