Net Zero Industry Tracker: Cómo acelerar la descarbonización en la industria pesada

En esta era centrada en el clima, las industrias se encuentran en un momento crucial. El impulso mundial hacia las emisiones netas cero para 2050 ha puesto en el punto de mira a sectores tradicionalmente intensivos en carbono.

El informe Net Zero Industry Tracker 2023, del Foro Económico Mundial, realiza un seguimiento de los avances en descarbonización en los sectores industriales, incluida la producción industrial (acero, cemento, aluminio y amoníaco), la energía (petróleo y gas) y el transporte (aviación, transporte marítimo y por carretera), que contribuyen a más del 40% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La herramienta evalúa el desempeño y la preparación de los sectores, centrándose en la mejora de aspectos clave como tecnología, infraestructura, demanda, políticas y capital.

Descarbonizar los sectores significa reducir su dependencia de los combustibles fósiles mediante el cambio a la energía limpia y el hidrógeno limpio, la mejora de la eficiencia y la captura de las emisiones restantes. El análisis de la última edición del Net Zero Industry Tracker subraya las grandes lagunas existentes en el entorno habilitante, en todos los sectores. En ausencia de un entorno propicio sólido, la descarbonización industrial no será oportuna ni eficaz.

Centrándonos en el papel de la tecnología en esta transición, la descarbonización de estos sectores depende principalmente del desarrollo y la adopción de tecnologías limpias basadas en el hidrógeno, la energía limpia y la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés).

El informe Net Zero Industry Tracker identifica tres prioridades para mejorar el desarrollo y la adopción de tecnologías en los sectores industriales:

Se espera que la energía limpia represente hasta el 65% de la combinación energética final en 2050 y es el método menos complejo para impulsar la reducción de emisiones.

A falta de alternativas viables para el cemento neto cero, se necesitan investigación y desarrollo, inversiones y proyectos adicionales para mejorar las aplicaciones en instalaciones pequeñas y remotas y acelerar la ampliación comercial en esta década.

El acceso al hidrógeno verde y azul es una importante solución de descarbonización para varios sectores. A pesar de los avances positivos, es especialmente importante reducir significativamente los costes y aumentar el suministro de hidrógeno verde para descarbonizar y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Sin embargo, la ejecución de estas prioridades depende de que se aborden los factores del ecosistema, a fin de apoyar el avance paralelo en todas las dimensiones de la preparación.

Las tecnologías de bajas emisiones crecen lentamente y se necesita acelerar su adopción para un uso comercial en 2030. Tanto las start-ups como las empresas tradicionales tienen un papel que desempeñar en este panorama en evolución, en el que se necesita transformar el modelo de negocio para garantizar la longevidad y la rentabilidad. Para acelerar el progreso, debe darse prioridad al avance de los niveles de preparación tecnológica mediante la colaboración y las asociaciones entre industrias.

La mayoría de los sectores presentan bajos índices de preparación y adopción de tecnologías, ya que las industrias dan prioridad a las medidas de eficiencia frente a los productos de bajas emisiones. El panorama de la asignación presupuestaria apoya la priorización de las medidas de eficiencia. Según la AIE, en 2022, las medidas de eficiencia constituirán la mayor proporción del presupuesto total de investigación, desarrollo e implantación (I+D+i) a nivel mundial (24%), mientras que las energías renovables y el hidrógeno ocuparán el 13% cada uno.

Sin embargo, la transición energética exige ahora dar prioridad a los avances tecnológicos fundamentales. Aunque las medidas de eficiencia a corto plazo son vitales para la reducción de emisiones, su potencial de mejora es limitado, lo que conduce a un estancamiento de los beneficios. Las organizaciones deben planificar de forma proactiva el cambio de su enfoque hacia soluciones con bajas emisiones de carbono y cero emisiones netas, dando prioridad a las medidas a largo plazo y de gran impacto. Esto implica aumentar las inversiones en I+D+i en tecnologías de bajas emisiones.

La transformación tecnológica se basa en la innovación, la coordinación y el aumento de la inversión en I+D+i en energía limpia, hidrógeno limpio y CCUS, sectores que se enfrentan al reto de reducir costes. Aunque el gasto público en energía baja en carbono aumentó más rápidamente que el total de los presupuestos energéticos el año pasado, este avance está impulsado principalmente por China. Esfuerzos similares deberían repetirse en otras regiones.

