3 principios de liderazgo para hacer crecer tu empresa en tiempos difíciles

Los retos geopolíticos y económicos actuales no han sido fáciles de navegar, sobretodo a medida que el aumento de los costes energéticos y la inflación afectan a las cadenas de suministro e impactan los resultados de las empresas. Pero en parte, esto se debe a que las empresas carecen de métodos experimentados para hacer frente a un entorno tan cambiante.

Una vez que los líderes comprenden que estrategia y acción son parte integrante de una cultura corporativa, conducir el barco hacia una visión resulta mucho más claro, a pesar del entorno turbulento.

Los retos mundiales actuales deben aprovecharse como una oportunidad para:

La empresa gráfica Brand ID, por ejemplo, se ha embarcado en un viaje para desarrollar la voluntad y la claridad necesarias para triunfar en mercados difíciles. La empresa finlandesa triplicó su facturación entre 2017 y 2022, incluso en el sector de la impresión, que ha estado luchando contra un descenso constante de los ingresos.

Juha Heljakka, CEO de Brand ID, lo explica así: "Las empresas que no dan un paso atrás para replantearse están en una trampa. Aprendimos a escapar de esta rueda de hámster y ahora nos centramos en avanzar en cada nueva situación."

La práctica de los principios de liderazgo también determina si una empresa se deteriora o crece, independientemente de retos como la inflación o el aumento de los precios de los materiales. "Para nosotros, esas cuestiones no son negativas, sino un tema en general que procesamos en nuestro sistema operativo", dice Heljakka.

Sin embargo, poner en marcha un sistema viable implica un proceso de varios pasos para crear un entorno integrado que ayude a las organizaciones a prosperar.

"Es importante empezar en el equipo de liderazgo creando un lenguaje común de cooperación", dice Heljakka. La coordinación en el equipo de liderazgo requiere un pensamiento crítico, es decir, una forma de retarse constantemente para comprometerse con objetivos disruptivos. Este pensamiento permite identificar lo que impide que la empresa crezca y dejar atrás viejos paradigmas causantes de las debilidades originales.

La clave está en combinar esos objetivos disruptivos con las prácticas diarias de gestión, respaldadas por rutinas de reunión y normas de liderazgo.

"Trabajar de esta forma nos ayudó a convertir Kaizen en el núcleo de nuestro sistema empresarial. Ya es una herramienta poderosa y sobresale en la elaboración de estrategias para el futuro", resume Heljakka.

El siguiente paso en el viaje de Brand ID fue simplificar el proceso de estrategia e implicar a todos los miembros de la organización para aplicarlo a su nivel.

"Aplicamos esta práctica de arriba abajo en el caso de las adquisiciones. Haciéndolo así tardamos menos de cuatro meses en reestructurar un negocio por completo. Sin embargo, también la aplicamos de abajo arriba porque los empleados son los que mejor saben cómo eliminar los cuellos de botella de sus propios procesos."

El mito que hay que superar es que la gente, en general, se resiste al cambio. Por el contrario, los líderes deben comprender que resistirse al cambio forma parte del ser humano; es un mecanismo de protección. El problema suele ser la forma en que se facilita el cambio, ya que a menudo repercute negativamente en las personas y en su trabajo.

La metodología Kaizen suele utilizar la matriz X para implicar a toda la organización en la elaboración de estrategias y desglosarlas en una sola página en un formato visual. En primer lugar se desarrolla la matriz X del Director General (la matriz de más alto nivel), que describe las prioridades estratégicas de alto nivel. Este proceso de desdoblamiento crea responsabilidad y alineación en toda la organización para lograr los resultados previstos para el periodo de tiempo correspondiente.

Heljakka concluye: "Aplicar la matriz X de forma tan estructurada nos ayuda a generar confianza. Nos ayuda a centrarnos en las pocas cosas que realmente tenemos que sacar adelante: proyectos de desarrollo, así como impulsores y procesos clave. Es un ejercicio comunicativo, bastante sencillo y directo, de modo que podemos ejecutarlo en los tres niveles de nuestra organización."

La utilización de la Matriz X ayuda a las organizaciones a convertirse en mejores lugares de trabajo. En Brand ID esto se mide en la puntuación del promotor de los empleados, lo que se traduce en un mejor ambiente de trabajo año tras año.

La cultura fue el último paso de Brand ID para completar su sistema empresarial.

"Hemos avanzado hacia una cultura de actuación ante las desviaciones. Todos los problemas que requieren medidas se tratan de la misma manera. En cuanto identificamos una necesidad de cambio, podemos aplicar inmediatamente nuestra forma de hacer mejoras, pues nuestros empleados ya saben cómo actuar", afirma Heljakka.

Esta cultura requiere que el director general pase a desempeñar un papel de entrenador: no hacer el trabajo, sino guiar a los equipos para que encuentren medidas efetivas, centrándose estrictamente en el proceso y permitiendo "aprender haciendo".

En este sentido, las contramedidas son el modelo para el futuro. Procedentes del Sistema de Producción Toyota (TPS), estas se distinguen de los métodos de resolución de problemas porque no identifican las causas profundas, lo que puede llevar mucho tiempo dado el número de variables que hay que analizar en cualquier empresa.

El enfoque consiste más bien en desarrollar el "mejor método del día", lo que permite una mejora rápida. El objetivo de una contramedida es rectificar la tendencia o corregir el rumbo para mantener la empresa en marcha, sin esperar a la solución perfecta.

"Analizamos rápidamente, luego nos aseguramos de que vemos un efecto deseado o no deseado de lo que estamos haciendo y entonces afinamos la dirección. Esto lo hacemos todos los días, lo que nos lleva a una cultura más proactiva", concluye Heljakka.

Una vez que esta nueva forma de trabajar se ha convertido en una práctica habitual, capacita a una empresa para triunfar y crecer independientemente de la gravedad de la tormenta. Todo lo que hace falta es convertir la estrategia en el día a día de la empresa, centrarse en crear un impacto positivo, hacer visibles las desviaciones y construir una cultura de contramedidas.