Robert Kaplan: “Habrá un cierto nivel de terrorismo inevitable, nos guste o no”
Robert Kaplan (Nueva York, 1952) se toma algunos segundos al otro lado de la línea antes de contestar cada pregunta. Como si fuera consciente del material inflamable con el que trata y de su influencia personal en los debates y análisis en torno a las diversas crisis internacionales enconadas sobre las que leemos y escuchamos. Desde la cuestión nuclear en Corea del Norte hasta la guerra en Siria, pasando por la influencia creciente de Irán, la evolución del terrorismo yihadista o Rusia, existe la sensación de que el número de frentes empieza ser inmanejable.
De todos estos temas se ha ocupado en conferencias, artículos en los principales medios de Estados Unidos y en libros como el reconocido Fantasmas Balcánicos (1993) o La venganza de la geografía (RBA), publicado recientemente en España. Su trabajo como reportero y viajero le ha dado una visión sobre el terreno que ha reforzado con su labor como asesor y analista de organismos públicos de seguridad y defensa, así como de organizaciones privadas y think-tanks como Stratfor, el Center for a New American Security o el Eurasia Group.
A corto y medio plazo parece que Corea del Norte marcará la agenda internacional. ¿Se resolverá o se enquistará el problema?
Creo que Estados Unidos pasará de insistir en eliminar el programa armamentístico de Corea del Norte a asumirlo a regañadientes y ejercer una política de disuasión. Vamos hacia eso, hacia la disuasión. De la eliminación a la disuasión. Y eso, probablemente, significará que no habrá guerra pero sí un nivel de tensión mucho más alto del que hemos conocido hasta ahora. Así que hay que ir acostumbrándose a leer y ver mucho más sobre la península de Corea en los medios de lo que lo hemos hecho hasta ahora. Ocupará un lugar aún más prominente en las noticias, aunque, como digo, seguramente no habrá guerra. Diría que hay un 75% de posibilidades de que veamos un aumento de la tensión propia de la disuasión, y un 25% de que haya un conflicto militar.
¿Y qué pasa con China? ¿Cree que actúa como la potencia global que todos asumimos que es? Muchos la acusan de no estar a la altura.
Estados Unidos quiere que China intervenga en Corea del Norte y que la fuerce a parar su programa armamentístico, pero China tiene intereses distintos a los de Estados Unidos. China sabe que el régimen de Pyongyang sobrevive precisamente por dicho programa armamentístico, y lo último que quiere China es el colapso del régimen de Corea del Norte, porque esto llevaría a escenarios peligrosos para los intereses de China, como un movimiento masivo de refugiados desde Corea del Norte hacia la Manchuria china, o como una península democrática y proclive al libre mercado. De modo que China, aunque tiene motivos para estar contrariada por las acciones de Corea del Norte, prefiere el statu quo a cualquier cambio en la península.
Estados Unidos quiere que China intervenga en Corea del Norte y que la fuerce a parar su programa armamentístico, pero China tiene intereses distintos a los de Estados Unidos.
”Una península unificada podría ser para China incluso peor que el régimen actual si el nuevo gobierno, inspirado desde el sur, asumiese formas y alianzas occidentales.
Sería complicado para China. Pero, aún así, China tendría ases a su favor en una península unificada desde el sur. China es su mayor socio comercial, y seguiría siéndolo. Y eso daría a China un peso específico significativo en la situación incluso si Corea del Norte colapsara.
En su libro propone una relación de aliados entre Estados Unidos y Rusia. ¿Lo cree posible a medio plazo?
Bueno, no debe perder de vista que Rusia tiene un sistema armamentístico nuclear que podría destruir Estados Unidos en 30 minutos. Así que va en el propio interés de Estados Unidos tener una relación civilizada y razonable con Rusia. Sencillamente es imposible que Estados Unidos no tenga relaciones con el régimen de Putin. Por otro lado, hay una diferencia significativa entre negociar con Rusia, llegar a acuerdos, y mostrarse débil en Europa central u oriental, o en Oriente Medio o Ucrania. Es un equilibrio precario: Estados Unidos tiene que presionar a Rusia, pero al mismo tiempo tiene que negociar con ella.
Habla de la relación especial entre el sur de Estados Unidos y el norte de México, como si formaran una misma cultura, y casi un mismo país. Sin embargo, las ideas y la retórica de Trump acaba con todo este “sueño” intercultural y ponen la presidencia mexicana más cerca de una izquierda que promete revertir reformas recientes por las que EEUU luchó –no siempre limpiamente– durante 70 años. ¿Qué lógica hay tras todo esto?