BloombergNEF informa de un aumento del 31% en las inversiones en tecnología de bajas emisiones en el último año. Sin embargo, la mayoría de los fondos se canalizan hacia instalaciones tecnológicas e industriales ya establecidas, dejando a las startups y a la innovación con un crecimiento negativo de la financiación (-29%) entre 2021-2022.

Según el Net Zero Industry Tracker, la financiación pública por sí sola no puede salvar esta brecha financiera, dado el coste actual de la tecnología. Además, los márgenes de beneficio de la industria sugieren que muchos sectores no pueden absorber los costes adicionales a la vez que generan rendimientos satisfactorios. Por lo tanto, es necesario mejorar el acceso a la financiación privada y a las asociaciones público-privadas para triplicar la inversión en startups e innovación, según propone BloombergNEF para 2050.

Las inversiones en I+D+i muestran cada vez más signos de avance hacia la viabilidad comercial, a medida que las condiciones del mercado se vuelven más favorables para rentabilizar las inversiones. La inversión incremental a lo largo de las curvas S de la tecnología representa una vía prometedora para maximizar los beneficios. Sin embargo, también es necesario mejorar la transparencia en relación con las alternativas de bajas emisiones y reforzar las señales de demanda de nuevas aplicaciones tecnológicas.

Fomentar un entorno propicio para las start-ups anima a los inversores a identificar empresas con gran potencial, al tiempo que ofrece a los innovadores acceso a financiación y redes de apoyo para su ampliación. Sin embargo, esto debe apoyarse en un ecosistema tangible, auditable y solidario. Es crucial integrar la contabilidad de la I+D+i en los marcos de financiación climática, como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, donde actualmente no existe. Esto implica definir categorías específicas de I+D+i, utilizar métricas de innovación, ofrecer incentivos fiscales y obligar a informar sobre los gases de efecto invernadero, además de aumentar el apoyo a la transferencia de tecnología y la educación de los inversores.

Las start-ups y las empresas tradicionales son vitales en el cambio hacia una producción, una energía y un transporte más limpios. Las start-ups destacan por su innovación y agilidad, pero a menudo carecen de recursos. Los operadores tradicionales, con su presencia establecida en el mercado y su estabilidad financiera, pueden tener dificultades para adaptarse rápidamente. La colaboración entre ellos es crucial para acelerar el desarrollo de tecnologías de bajas emisiones, creando una relación sinérgica que supere sus debilidades individuales.

Al establecer canales y ecosistemas de innovación en colaboración, las industrias pueden reforzar el atractivo financiero, la estabilidad y la resiliencia de las tecnologías de bajas emisiones en medio de las presiones inflacionistas. Este enfoque mitiga los riesgos y aumenta la probabilidad de obtener rendimientos favorables de las inversiones. Las industrias pueden racionalizar los requisitos, aliviando la presión sobre la cadena de suministro a medida que las tecnologías se acercan a la escala comercial. Estas asociaciones promueven una mayor claridad sobre la demanda de recursos finitos y reducen la competencia por los recursos entre las empresas. Además, la colaboración estimula la demanda de los consumidores a través de bases de clientes establecidas y una mayor transparencia de los productos.

Aunque la integración de las innovaciones en los sistemas empresariales establecidos es crucial, la transformación del modelo empresarial desempeña un papel fundamental para acelerar el desarrollo de tecnologías de bajas emisiones. Las empresas deben dar prioridad a la reevaluación de la estrategia para alinearla con los objetivos de sostenibilidad. Esta transformación implica pasar de los modelos tradicionales orientados al beneficio a otros que den prioridad a la innovación, la sostenibilidad y la colaboración.

A medida que las empresas invierten cada vez más en I+D+i de tecnologías de bajas emisiones, resulta imperativo fomentar las asociaciones con nuevas empresas y participar en ecosistemas de innovación abierta. Reimaginando sus modelos de negocio, las organizaciones pueden aprovechar más eficazmente sus recursos y capacidades para crear y ampliar soluciones que reduzcan las emisiones. En última instancia, esto impulsará el rápido desarrollo y adopción de tecnologías, esenciales para lograr una economía neta de cero emisiones de carbono.

Sin cambios radicales y sin alterar el panorama tecnológico actual, el retraso en el desarrollo y la adopción de tecnologías seguirá obstaculizando la transición industrial hacia las emisiones netas cero. Es necesario un mayor esfuerzo colectivo de empresas, responsables políticos, inversores e innovadores para convertirse en la fuerza motriz del cambio.