Cómo impulsar una transición energética global que incluya al Sur Global

La Cumbre del G7 celebrada este año en Hiroshima (Japón) se centró predominantemente en los retos geopolíticos y también se hizo hincapié en la urgencia del cambio climático. La Declaración de los Ministros de Asuntos Exteriores reiteró el compromiso del G7 de "apoyar infraestructuras sostenibles, inclusivas, resilientes y de calidad en los países socios a través de la Asociación del G7 para la Infraestructura y la Inversión Global". Asimismo, el Comunicado de los Líderes reiteró el apoyo continuo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero se hizo poca referencia al acceso a la energía, su asequibilidad o la estabilidad del mercado.

En contraste, India fue el país anfitrión del G20 de este año. Su presidencia, así como la inclusión en el G20 de un mayor número de miembros de los principales países del Sur Global, incluida la Unión Africana, dieron lugar a una declaración muy diferente a la del G7. La Declaración del G20 hizo hincapié en el acceso a la energía, su asequibilidad de y la estabilidad del mercado. También reconoció la inversión inclusiva para apoyar el crecimiento.

Aunque el Comunicado de los Líderes del G7 expresa el compromiso de seguir avanzando en los ODS y de promover la reforma de la financiación pública del desarrollo, el contraste entre las declaraciones del G7 y el G20 pone de manifiesto la escasa atención que se percibe que las economías avanzadas están prestando a las necesidades del Sur Global, incluyendo quizás las diferentes prioridades entre esos grupos.

Según el informe Fostering Effective Energy Transition 2023 (Fomentando una transición energética eficaz), del Foro Económico Mundial, aunque se han producido grandes avances en materia de energía limpia y sostenible, están surgiendo nuevos retos para la equidad de la transición. Esto se debe a que los países están centrando su atención en la seguridad energética ante la subida de los precios de la energía.

Para alcanzar nuestros objetivos climáticos, debemos contar con la participación de todos los países. Esto significa que los planes para la transición energética no pueden ir en detrimento de la estabilidad del mercado energético, la seguridad energética o el desarrollo equitativo en el Sur Global.

Debemos hacer todo lo posible para evitar futuras crisis energéticas, que serían muy perjudiciales para el Sur Global, evitando la escasez de capacidad de suministro energético y asegurando una amortiguación suficiente frente a diversas contingencias.

El Sur Global debe desplegar muchas más energías renovables. Pero para ello será necesario un aumento sustancial de la financiación mixta y en condiciones favorables, a lo que puede contribuir la reforma de la financiación del desarrollo.

Por último, el acceso a la energía es el elemento más básico de la inclusión. Tenemos que cambiar la situación en la que 2300 millones de personas en todo el mundo siguen utilizando leña, carbón vegetal y biomasa para cocinar, lo que tiene graves consecuencias para la salud. A este respecto, hay que considerar formas pragmáticas de mejorar el acceso a la energía en las zonas donde la conexión a las redes podría llevar años. En algunos caso, una posibilidad prometedora podría ser una combinación de energías renovables para la electricidad (por ejemplo, sistemas solares domésticos) con GLP como combustible más limpio para cocinar.

El mundo necesita abordar más que nunca la inclusividad, más allá de la atención exclusiva a la sostenibilidad. Deben abordarse las preocupaciones legítimas del Sur Global y no debe permitirse que las grandes economías con recursos suficientes pongan excusas para no tomar las medidas necesarias para hacer frente al cambio climático.

Hay aspectos positivos del G7 y el G20 que pueden incorporarse al proceso de la COP28. Los puntos fuertes del G7/G20 han sido, sobre todo, la valiosa oportunidad que han tenido los principales líderes mundiales de participar en reuniones intensivas que pueden ejercer una presión entre iguales al más alto nivel, desarrollar consensos y enviar mensajes contundentes al mundo. En la COP28, los líderes tienen la oportunidad de entablar debates más intensos sobre la inclusión de la transición energética.

Además de la mejora de la estabilidad del mercado energético, la seguridad energética y la mejora del acceso a la energía, hay acciones específicas que pueden llevarse a cabo en la COP28 para lograr una transición energética mundial que incluya al Sur Global:

Por último, todos estos esfuerzos deberían converger hacia una mayor participación del Sur Global en las industrias de crecimiento que la transición energética está creando. Entre ellas se incluyen el procesamiento, la fabricación y el ensamblaje de insumos, como los minerales críticos, las baterías y los equipos, como los paneles solares. Las soluciones podrían incluir la provisión de compromisos de mercado avanzado para adquirir bienes y equipos producidos en los países del Sur Global a cambio de compromisos de esos países para acelerar sus propias transiciones energéticas.

Más allá de la COP28, es igualmente importante seguir haciendo hincapié en la inclusividad e incorporar acciones concretas para abordar las preocupaciones legítimas del Sur Global en las reuniones del G7/G20 previstas para 2024, así como para la COP29. Estos procesos internacionales son clave para que el mundo aborde los retos globales, especialmente cuando la eficacia de los procesos internacionales está en duda. Estos procesos internacionales tendrán que abordar la inclusividad de una manera eficaz, que seguirá siendo uno de los elementos clave en la larga transición energética.