Los bienes comunes digitales están transformando los servicios públicos: así es cómo podemos financiarlos

En una aldea remota de Kenia, un niño recibe una vacuna registrada mediante un conjunto de herramientas de salud de código abierto. En la carretera de la India, una mujer de una comunidad indígena acepta el pago de una taza de té usando un código QR impulsado por la Interfaz de Pagos Unificada de la India (UPI), que proporciona acceso universal a los pagos digitales.

Los bienes comunes digitales o bienes públicos digitales (BPD) como estos están transformando silenciosamente la vida de las personas. Al igual que los recursos compartidos físicos que todos conocemos, como los ríos, las bibliotecas o los parques públicos, los bienes comunes digitales se crean para el beneficio de todos y están abiertos a todos.

Los BPD pueden adoptar diferentes formas, incluyendo contenido abierto, datos abiertos y software de código abierto. Wikipedia es una plataforma de contenido abierto ampliamente conocida que permite la creación colaborativa de conocimiento, por ejemplo.

Sin embargo, al igual que cualquier bien o servicio público, los bienes comunes digitales enfrentan una pregunta urgente: ¿De dónde provienen los recursos necesarios (dinero, infraestructura, habilidades, tiempo) para crearlos, desarrollarlos y mantenerlos?

Aquí, cuatro ejemplos de enfoques emergentes para financiar los bienes comunes digitales:

El fondo de emprendimientos de UNICEF ha estado experimentando con inversiones basadas en criptomonedas, utilizando Ether y Bitcoin para apoyar startups tecnológicas en etapa inicial. Al exigir que todas las soluciones respaldadas sean de código abierto, UNICEF garantiza que estas innovaciones se integren a otros BPD en lugar de permanecer como propiedad privada.

Las criptomonedas pueden ser un mecanismo rápido, seguro y transparente para distribuir inversiones en mercados emergentes. Hasta octubre de 2025, UNICEF las ha utilizado en más de 50 inversiones de riesgo y hace pública la información sobre estas inversiones y cualquier donación al fondo.

La nueva claridad regulatoria, como la reciente aprobación del Genius Act en Estados Unidos y la creación de una stablecoin en dólares estadounidenses, podría acelerar el uso de criptomonedas para financiar aún más innovaciones con fines sociales.

La filantropía ha sido tradicionalmente la principal fuente de financiamiento de los BPD, con organizaciones como Nilekani Philanthropies y la Fundación Gates desempeñando roles importantes en la construcción de capacidades y en la colaboración con gobiernos para implementar los BPD.

Más recientemente, ha surgido el financiamiento retrospectivo de los bienes comunes digitales como un modelo alternativo de apoyo filantrópico. A diferencia de las subvenciones tradicionales, que financian trabajos futuros, el financiamiento retrospectivo recompensa proyectos que ya han demostrado un impacto positivo. La Fundación Hypercerts, por ejemplo, facilita este tipo de financiamiento a través de “reclamos de impacto” que son identificables, rastreables y transferibles. Al crear una base de datos descentralizada para financiar el impacto, Hypercerts también permite que evaluadores externos validen los reclamos de impacto y favorece una mayor interoperabilidad entre diferentes fuentes de financiamiento.

Este tipo de financiamiento puede aprovechar las motivaciones centrales de las comunidades de código abierto —la reputación y la orientación prosocial— al mismo tiempo que crea un camino financiero viable para sostener y escalar los esfuerzos de los bienes comunes digitales a lo largo del tiempo.

Reflejando el espíritu de los commons, múltiples iniciativas de BPD han sido financiadas por las propias comunidades. En Sri Lanka, Good Market comenzó como un mercado físico los sábados de productos obtenidos de manera sostenible. Posteriormente, los ingresos financiaron la creación de un mercado digital global basado en bienes comunes que ahora conecta a más de 4.500 emprendimientos en más de 100 países.

De manera similar, el financiamiento basado en trueque —que utiliza el intercambio de activos locales para aliviar las limitaciones de efectivo de una comunidad— podría ofrecer un mecanismo innovador y comunitario para apoyar los bienes comunes digitales. Goats for Water, por ejemplo, es un mercado en línea que ayuda a los hogares en comunidades fuera de la red eléctrica a obtener productos solares a cambio de ganado.

En otros casos, la iniciativa sin fines de lucro Open Healthcare Network está explorando el uso de “impact tokens” —activos digitales que representan resultados sociales medibles, como la prestación de cuidados paliativos ofrecidos por trabajadores de salud comunitarios—. Y la startup eSamudaay está experimentando con la tokenización de la inversión y propiedad comunitaria usando la iniciativa DPI de la India.

Estos esfuerzos de tokenización podrían abrir nuevas vías para el financiamiento comunitario y para fondos externos de responsabilidad social corporativa, vinculando de manera efectiva el impacto social con modelos de financiamiento innovadores.

Otra forma emergente de financiar los bienes comunes digitales es mediante la financiación cruzada de su desarrollo con los ingresos de otros servicios.

Open Supply Hub, por ejemplo, es una plataforma global de mapeo de cadenas de suministro que proporciona acceso gratuito y de código abierto a datos sobre más de un millón de ubicaciones de producción, lo que permite una mayor transparencia y sostenibilidad. La organización se financia ofreciendo servicios de limpieza y armonización de datos a más de 2.500 organizaciones (a agosto de 2025).

Los modelos de financiación cruzada ayudan a que los bienes comunes digitales permanezcan abiertos para todos, al mismo tiempo que garantizan la viabilidad financiera de las organizaciones involucradas en estos esfuerzos.

Para miles de millones de personas, particularmente en el Sur Global, los bienes comunes digitales representan un salvavidas para participar en la economía moderna. Estas iniciativas ayudan a las personas a acceder a la salud y la educación, al mismo tiempo que fomentan la inclusión financiera. Garantizar la sostenibilidad de los BPD requerirá innovación en tecnología, pero también en la forma de financiar estas iniciativas.

Gobiernos, organizaciones filantrópicas, empresas y comunidades tienen todos un papel que desempeñar. Al alinear incentivos, experimentar con nuevos modelos de financiamiento y fortalecer la gobernanza, la comunidad global puede ayudar a asegurar que los bienes comunes digitales permanezcan abiertos, inclusivos y resilientes.

Los bienes comunes digitales darán forma a nuestro futuro colectivo, pero todos podemos contribuir a decidir cómo financiar, proteger y mantener los BPD para que beneficien a todos.