¿Qué consejo profesional y laboral le darías a tu yo más joven?

Si pudieras retroceder en el tiempo y transportarte a todas las experiencias vividas, ¿qué consejo profesional le darías a tu yo más joven? Esta es la pregunta que hicimos, en el Día Internacional de la Mujer, a 11 mujeres ejecutivas en cargos de CEOs dirigiendo las empresas del futuro.

Acepta la realidad de que es posible que nada del plan que te has trazado ocurra como habías previsto. No pasa nada, no hay necesidad de estresarse. En el camino habrá hermosos descubrimientos que pueden desviarte del camino, y también hay futuros maravillosos en esos caminos.

Aprende a negociar. Cuando aprendí por primera vez sobre las negociaciones en la sombra en una clase de la facultad de negocios, años después de haber empezado a trabajar, me di cuenta de que explicaba muchas cosas que sucedían a mi alrededor y que antes no eran evidentes. Esa comprensión me permitió ser más eficaz como miembro de un equipo y, más tarde, como líder.

No seas un estudiante de la escuela de los golpes duros. Pide ayuda y busca opiniones experimentadas a tiempo y con frecuencia: no tienes que aprender todas las lecciones por tu cuenta. Tengo la suerte de haberme rodeado de una serie de fantásticos mentores y colegas que me han ayudado a conseguir más de lo que podría haber conseguido por mí misma.

Las carreras no son lineales. En cada paso, elige las oportunidades basándote más en lo que crees que vas a aprender de ellas que en lo que crees que te pueden llevar. Un conjunto variado de experiencias tiene un valor incalculable para construir una carrera enriquecedora.

Considera los retos como oportunidades para aprender y crecer. Las áreas en las que no he podido seguir un camino recto del punto A al punto B, que es prácticamente toda mi carrera, han tendido a ser las más interesantes y gratificantes.

En primer lugar, me diría no conformarme nunca. Puedes encontrar algo que te guste y que cree un impacto más amplio; esas dos cosas no son mutuamente excluyentes. Me apasiona la agricultura mundial, y estoy agradecida de que mi trabajo en Inari me permita la oportunidad única de contribuir al sistema alimentario global.

El otro consejo que le daría a mi yo más joven es que es inteligente -no un cliché- soñar a lo grande e ir realmente a por ello. Cuando tienes grandes objetivos, no importa lo difícil o las veces que te caigas. Tu propósito te hará volver a ponerte en pie y tu empuje te seguirá impulsando para que puedas conseguir grandes cosas.

Hay 3 cosas principales que este viaje me ha enseñado:

Por encima de todo, atrévete. No dejes que el miedo se interponga en tu éxito o en tus decisiones. No mires a tus modelos preguntándote o temiendo que no seas suficiente o que no tengas lo que hay que tener.
Los que tienen más éxito que tú sólo tienen una cosa que tú no tienes (todavía): experiencia. Lo que te separa de ellos, si trabajas duro y te dedicas a la causa, es sólo el tiempo que te lleva adquirir esa experiencia.

El camino hacia el éxito rara vez es una línea recta, está lleno de e inconvenientes, obstáculos y dificultades. Todos ellos se verán como regalos un día, cuando los hayas superado y seas más fuerte.

Cada lección dolorosa, cada paso en falso vergonzoso, es una oportunidad para mejorar, y mejorarás. Acepta lo difícil, no lo temas. Y cuando lo consigas, mantén la humildad recordando que tú también fuiste una vez esa niña asustada que cometía errores.

Mi consejo para todas las mujeres (y lo que me encantaría decir a mi yo más joven) es que busquen y trabajen intencionadamente con gente buena. Empieza por encontrar un mentor que te impulse y te dé acceso a las redes que apoyarán tu crecimiento. Las mujeres suelen quedar fuera de estos círculos, así que si no puedes entrar en uno, crea el tuyo propio.

Empieza a fomentar tu propia confianza para que, cuando surja la oportunidad, puedas ponerte en esas salas, en esas mesas. Y mientras estés allí, no te subestimes nunca. Tú vales el salario, la compensación, la equidad y el respeto que buscas. Ve por ello.

Propósito es lo que me hace avanzar. Es el combustible que me impulsa. Desde muy joven, me dediqué a reflexionar para tratar de entender mi propósito. ¿Qué es lo que impulsa mis emociones: la ira, el miedo, la duda, la tristeza, el entusiasmo? ¿Qué es lo que me provoca la sociedad? Para las futuras líderes y emprendedoras, mi consejo más fuerte es que se tomen tiempo para reflexionar y darse cuenta de lo que desencadena sus emociones.

