Cómo transformar la salud cardiovascular en América Latina catalizando la colaboración público-privada

Cuando estamos enfermos, vamos al médico. Si estamos realmente enfermos, vamos al hospital. Así funciona la sanidad, ¿no? ¿Y si le diéramos la vuelta? ¿Y si el médico, el hospital o el sistema sanitario se pusieran en contacto con nosotros antes de que los necesitáramos?

Es un planteamiento que podría hacer girar la asistencia sanitaria sobre su eje. No estamos hablando de enfoques preventivos probados, como la legislación antitabaco. Se trata más bien de enfoques específicos, en los que se identifica a las personas con alto riesgo de padecer una enfermedad y se les orienta a través de vías clínicas para prevenirla o reducir su impacto.

Las razones son claras. En primer lugar, las personas pueden vivir más tiempo y con mejor salud, lo que beneficia a la familia y a la sociedad en general. En segundo lugar, existe la oportunidad de aliviar la carga de los sistemas sanitarios y desarrollar soluciones sostenibles para el futuro.

Los sistemas sanitarios se encuentran en una situación de crisis, alimentada por el envejecimiento de la población, la grave escasez de mano de obra y el aumento de las enfermedades crónicas de larga duración, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. En América Latina, las enfermedades cardiovasculares causaron 1,09 millones de muertes en 2019, lo que corresponde al 38% de todas las muertes por enfermedades no transmisibles. Se espera que el número de muertes y la carga económica resultante de la enfermedad aumenten, desde los 30 900 millones de dólares estimados en 2015.

En el caso de las enfermedades cardiovasculares, en las que la inmensa mayoría de los casos podrían prevenirse, existe una enorme oportunidad de marcar la diferencia para millones de personas identificándolas antes de que necesiten atención urgente, al tiempo que se alivia la carga de los sistemas sanitarios.

¿Cómo podemos impulsar un cambio significativo en sistemas sanitarios tan complejos?

Las asociaciones público-privadas (APP) fueron un componente vital durante la COVID, desde la provisión de capacidad para trasladar los servicios médicos hasta la creación de un entorno totalmente digitalizado.

Inspiradas en las APP de COVID, han surgido APP estratégicas para la gestión de enfermedades crónicas, diseñadas para lograr impacto a escala y con resultados mensurables.

Con vistas a acelerar el cambio, la Colaboración en APPs Estratégicas para Transformar la Salud Cardiovascular, lanzada en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial de 2022 por Novartis, Novo Nordisk y el Laboratorio de Innovación en Sistemas de Salud de Harvard, tiene como objetivo establecer nuevos estándares para avanzar en soluciones y medir el impacto a través de la herramienta de Target Population Outputs (TPO) o resultados de la población objetivo.

La métrica de TPO mide el número de personas con una afección en etapas específicas del recorrido sanitario, y se utiliza para evaluar el impacto de las APP estratégicas a nivel poblacional.

El colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) elevado no suele presentar síntomas. Pero, si no se trata, puede provocar infartos de miocardio e ictus. Para muchos, es una bomba de relojería oculta.

El colesterol LDL alto puede tratarse si se identifica a tiempo a las personas de alto riesgo. Los niveles de colesterol se comprueban mediante un análisis de sangre llamado lipidograma. Pero la forma en que se presentan los resultados del lipidograma es anticuada, y el nivel de riesgo no suele estar claro.

En respuesta, Novartis colaboró con las partes interesadas y el sistema de salud para co-crear Alianza Athero, la primera APP estratégica para revolucionar la atención cardiovascular en Colombia.

Athero ha introducido una forma armonizada de presentar los resultados de las pruebas de colesterol que señala de manera mucho más clara a los médicos de atención primaria cuándo existen posibles signos de alarma de riesgo cardiovascular, lo que les permite iniciar a tiempo a sus pacientes en el tratamiento personalizado adecuado.

Ha sido diseñada con la Asociación Colombiana de Medicina Interna: (ACMI) y la Sociedad Colombiana de Cardiología (SCC) e implementada por una de las mayores redes de laboratorios del país, Synlab.

Gracias a su sencillez y a su enfoque sistémico, este nuevo protocolo de medición es fácilmente escalable y tiene el potencial de influir en las decisiones médicas de 125 000 médicos de atención primaria: Synlab está presente en el 80% del territorio, llega a 3 millones de pacientes y suministra más de 12 millones de perfiles lipídicos al año.

Los avances se están evaluando en función del porcentaje de médicos de atención primaria que realizan evaluaciones de lípidos a los pacientes de su consulta (la población objetivo). Tras sólo seis meses desde su introducción, aproximadamente uno de cada cinco médicos de atención primaria ha adoptado este nuevo enfoque.

El impacto potencial sobre la salud cardiovascular en Colombia podría ser profundo, proporcionando una solución sencilla pero eficaz para aliviar la carga de las enfermedades cardiovasculares y estableciendo un legado sanitario para el futuro de la atención cardiovascular.

Los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares incluyen problemas metabólicos como la obesidad y la diabetes. Estas afecciones son especialmente frecuentes en las zonas urbanas y a menudo se atribuyen a la forma en que la gente vive, se mueve, juega, trabaja y se alimenta en estos entornos.

A través de su iniciativa 'Ciudades cambiando la diabetes', una alianza estratégica mundial con líderes municipales, autoridades sanitarias, grupos comunitarios y otros, Novo Nordisk pretende impulsar la acción preventiva contra la diabetes de tipo 2 y la obesidad en ciudades de todo el mundo.

En Colombia, el programa Ciudades Cambiando la Diabetes Bogotá respondió a la falta de datos sobre la prevalencia de la enfermedad conduciendo un estudio de investigación poblacional pionero en su género sobre la prevalencia y vulnerabilidad de la diabetes tipo 2 y las enfermedades metabólicas.

El estudio reveló que alrededor del 11% de la población vive con diabetes y el 65% con sobrepeso u obesidad, y que muchos desconocen su condición. Todas las estimaciones eran superiores a las comunicadas anteriormente, lo que indica una clara necesidad de actuar para prevenir la creciente carga.

Mientras tanto, un proyecto piloto de intervención en el espacio público probó formas de aumentar los comportamientos saludables mejorando las condiciones ambientales y el acceso a la información sanitaria y las oportunidades de actividad física para los residentes de San Luis, una región de Bogotá.

Como resultado, en la zona de intervención aumentaron los comportamientos saludables y las personas experimentaron actitudes más positivas hacia sí mismas y se sintieron capacitadas para introducir cambios en su estilo de vida.

Se trata de un planteamiento específico y fácilmente escalable para influir positivamente en la salud y el bienestar de más personas.

Tenemos motivos para creer que la prevención de las enfermedades cardiovasculares está cobrando impulso.

Mediante la ampliación de las intervenciones y la evaluación de sus avances con instrumentos como los TPOs, las asociaciones público-privadas estratégicas pueden avanzar en la mejora de la salud y la generación de eficiencias de nuestros sistemas sanitarios, para que sigan respondiendo a las expectativas de las personas y las necesidades de la sociedad.

Esta será nuestra contribución colectiva a la construcción de un legado sanitario sostenible para el futuro.