Pasar un día sin tecnología en Latinoamérica
Image: REUTERS/Nacho Doce
Esta es una escena imaginaria pero que puede resultarle muy familiar. La alarma del celular suena y lo despierta a las 7 am. A las 8, junto con su desayuno, llega un mensaje de texto que le recuerda tomar su medicamento y, más tarde, recibe otro que le avisa que tiene que ahorrar cierta cantidad de dinero. Pide un taxi con una app, y en el trayecto revisa sus correos. En su hora de almuerzo, pide comida con otra app y así sucesivamente durante el resto del día. Imagine ahora una jornada sin tecnología.
Ya sea para un análisis en tiempo real de los altibajos de la bolsa o las mediciones de diversos sensores colocados a lo largo de una hectárea de cultivos, la tecnología ha llegado para colaborar con nuestras vidas y se ha convertido en la nueva aliada de la lucha contra la pobreza y a favor del desarrollo.
Internet, los teléfonos celulares y, en general, las tecnologías digitales se están expandiendo rápidamente en el mundo en desarrollo. De acuerdo con datos del Banco Mundial, más del 40% de la población mundial tiene acceso a Internet y, a la vez, en casi siete de cada 10 hogares ubicados en el 20% de los países más pobres hay un teléfono celular. Es más probable que los hogares más pobres tengan acceso a la telefonía celular que a un inodoro o a agua potable.
Y América Latina no es ajena a esta tendencia. De acuerdo con el informe 'Maximizing Mobile for Development' (i), ya en 2012, el 98% de la población tenía recepción de señal de celulares, y el 84% de los hogares estaban subscritos a algún servicio de telefonía móvil. Esto no solo trae más comodidad y conectividad, sino que además influye en el desarrollo humano.
"La telefonía, por ejemplo, puede ayudar a agendar citas médicas y mantener recordatorios, lo cual puede aumentar la asistencia a los centros de salud e influir en la calidad de vida de las personas. Para la educación financiera, los mensajes de celular también son muy útiles, por ejemplo, para promover el ahorro en hogares pobres", comenta Renos Vakis, economista del Banco Mundial.
Revisemos tres ejemplos de cómo va avanzando la tecnología para el desarrollo de la región:
En todo el mundo, los productos de calidad son la base de una buena alimentación y cuidar los cultivos es el primer paso. A través de modernos sensores que miden la humedad y la temperatura y drones que supervisan las hectáreas cultivadas, la aplicación QuinuaApp, prototipo diseñado para móviles, tabletas y computadores personales, permitirá al productor determinar información clave, como la presencia de plagas, el grado de estrés hídrico del cultivo, estrés causado por salinidad, y otras variables que podrían disminuir o reducir el rendimiento de las plantas cultivadas.
La aplicación está respaldada por una red de estaciones de monitoreo ambiental que brindan información relacionada a la temperatura, la velocidad del viento, la lluvia y la radiación solar. Y aunque los prototipos de medición se siguen investigando y desarrollando con un solo cultivo, la quinua, toda la información estará disponible al alcance de su mano, mediante la plataforma web o el aplicativo móvil.
La aplicación QuinuaApp fue desarrollada con recursos otorgados a través del Programa Nacional de Innovación Agraria, cofinanciado por el Banco Mundial. El programa inició sus operaciones en enero de 2017. Se espera que, en un futuro, la herramienta permita la toma de decisiones de manera oportuna en cualquier tipo de cultivo y que genere una nueva fuente de oportunidades de negocio para la agricultura de los países de la región.
"A mis 75 años, me emociono cuando veo todos estos avances tecnológicos, la vida de los productores cambiaría muchísimo, ya no sembraríamos al azar, sabríamos cuándo regar, cuándo abonar y en qué momento controlar las plagas antes que afecten nuestros cultivos", comenta Carmen Rosa Valle Arroyo, productora de quinua del distrito peruano de Orcotuna, en Junín, y representante de la Asociación de Productores Heroínas de Toledo.
Tanto en Perú como en Brasil, y en varios otros países del mundo, la agricultura es uno de los pilares de la economía. En el gigante sudamericano, el 87% de las granjas son pequeñas y administradas por una familia, pero generan el 40% del todo el PIB agropecuario. Como parte de los sistemas que se ofrecen para modernizar la tecnología agrícola, la empresa Bauer Aerosystems, produce drones que permiten la aplicación precisa de fertilizantes y pesticidas en zonas donde no es posible el uso de un tractor.