Además de la conciencia emocional, un propósito sólido requiere un "quién". ¿Para quién estoy cambiando el mundo? En mi caso, quiero ampliar el potencial de las generaciones futuras, especialmente de mis hijos, proporcionándoles las herramientas necesarias para prosperar y mejorar sus vidas.

Para mí, esas herramientas son la inteligencia artificial (IA) y la tecnología digital. El uso adecuado de la IA será un componente clave para resolver problemas importantes, como el cambio climático. Impulsar el desarrollo de la IA es mi intento de hacer que mi propósito sea masivamente transformador.

Cuando fundé la empresa en 2017 -mucho antes de que la COVID estuviera en la mente de nadie- sabía muy poco sobre el mundo de las startups. Tuve la suerte de descubrir una forma inteligente de detectar a los hackers que explotaban los anuncios digitales para difundir malware y robar dinero, pero convertir esa idea en una empresa ha sido un proceso de aprendizaje.

Quizá lo más importante que le diría a "Maggie alrededor de 2017" es: "Sé fiel a ti misma". Deja que el 'por qué' haces lo que haces sea el 'verdadero norte'. Para mí, eso significa no olvidar que soy una inventora emprendedora, no una emprendedora que es inventiva.

Pero en un sentido general significa: saber qué te motiva, saber en qué crees. Entonces, elegir inversionistas, asesores y miembros del equipo adecuados se convierte en algo sencillo. Rodéate de personas que crean en lo que tú crees. Aquellos que refuerzan, nunca debilitan tu visión. Y sigue adelante.

Puedes tener éxito trabajando duro, pero ten paciencia y no olvides tu conciencia. Sueña el gran sueño y recuerda que las buenas ideas no son suficientes, tienes que ejecutarlas si la idea va a ser un éxito.

Debes hacer lo que quieras y tomar tus propias decisiones. Sigue tu instinto y toma las decisiones personales que creas adecuadas para ti. Escucha a la gente y acepta consejos, pero lo que ellos consideren tu trayectoria y el camino que tú elijas no tienen por qué ser lo mismo.

Sé positiva. Ve las posibilidades de obtener buenos resultados, sin dejar de ser consciente de los riesgos. Concéntrate en el premio: si fracasas, corrige el rumbo, aprende y sigue adelante.

He tenido el privilegio de trabajar con algunos mentores excepcionales a lo largo de mi carrera, que me han aportado conocimientos invaluables que me han ayudado a crear empresas, hacer crecer equipos y sentar las bases para tener un impacto en el mundo. Si pudiera aconsejar a mi yo más joven, destacaría algunos principios rectores para seguir la pasión de uno.

Aprende todo lo que puedas en las áreas que te interesan, e incluso en algunas que no te interesan. Amplía tu mente y tus puntos de vista rodeándote de personas que hayan tenido experiencias diversas y formas diferentes de ver el mundo. Haz lo que te gusta, sigue a tu corazón, mantén ese enfoque. Asegúrate de comprender la importancia de las personas en el proceso.

Por último, le diría a mi yo más joven que amplíe lo bueno, que encuentre los puntos brillantes y, sobre todo, que se divierta.

"La importancia de las redes y de prestar más atención a las bases adecuadas para apoyar a las personas y la cultura, en el momento adecuado".

Cuando se emprende el viaje empresarial, la primera toma de decisiones sobre el producto, el mercado, los clientes, los ingresos y el posicionamiento de la marca puede ser bastante abrumadora, ya que se está construyendo una empresa sin dinero, sin equipo aparte de los fundadores y sin conocimiento de la marca. Por tanto, las distintas partes de la empresa tendrán una prioridad diferente dependiendo del día.

Por ello, el tiempo se convierte en el recurso más importante que tienes, pero es irremplazable cuando se gasta. Mi consejo es que utilices tu tiempo sabiamente. En primer lugar, crea una red sólida a tu alrededor a la que puedas pedir consejo para hacerte responsable de tus decisiones. Es inevitable cometer errores, así es el viaje del emprendedor.

En segundo lugar, da prioridad a sentar las bases de tu empresa que apoyarán tu futuro personal y fomentarán una cultura de trabajo positiva. Tu gente es la prioridad más importante.