América Latina está destinada a convertirse en una potencia mundial de innovación. Esta es la razón

América Latina ha avanzado notablemente como centro clave para la innovación y el emprendimiento.

En 2022, se fundaron más de 220 startups en toda la región. Además, la emergencia y la salida a bolsa de renombrados unicornios, la llegada de importantes firmas de capital de riesgo como Sequoia, Andreessen Horowitz y Accel Partners, y de aceleradoras como Y Combinator, han posicionado firmemente a la región en el mapa global para las startups y los entusiastas del emprendimiento de todo el mundo.

En la última edición del Índice Global de Ecosistemas de Startups 2023, 77 ciudades de 11 países de la región subieron en el ranking, con centros económicos como Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina superando a mercados de innovación más consolidados fuera de América Latina.

¿Qué factores han contribuido al surgimiento de América Latina como hub destacado para la innovación y el emprendimiento? ¿Cómo ha contribuido la interacción entre el sector público y el privado a que la región se convierta en un terreno fértil para la creación, el crecimiento y la expansión próspera de startups?

Analicemos estas cuestiones y escuchemos las opiniones de cinco miembros de las Comunidades de Innovadores del Foro Económico Mundial, un grupo de destacadas startups, scaleups y unicornios.

América Latina se ha luchado históricamente con retos que han permanecido sin resolver durante mucho tiempo. Las necesidades no cubiertas, como la accesibilidad al consumo y la falta de soluciones financieras, no fueron abordadas por el sector público ni por el privado durante muchos años, lo que allanó el camino para que los emprendedores locales aprovecharan oportunidades sustanciales y crearan soluciones para estos problemas pendientes de resolver. Se trataba de una gran oportunidad para que los emprendedores pusieran a prueba nuevas ideas y reprodujeran modelos ya probados en otros mercados.

Las startups emergentes han trabajado para conectar, colaborar y fomentar un sólido ecosistema de emprendimiento, mientras que los éxitos de mercado de muchos unicornios de la región han sentado un precedente inspirador en la comunidad de startups. Simultáneamente, el rápido crecimiento de destacadas startups y unicornios ha catalizado el nacimiento de nuevas startups, impulsadas por la necesidad de crear soluciones a las demandas cambiantes de estos gigantes del sector a medida que diversifican sus iniciativas empresariales. Este es el caso del "efecto Rappi", cuyo crecimiento exponencial dio lugar a la creación de más de 100 nuevas startups por parte de antiguos colaboradores de Rappi, muchas de ellas enfocadas en satisfacer las necesidades del unicornio colombiano.

Adicionalmente, los gobiernos reconocen cada vez más la importancia de apoyar la innovación y han adoptado medidas para promoverla. Estas medidas abarcan marcos normativos que facilitan el acceso de los emprendedores a recursos y financiación, así como iniciativas para establecer la infraestructura digital necesaria para una integración armoniosa en el mercado.

Países como Colombia han creado un clima normativo favorable, facilitando el acceso a la financiación para los emprendedores locales, apoyando las necesidades de personal cualificado de las startups y aumentando la alfabetización tecnológica en las ciudades más pequeñas del país. Otras iniciativas como Startup Chile, una reconocida aceleradora de startups creada por el Gobierno chileno, que no se limita a los emprendedores locales y apoya a más de 2000 fundadores de todo el mundo a través de una aceleradora en Santiago, han desbloqueado el potencial del ecosistema emprendedor.

La convergencia de las iniciativas privadas con el apoyo gubernamental también ha captado la atención de destacados fondos de capital de riesgo, resultando en oportunidades de financiación, intercambio de conocimientos, conexiones y escalabilidad. De acuerdo con un informe de CB Insights, la región recaudó más de 600 millones de dólares y fue testigo de más de 98 fusiones y adquisiciones en el primer trimestre de 2023.

Sin embargo, la convergencia de los esfuerzos públicos y privados debe evolucionar más allá de los sucesos fortuitos para convertirse en empresas conjuntas (joint ventures) sólidas y colaborativas. Los gobiernos y las startups deben trabajar juntos para fortalecer el ecosistema de la innovación. Esta alianza tiene especial importancia en ámbitos como los marcos reguladores de las nuevas tecnologías, en los que los innovadores poseen un conocimiento incomparable sobre de las complejidades, los beneficios y riesgos potenciales asociados a estas aplicaciones transformadoras.

América Latina también está reconocida como un importante polo de talento y la colaboración entre los gobiernos y el sector privado es esencial para reforzar las competencias de la fuerza laboral. Como actores privilegiados en la predicción de las tendencias y necesidades del mercado, las startups podrían ayudar a predecir las áreas de formación para responder eficazmente a las demandas del mercado.

Esta dinámica alianza público-privada tiene el potencial de fomentar avances tecnológicos notables y de nutrir un ecosistema resiliente que busque hacer frente a los retos polifacéticos del presente y del futuro.

Según IDB Lab, se prevé que el valor de las startups tecnológicas de América Latina y el Caribe alcance los 2 billones de dólares en 2030 y, aunque las startups de la región se enfrentan a una gran reducción de la financiación de capital de riesgo, tendrán que impulsar su camino hacia la rentabilidad, un camino en el que la cooperación público-privada será crucial. A medida que esta decisiva colaboración entre el gobierno y las startups siga evolucionando, la trayectoria de América Latina como potencia mundial de la innovación parece destinada a prosperar y perdurar.