Es una pena, lamentable, porque en las últimas décadas la economía mexicana se ha liberalizado, México se ha desarrollado y crecido, ya no es un país más del Tercer Mundo. Existe realmente una cultura común en desarrollo en el norte de México y algunas zonas del sur de Estados Unidos en Arizona, Nuevo México, Texas, California… Y al comportarse de forma tan hostil con México, Trump amenaza con iniciar una etapa duradera de desconfianza y resentimiento de México contra Estados Unidos, algo que no existía desde hace muchas décadas. Justo cuando creíamos que habíamos avanzado y estábamos en otro nivel, cuando la economía mexicana se había desarrollado lo suficiente, cuando había mucha menos inmigración mexicana en Estados Unidos gracias a que la economía mexicana había crecido más rápido que la de Estados Unidos, justo cuando creíamos que podíamos establecer una relación con México beneficiosa tanto para México como para Estados Unidos, nos encontramos con un nuevo presidente americano que nos retrotrae a épocas en las que las relaciones eran tensas y malas.
¿Y por qué Trump se empeña? Es difícil de entender
Creo que vio pronto que había un nicho… nadie se había preocupado lo suficiente por la inmigración ilegal mexicana en Estados Unidos. Mucha gente de bajos ingresos en Estados Unidos estaba muy preocupada por el asunto, de modo que él identificó esta intranquilidad como un activo político que nadie estaba explotando, y él se decidió a hacerlo. Ahí está gran parte de su base política.
Sí, pero ahora es presidente, y lo único que va a conseguir es darle la presidencia a la izquierda mexicana que ha prometido revertir las reformas por las he EEUU ha presionado durante décadas.
Estados Unidos no necesita ningún muro. Lo que Estados Unidos necesita es que la economía de México siga creciendo para que cada vez menos inmigrantes mexicanos intenten entrar en Estados Unidos. E intentar que la economía mexicana se acerque a la americana y que ambos países establezcan una relación productiva y menos traumática.
¿Cómo cree que evolucionará la guerra en Siria? ¿Cómo se redistribuirá Daesh una vez han caído sus principales bastiones?
Parece que el colapso territorial ha beneficiado sobre todo a Irán y al régimen de Assad en Siria, porque ahora tienen más influencia en las regiones liberadas que Estados Unidos. Estados Unidos es prudente porque no quiere verse embrollado en Siria como lo estuvo en Irak la década anterior, de modo que Assad se fortalece y e Irán gana influencia en Siria, pero creo que poco a poco estamos empezando a ver una reacción contra Irán en Irak. Allí celebran elecciones en abril y hay un número significativo de líderes políticos, incluso chiíes, que se están revolviendo contra Irán. De modo que Irán quizá se dé cuenta de que tiene una gran influencia en Irak, pero a partir de cierto punto esto genera sentimientos de unidad contra ellos. Los iraníes tienen una influencia creciente, pero esta influencia tiene un coste que Teherán debe calibrar.
Habrá un cierto nivel de terrorismo inevitable, nos guste o no. La clave es utilizar y reforzar las fuerzas de seguridad y la comunidad de Inteligencia
”En relación al terrorismo islamista en España: ¿alguna recomendación? ¿Alguna previsión?
Es imposible evitar todos y cada uno de los ataques terroristas. El hecho de que los terroristas estén usando coches, cuchillos y otros artefactos por el estilo muestra que para ellos es más difícil secuestrar aviones o comprometerse en atentados con más bajas potenciales, así que moderan sus expectativas… Pero el terrorismo es algo con lo que tenemos que aprender a vivir durante años, a un nivel bajo. Creo que un país como España tiene que entender algo que de hecho ya entiende: que este es un problema que se combate reforzando las fuerzas policiales, apoyando las operaciones de inteligencia. Las fuerzas de seguridad y la comunidad de inteligencia han de ser reforzadas con mejoras en el presupuesto, y no necesariamente los ejércitos.
Debemos acostumbrarnos a él, como a ver a Corea del Norte en los medios cada cierto tiempo.
Cuando digo que hay que acostumbrarse no me refiero a que haya que aceptarlo. No quiero sonar fatalista. Lo que digo es que habrá un cierto nivel de terrorismo inevitable, nos guste o no. La clave es utilizar y reforzar las fuerzas de seguridad y la comunidad de Inteligencia para rebajar tanto como se pueda ese nivel y para minimizar daños y consecuencias.
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Andrea Willige
20 de septiembre de 2024