Por qué la educación de calidad es la base del emprendimiento y del crecimiento económico

Esta es una década de acción vital. En la medida en que el mundo trate de mantener el crecimiento económico y abordar la desigualdad social y el cambio climático, los cambios que hagamos en los próximos 10 años serán clave para encaminarnos hacia un futuro más equitativo y sostenible.

Dado que las pequeñas y medianas empresas representan alrededor del 90% de todas las empresas y son responsables de casi el 70% de los puestos de trabajo y del PIB mundial, el emprendimiento impulsará esta transformación. Estas empresas desempeñarán un papel fundamental en el impulso de la economía mundial.

Sin embargo, los innovadores y los disruptores no nacen de la noche a la mañana; las mentes emprendedoras deben cultivarse. Para crear una empresa que cambie las reglas del juego, todo emprendedor necesita primero la base indispensable de una educación de calidad. Los años pasados en la escuela amplían sus perspectivas, ayudan a construir su conocimiento y confianza, y alimentan su pasión por el aprendizaje permanente.

Según UNICEF, 600 millones de niños y adolescentes de todo el mundo no pueden alcanzar los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas, a pesar de que dos tercios de ellos están escolarizados. Para los 129 millones de jóvenes sin escolarizar y los 43,3 millones de niños desplazados en todo el mundo, estas competencias básicas están aún más lejos de su alcance.

El acceso a la educación es un derecho fundamental, no un privilegio. Es también la piedra angular de las oportunidades tanto para los individuos, que desarrollan valiosos conocimientos y capacidades, como para la sociedad, a medida que las futuras generaciones de trabajadores cualificados amplían las fronteras de la innovación y la productividad. A medida que nuestro mundo y nuestra economía avanzan, debemos asegurarnos de que existe la infraestructura necesaria para ayudar a los jóvenes a proseguir su educación, sean quienes sean o vivan donde vivan.

También tenemos que preparar a los estudiantes para las preguntas importantes y desconocidas que les esperan, fomentando su creatividad, así como su pensamiento crítico y su capacidad para resolver problemas. Los educadores comprometidos con su misión deben recibir formación, inversión y apoyo para impartir enfoques pedagógicos modernos respaldados por la ciencia, cultivar las competencias esenciales y ayudar a convertir a los jóvenes en los líderes del futuro.

El trabajo de la Dra. Linda Darling-Hammond -galardonada con el Premio Yidan 2022 al Desarrollo de la Educación- en el Learning Policy Institute es un ejemplo convincente. Se ha replanteado cómo diseñar nuestras escuelas para mejorar el aprendizaje auténtico, de manera que pueda aplicarse a los retos del mundo real a los que nos enfrentamos hoy en día.

Los sistemas escolares deben reinventar sus planes de estudios para ofrecer una educación holística que fomente el desarrollo social, emocional, cognitivo y académico de los alumnos. Esto incluye alejarse de los sistemas tradicionales que se centran en las pruebas estandarizadas, pues sabemos que enseñar según la media no funciona. Si se toman en cuenta las realidades de los alumnos, ellos se convertirán en mejores pensadores y solucionadores de problemas.

Ampliar el acceso a una educación STEM de calidad es igualmente importante, ya que amplía nuestra reserva de innovadores mundiales, especialmente en los países en desarrollo y entre las niñas y las mujeres jóvenes. De este modo, tenemos más posibilidades de encontrar nuevas soluciones para problemas acuciantes, por ejemplo, cómo hacer la transición de nuestra población mundial a las energías limpias, limitar el agotamiento de los recursos naturales y proteger los delicados ecosistemas del planeta.

También debemos aceptar que el sistema educativo actual no está diseñado para el mundo de mañana, y cambiarlo. Las generaciones actuales y futuras crecerán en una sociedad digital en la que se calcula que el 70 % del nuevo valor creado en la economía durante la próxima década se basará en modelos empresariales digitales. A medida que se produzcan nuevas innovaciones tecnológicas, el 44% de las competencias de los trabajadores se verán alteradas en los próximos cinco años, lo que subraya la necesidad de nuevos enfoques de aprendizaje. Sin embargo, la educación sigue siendo en gran medida la misma que en la generación de nuestros abuelos.

Programas como edX pueden ayudar a cerrar esta brecha. Fundada por Anant Agarwal, galardonado con el Premio Yidan 2018 al Desarrollo de la Educación, se trata de una plataforma mundial de aprendizaje en línea que ofrece oportunidades de educación flexibles y asequibles para el futuro del trabajo. Al integrar plugins de IA como ChatGPT en su sistema, edX también está proporcionando a los alumnos apoyo académico personalizado y en tiempo real, ofreciendo una experiencia de aprendizaje más receptiva y adaptativa adaptada a las necesidades de cada estudiante.

Por supuesto, el éxito de la economía mundial seguirá estando influido por una gran variedad de factores. Sin embargo, no debemos pasar por alto el importante papel del emprendimiento como motor del crecimiento, ni el papel clave que desempeña la educación para fomentarlo e inspirarlo. Ya sea aprovechando la tecnología avanzada o aprovechando las posibilidades de la ciencia, las semillas de la innovación del mañana se plantan y nutren en las aulas y campus de hoy.

Poniendo de relieve las mejores prácticas y colaborando con socios afines de todos los sectores, podemos dotar a los jóvenes de los conocimientos y capacidades necesarios para reimaginar el futuro. Y al hacerlo, construiremos una economía mundial más resistente y más próspera para todos.