Esta emprendedora social ha llevado 225 millones de libros gratuitos a familias de bajos ingresos

El número de libros en un hogar es un indicador extraordinariamente bueno del éxito en la educación y, por tanto, más adelante en la vida.

Kyle Zimmer, presidente, CEO y fundadora de la ONG educativa First Book no creció en una zona rica, pero su familia siempre dio prioridad a la educación. Se aseguraron de que tuviera libros para leer.

Hoy, su organización First Book hace lo mismo por millones de niños de Estados Unidos, Canadá y, cada vez más, otros países. Les proporciona libros y actúa cada vez más como voz y defensor en el campo de la investigación sobre la equidad educativa.

La educación "ha sido una de mis pasiones desde que era niño", dice Zimmer al Foro Económico Mundial.

"Tuve la suerte de crecer en una familia que daba prioridad a la educación y eso marcó una gran diferencia para mí. Crecí en los Apalaches. Es una zona de Estados Unidos con mucha pobreza y muchos problemas", explica.

"Pero el interés de mi familia por la educación me permitió abrirme las puertas. Estudiar Derecho. Crear mi propia organización sin ánimo de lucro y vivir realmente la vida que quería vivir, hacer las contribuciones que quería hacer. La diferencia entre mi capacidad para hacerlo y la de otros es que yo tenía libros en casa. Tenía la educación por delante".

Quiere asegurarse de que los niños de todo el mundo tengan la misma oportunidad. Desde 1992, First Book ha distribuido más de 225 millones de libros y recursos educativos a programas y escuelas que atienden a niños de comunidades con bajos ingresos de Estados Unidos y Canadá.

"First Book trata de libros, pero no sólo de libros. Nos centramos fundamentalmente en la equidad educativa para los niños necesitados en Estados Unidos, en Canadá y, cada vez más, en todo el mundo."

Pero aún queda mucho por hacer. Según First Book, aproximadamente el 30% de las bibliotecas escolares no cumplen las directrices de alfabetización, y el 54% de los educadores afirman tener 10 o menos libros por niño en las bibliotecas de sus aulas.

Pero no se trata sólo de escuelas, explica Zimmer: "Realmente empezamos centrándonos en cómo llevar más libros y recursos educativos a las vidas de los niños necesitados en todos los entornos en los que se encuentran".

Podría ser, y a menudo es, la peluquería o barbería, el comedor de beneficencia o el albergue para personas sin hogar.

Además de producir libros, First Book también cuenta con un programa de investigación puntero, que ofrece información sobre un ámbito que, en opinión de Zimmer, no se investiga lo suficiente: la equidad y los logros educativos.

First Book también gestiona un mercado de libros en línea, totalmente sin ánimo de lucro, para apoyar sus actividades, por el que circulan más de 15 millones de libros al año.

Desde un punto de vista crítico, Zimmer sabe que es esencial adaptarse a los tiempos en lo que se refiere a la relación entre tecnología, lectura y libros.

"Se trata de ese compromiso y de contar historias. Veo el poder de las redes sociales. La esencia de las redes sociales, francamente, es contar historias. A veces son pequeñas historias, a veces son películas o programas. Y creo que es una herramienta extraordinaria".

También reconoce las limitaciones de la lectura como herramienta para construir la vida de un niño y darle oportunidades. Si un niño no ha comido, no ha dormido, explica, no se puede esperar que esté preparado para aprender.

"La educación es compleja", afirma Zimmer. "A veces hablamos de ella como si fuera una sola cuestión, pero no lo es. La educación abarca el hambre. Abarca problemas de vivienda, problemas de salud mental. Y todo eso está cayendo a las puertas de los educadores de nuestra comunidad".

Cuestiones como el COVID-19 y los cambios macroeconómicos amenazan a menudo con agravar estos problemas, especialmente los de salud mental. Zimmer dijo en el Foro que más del 80% de los educadores de la red First Book afirman ver problemas críticos activos de salud mental con los niños a los que atienden - para Zimmer, "eso es como un puñetazo en el estómago".

A medida que el mundo se complica, es cada vez más importante que eduquemos a los niños lo mejor posible y de la forma más equitativa posible.

"Vamos a necesitar desesperadamente la próxima generación de ingenieros, de creadores, de innovadores", afirma.

"Y eso significa que tienen que ser educados. Tienen que haber tenido ese combustible que les inspire a imaginar cuáles son las soluciones a algunos de estos problemas de importancia crítica. Lo necesitamos. Es supervivencia para todos nosotros".

A medida que cambia la información sobre el clima -y a menudo también sobre otros temas como la tecnología-, es fundamental que seamos "aprendices permanentes" dotados de la capacidad de aprender y reaprender a medida que surge nueva información. Esto no sólo es esencial para mantenerse al día sobre el clima, sino que también es una valiosa habilidad en el siempre cambiante mundo laboral.

"Los problemas son cada vez mayores. Son cada vez más difíciles. Y la colaboración entre sectores. Colaboración entre organizaciones. Colaboración entre países".

Y añade: "No vamos a ponernos al día en algunas de las cuestiones a las que nos enfrentamos a menos que aprendamos a colaborar a diario".

Vea aquí la entrevista completa de Kyle Zimmer con el Foro Económico Mundial.