Por qué el reciclaje de metales es una oportunidad demasiado buena para dejarla pasar

Se avecina una revolución de la chatarra. El extraordinario crecimiento de la demanda de metales de transición energética impulsará importantes inversiones en reciclaje. Hay muchos obstáculos que superar, pero las oportunidades son enormes. Entonces, ¿qué está impulsando el renovado interés por el reciclaje de metales?

Varios catalizadores apuntalarán un aumento prolongado de la inversión en metal reciclado:

Para que el mundo avance hacia una mayor circularidad, es necesario introducir cambios estructurales en la dinámica actual del mercado. Cinco tendencias clave darán forma al mercado secundario:

La dinámica actual del mercado de metales secundarios es incompatible con el control del cambio climático y la garantía de suministro de materiales críticos. En muchos mercados sigue existiendo un importante desequilibrio comercial.

Tomemos el cobre como ejemplo. China procesa casi 3,5 millones de toneladas de chatarra de cobre al año. Sin embargo, sólo el 60% procede de fuentes nacionales, y el resto se importa. En cambio, Norteamérica recoge casi 1,5 millones de toneladas anuales de cobre secundario, pero más del 40% se exporta.

Cada vez son más frecuentes las políticas destinadas a "localizar" la oferta de chatarra onshore y desincentivar las exportaciones, sobre todo mediante estándares de calidad más estrictos y restricciones a la importación.

Creemos que estas políticas darán lugar a la desglobalización del comercio de chatarra, lo que presenta una oportunidad para una plétora de nuevas capacidades de procesamiento de chatarra.

Las materias primas secundarias son escasas, el comercio se ve disrumpido y los precios son volátiles. También hay una mayor supervisión ambiental, social y de gobernanza en el sector, lo que significa que la construcción de capacidades adicionales de reciclaje puede ser un reto a pesar de sus evidentes credenciales como fuente de materia prima sostenible y baja en carbono.

La mejor manera de garantizar el suministro fiable, la calidad y el cumplimiento de las normas es controlar segmentos más amplios de la cadena de valor. Sin embargo, las industrias manufactureras no quieren ser necesariamente transformadores de metales y los transformadores de metales no quieren ser recolectores de chatarra.

Existen oportunidades para nuevos modelos de negocio y enfoques innovadores de reciclaje y manufactura. Una reciente operación de Rio Tinto es un buen ejemplo. Rio Tinto, una empresa minera en sus orígenes, ha adquirido el 50% de Matalco, un importante productor de aluminio reciclado, lo que le permite acceder a los almacenes de chatarra de Norteamérica y garantizar un suministro con bajas emisiones de carbono.

Los mercados incipientes, como el de las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos (VE), son un lienzo en blanco en términos de desarrollo del mercado. Esto supone una oportunidad para que surja la innovación y se cierre el círculo.

La demanda de material secundario podría traducirse en una menor oferta de chatarra, a menos que mejoren los índices de reciclaje y utilización. Por otra parte, la legislación sobre el contenido mínimo de material reciclado estimulará la demanda de material de mayor calidad.

Las tasas de reciclaje en los distintos sectores de uso final y jurisdicciones varían mucho. En aluminio, las tasas de reciclaje de envases de latas de bebidas usadas varían del 45% en Estados Unidos al 90% en Brasil.

En el caso del cobre, el proceso de fabricación de láminas electrodepositadas (para las láminas utilizadas en las baterías de los VE) utiliza sobre todo chatarra de alta calidad, con extremos cortados de alambre o alambrón de cobre limpio y puro. A medida que se instalen más plantas de lámina electrodepositada, se intensificará la competencia por la chatarra de cobre.

El panorama dependerá de la rapidez y eficacia con que se pueda movilizar el creciente volumen de chatarra para recogerla, clasificarla y transformarla en productos finales.

En muchos mercados maduros, la chatarra de baja calidad es la oferta marginal. La producción de mayor coste proporciona elasticidad al mercado cuando la oferta primaria es escasa. Serán necesarios avances tecnológicos para desbloquear mayores volúmenes a un precio incentivado más bajo.

Los avances en las tecnologías de reciclaje ya están mejorando la eficacia y la calidad del tratamiento de la chatarra. Las innovaciones en técnicas de detección, clasificación y separación están mejorando los índices de recuperación y reduciendo los residuos de productos al final de su vida útil.

La digitalización y el análisis de datos también están desempeñando un papel importante en la optimización de las operaciones y la mejora del seguimiento de los materiales en la cadena de valor de la chatarra.

Los mecanismos mundiales de fijación de precios de las materias primas secundarias funcionan como muchos otros productos básicos diferenciados. En general, los precios se determinan a través de agencias de información de precios. La Bolsa de Metales de Londres cuenta con un mercado de futuros de chatarra de acero, pero ninguno de los mecanismos es especialmente transparente y existen oportunidades para los operadores y participantes en el mercado.

El precio de la chatarra suele basarse en el precio del metal primario subyacente. Así, los fundidores, refinadores y semimanufactureros pagan un descuento sobre el valor del metal que contiene. Estos descuentos cambian en función de los fundamentos regionales de la oferta y la demanda de la chatarra y el metal primario.

Las nuevas normativas, los aranceles comerciales y las políticas sobre el carbono afectarán al coste y al valor de la chatarra. Los precios del carbono y los mecanismos de ajuste en frontera ayudarán a que la chatarra subutilizada resulte más económica. Es posible que se rompan las relaciones históricas entre chatarra, productos primarios y utilización. La disposición de los consumidores a pagar primas ecológicas será importante, ya que algunos recicladores dependen de ella para mantener la rentabilidad de sus instalaciones.

En general, el reciclaje de metales está destinado a un crecimiento significativo. Las empresas que reconozcan las oportunidades de los mercados secundarios y se adapten podrán beneficiarse de sus ventajas económicas y ambientales.