América Latina avanza hacia una economía sostenible. Estos son los retos y las oportunidades

América Latina se encuentra en una encrucijada: está en una posición privilegiada para apoyar los esfuerzos mundiales en materia de transición energética, cambio climático, seguridad alimentaria, preservación de la biodiversidad y reconfiguración de las cadenas de suministro. Al mismo tiempo, la región se enfrenta a retos de larga data como el bajo crecimiento, la cualificación de la fuerza laboral y la seguridad.

Líderes empresariales y responsables políticos de América Latina hablaron sobre los retos y oportunidades de la región durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, destacando cómo las circunstancias actuales podrían ser un "punto de inflexión" para construir una economía sostenible y resiliente.

La "buena noticia", según Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva de Perú, es que la mayoría de los países de la región tienen la inflación bajo control. Aunque el panorama sigue siendo heterogéneo y los resultados económicos de los países difieren, "la inflación, que asustó a todos en algún momento, está bajo control" y los bancos centrales han empezado a bajar las tasas de interés, dijo.

El crecimiento, sin embargo, sigue siendo un problema, según Velarde. Las dos mayores economías de la región, México y Brasil, han registrado tradicionalmente un bajo crecimiento, mientras que las economías con mejores resultados hasta hace poco, como Perú, Colombia y Chile, también se han ralentizado. Las reformas favorables al crecimiento llevadas a cabo en la década de 1990 "se han olvidado" en gran medida y los países volvieron a "sobrerregularse", según Velarde, lo que obstaculizó la lucha contra la pobreza. La región necesita un nuevo impulso hacia un programa de reformas favorable a la inversión, afirmó.

A pesar de este panorama mixto, América Latina está bien posicionada para desempeñar un papel crucial en la transición hacia una economía global más sostenible, dadas sus vastas fuentes de energía renovable y minerales que impulsarán un futuro más verde, un fuerte sector agrícola exportador para alimentar a una población mundial creciente y una postura geopolítica neutral que le permite desarrollar fuertes lazos en un mundo multipolar.

"América Latina puede y debe asumir un papel de liderazgo en la sostenibilidad global porque tenemos biodiversidad, tenemos la mayor cantidad de agua potable del mundo, tenemos la Amazonia que proporciona almacenamiento de carbono para el mundo", dijo Luís Roberto Barroso, presidente del Tribunal Supremo de Brasil. "Salvo algún que otro susto, tenemos buenas relaciones entre nuestros vecinos, la normalidad democrática se ha mantenido en los países más grandes, no tenemos conflictos religiosos y somos una sociedad multirracial. Así que, sin rechazar las complejidades que existen y que debemos abordar, creo que América Latina ofrece grandes potencialidades al mundo que pueden aprovecharse si encontramos el camino adecuado".

Las empresas latinoamericanas presentes en Davos destacaron el papel crucial del sector privado a la hora de aprovechar el potencial de la región, así como el papel de los gobiernos a la hora de posibilitar las inversiones mediante la clara delimitación de marcos y políticas. Luis Henrique Guimarães, consejero y ex-presidente de Cosan, afirmó que Brasil está bien posicionado para beneficiarse de la descarbonización mundial dada su competitividad en sectores energéticos como los biocombustibles, la minería y la agricultura. Subrayó que "las inversiones proceden del sector privado", pero el Gobierno brasileño está facilitando las inversiones con recientes normativas sobre la transición energética, el hidrógeno y el mercado del carbono, lo que permite el crecimiento y la creación de puestos de trabajo de alta calidad.

Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy, destacó que sectores clave de las economías latinoamericanas se han embarcado en la innovación tecnológica, por ejemplo el sector agrícola. "El sector del agro ha sido tradicionalmente un sector de poca creación de empleo, poco uso de tecnología y, generalmente, baja innovación. Sin embargo, en las últimas décadas hemos asistido a una revolución con la incorporación de tecnologías y procesos en el agro, que cambiaron totalmente la forma en que, hoy, el productor agropecuario encara su trabajo." Según Bulgheroni, las mejoras en la tecnología de semillas y la gestión de los cultivos han aumentado la productividad y permitido un mejor aprovechamiento de los suelos, reforzando la seguridad alimentaria y el cuidado ambiental.

Un caso exitoso de interés público y privado es el estado mexicano de Baja California, fronterizo con California y Arizona (Estados Unidos), que se ha convertido en uno de los estados mexicanos de mayor crecimiento incluso antes de que la reciente tendencia al nearshoring diera a las empresas mexicanas ventaja sobre las chinas, beneficiándolas de la proximidad con las cadenas de suministro estadounidenses. La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, afirmó que "el nearshoring es algo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo por las condiciones endógenas del propio estado", situado en una dinámica zona fronteriza que alberga a 7 millones de habitantes y está ubicada en la costa del Pacífico, lo que facilita el comercio con Asia. Estas condiciones han permitido a Baja California centrarse en industrias clave, como los semiconductores, la biotecnología y el turismo médico.

La clave del atractivo de Baja California para los inversionistas es el talento, dijo Pilar Ávila. "Hoy en día las grandes inversiones están buscando el talento. Tenemos más de 90 universidades en Baja California, específicamente la política económica del presidente Andrés Manuel López Obrador ha llevado a este fortalecimiento de la política nacional y sobre todo de la confianza de las inversiones", dijo. Las políticas públicas hacen que la inversión sea un motor de crecimiento y aseguran que se traduzca en mayor capacitación y bienestar para la población.

Algunos de los retos de la transición hacia un futuro sostenible son la financiación, en particular de la bioeconomía emergente, y garantizar que la región mantenga el rumbo en términos de seguridad y gobernanza. Esos retos también se debatieron el las sesiones dedicadas a América Latina durante la Reunión Anual de Foro.

Sobre la cuestión de recursos financieros, Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, subrayó que la financiación verde ocupa un lugar destacado en la agenda del BID, con un "enfoque holístico" que va más allá de la preservación del medio ambiente, teniendo en cuenta el impacto en las personas, las ciudades, las infraestructuras y el valor económico de mantener los bosques en pie. La escala y el impacto necesarios para la transición no pueden ser alcanzados por los sectores público o privado por sí solos, dijo, ni tampoco por las comunidades indígenas y gobiernos locales sin apoyo externo.

En su opinión, América Latina se encuentra ante "una oportunidad única" para trazar su propio camino de desarrollo sostenible, al tiempo que se convierte en parte de la solución a algunos de los problemas globales más acuciantes, como las energías limpias, la producción de alimentos y la protección de biomas naturales, como la Amazonia.