En Santa Catarina, por ejemplo, y gracias al programa de inclusión digital rural promovido por Santa Catarina Rural, los agricultores pueden disfrutar de una señal WiFi de buena calidad, pero, sobre todo, del acceso a información de calidad acerca del clima y de nuevas tecnologías, que les permite mejorar el desempeño de sus cultivos.
En Ecuador, las tasas de desnutrición de los niños entre los 0 y 5 años en 2012 eran comparables a la de varios países de África subsahariana, como Botsuana y Sudáfrica, ambos con un 23%. Dentro de Ecuador, Chimborazo se mostraba como la provincia con el peor desempeño en desnutrición infantil: el 49% de los niños menores de cinco años presentaban retrasos en el crecimiento.
El problema partía de las condiciones económicas, la falta de ingresos y el poco acceso a baños para lavarse las manos e incluso a agua potable. Sin embargo, un factor muy importante era la falta de información acerca de cuándo incorporar alimentos sólidos en la dieta de los más pequeños y qué nutrientes necesitaban para su crecimiento.
Como parte de la solución, a través de una encuesta especializada se estableció una base de información de padres y madres de familia y se enviaron más de 100.000 mensajes de texto personalizados (SMS) que brindaban recordatorios e información clave sobre el crecimiento y la alimentación de sus pequeños, además de consejos acerca de una buena nutrición.
El contenido de los mensajes de texto variaba en torno a cinco temas: (1) alentar a los padres o cuidadores a llevar a sus niños al centro de salud local para sus controles regulares, (2) brindar información sobre cuándo iniciar la alimentación complementaria y cómo incrementar la diversidad en la dieta de sus hijos, (3) motivar a alimentar a sus niños con micronutrientes, específicamente con un suplemento de hierro local llamado Chis Paz, (4) alentar a hervir el agua para tomar o asegurarse de que el agua consumida por sus niños sea potable y a lavarse las manos con regularidad, así como mejorar la higiene en la preparación de alimentos y (5) recordatorios y refuerzos sobre los temas anteriores y su importancia. Adicionalmente, los padres o cuidadores con niños menores de seis meses recibieron mensajes de texto sobre las bondades de la lactancia materna exclusiva.
Los mensajes de texto, junto con la información del álbum “Mis primeros cinco años”, contribuyeron a que más de 10.000 familias siguieran de cerca el desarrollo de sus hijos, a través del monitoreo de metas sencillas y de fácil comprensión sobre el desarrollo en la primera infancia. Estos mensajes tuvieron impactos importantes y estadísticamente significativos para la salud y nutrición. Al analizar 9 enfermedades potenciales, se observó que los niños cuyos padres participaron del programa de mensajería de texto eran 9,3% menos propensos a experimentar dichas enfermedades.
"El principal problema era la baja capacidad para transmitir un mensaje claro y sencillo sobre los factores que inciden en la desnutrición crónica. Una de las actividades más importantes fue la del registro familiar basado en la afectividad. De este modo se elevó el conocimiento de los padres sobre el crecimiento de sus hijos", explicó Nelson Gutiérrez, especialista sénior en Protección Social del Banco Mundial.
De acuerdo con el Consenso de Copenhague de 2012, por cada dólar invertido en nutrición durante los primeros 1.000 días se obtienen 30 dólares en beneficios ligados a la educación y la salud.
En asociación con el Banco Mundial, la compañía Orbital Insight trabaja para medir las tasas de pobreza y crecimiento económico. Con imágenes satelitales y encuestas se puede tener una mejor idea de cuantas personas viven por debajo de la línea de pobreza en México.
Si bien las imágenes satelitales producen resultados menos precisos que las encuestas de hogares, la frecuencia de este tipo de información puede ser mayor, frente a las encuestas que se producen cada cinco años. Esta información es clave para la toma de decisiones en inversiones y la creación de políticas públicas para el desarrollo.
En Perú, Bolivia, Centroamérica y Brasil, los datos, imágenes e información de satélites también han ayudado a prevenir desastres, medir la contaminación del agua o monitorear el nivel del mar.
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