Conseguir el trabajo de tus sueños depende de esto
La competencia es enorme. Tan solo cada segundo, dos personas crean su perfil en LinkedIn a nivel mundial, esa tasa de crecimiento le ha permitido a esta red llegar a 500 millones de usuarios globales. En México ya son 10 millones de usuarios. Entonces ¿qué te puede diferenciar de los demás de modo que te quedes con la vacante? Los estudios de posgrado te ayudarán, pero también que demuestres tener ciertos valores intangibles que no necesariamente se aprenden en un aula.
Edson Ballestri, director de nuevos negocios y soluciones de talento para el norte de Latinoamérica de LinkedIn, en entrevista para Forbes explica lo que las empresas buscan en los candidatos:
Compromiso: que el colaborador realmente “se ponga la camiseta”, lo cual implica que su misión y visión estén alineados con los de la compañía para la que quiere trabajar.
Responsabilidad: cada vez hay más trabajos autónomos, es decir, que permiten home office, por lo que la entrega de tareas en tiempo y forma es vital.
Adaptabilidad: este punto incluye adaptación a las nuevas tecnologías y a trabajar con todo tipo de colegas (baby boomers, millennials).
Actitud positiva: para enfrentar dificultades y para buscar la manera de salir de problemas.
Proactividad: buscar información y todo aquello que ofrezca soluciones a la empresa.
Honestidad: es el pilar de toda buena comunicación, exige ser honesto con lo que quieres y lo que vas a hacer para alcanzarlo, y la forma como vas a abordar a tus colegas o clientes.
Por su parte, Javier Vargas, Vicepresidente de Right Management para Latinoamérica en ManpowerGroup, señala la importancia de saber que estos valores evolucionan todo el tiempo porque ese es el ritmo del entorno que vivimos.
En el World Economic Forum 2015, explica, eran 10 las habilidades que se buscaban en los colaboradores: resolución de problemas complejos, colaboración, gestión de personas, pensamiento crítico, negociación, control de calidad, orientación al servicio, juicio y toma de decisiones, escucha activa y creatividad. Para 2020, asegura, la situación habrá cambiado: “Para entonces no se hablará de control de calidad, sino de inteligencia emocional y en lugar de escucha activa se apreciará la flexibilidad cognitiva”.
Además, otro de los atributos que comenzarán a buscar las empresas será la “aprendabilidad” (learnability), esto quiere decir, no solo la habilidad de aprender nuevas competencias, sino también el deseo de adquirirlas.
Tanto el experto de ManpowerGroup, como Edson Ballestri, de LinkedIn, coinciden en que las compañías deben evolucionar a la par de sus exigencias, de modo que busquen nuevas formas de desarrollar las capacidades de sus potenciales colaboradores con el fin de estimularlos y retenerlos.
“El ambiente laboral tiene mucho que ver con lo que buscan los talentos hoy en día. Hace poco hicimos una encuesta en México para saber qué buscan los talentos en una empresa y descubrimos que 64% se enfocan en el tema de la remuneración y los beneficios -no solo seguro médico, sino también planes de desarrollo y actualización-, y que un alto porcentaje, 59%, se interesan por los valores culturales de las compañías, su visión y lo que las diferencia de las demás. Eso nos indica en que el mexicano está interesado en ganar mejor pero con calidad de vida”, afirma Ballestri.
En otras palabras, el deseo generalizado es trabajar en una empresa donde se pueda crecer. Las compañías que escuchan esas necesidades y les dan respuesta no sufren de escasez de personal, finalmente se están adaptando a un nuevo orden mundial donde el talento busca felicidad.
Ya hemos visto que no solo un título de licenciatura o maestría te abre las puertas en el mundo laboral, también valores intangibles como la responsabilidad y la adaptabilidad determinarán tu camino al éxito. Sin embargo, hay un tercer elemento que te ayudará en el ascenso: una imagen pública adecuada.
De acuerdo con Víctor Gordoa, fundador y rector del Colegio de consultores en imagen pública, el problema no es tener una mala imagen pública, sino una imagen ineficiente que, en todo caso, limite tu posibilidad de conseguir un objetivo.
¿Estás seguro de reflejar quién realmente eres? ¿Consideras que hay una interrelación entre ser y parecer? Ahora veremos que sí.
“La imagen es percepción, la manera como nos perciben establece una imagen mental en los demás, eso se traduce en una opinión que te va a dar identidad. La imagen pública tiene lugar cuando la percepción es compartida y se provoca una respuesta colectiva unificada”, explica.
Ahora bien, para que haya percepción se requieren dos elementos: estímulos verbales y no verbales. La clave de todo está en que los mensajes que envíes a través de esas vías sean coherentes, no pueden ir en direcciones opuestas.
Para conseguirlo, Gordoa recomienda tres cosas: establece tu esencia (quién eres), define tu objetivo a lograr e investiga las necesidades de aquellos a quienes te diriges. Una vez determinado todo lo anterior, podrás crear la percepción que deseas dar produciendo estímulos verbales y no verbales que van a enviar el mensaje adecuado. Dicho de otro modo, podrás controlar la forma en que el mundo te ve.
Las 6 imágenes subordinadas que conforman la imagen pública y que deben ser coherentes entre sí son:
Imagen física: vestuario, accesorios
Imagen profesional: protocolo
Imagen verbal: lo que dices
Imagen visual: fotografía, diseño gráfico
Imagen audiovisual: publicidad, propaganda, redes sociales
Imagen ambiental: escenarios donde te desenvuelves.
Para comenzar a crear la imagen que quieres proyectar, el consultor experto recomienda lo siguiente:
- Identifica tu esencia, es importante que sepas quién eres y cómo expresas tu individualidad.
- Comprende que la coherencia de los mensajes que envías permite conocerte, lo cual despierta el sentimiento de seguridad acerca de ti, de ahí que puedas ganar confianza y finalmente credibilidad.
- Preocúpate por los demás: trata de averiguar cómo te perciben, si no lo sabes, no podrás identificar las áreas a mejorar en ti mismo.
- Considera que las necesidades de los que te rodean cambian a menudo, así tu esencia evoluciona, y cuando eso pasa, tu imagen debe hacerlo a la par.
- Cuando reenfocas tus metas, igualmente hay que modificar tu imagen.
En resumen, la imagen pública de cada persona es mucho más que su apariencia física, es todo un sistema de comunicación que nos puede llevar al camino del empoderamiento si sabemos encontrar el equilibrio ideal.
El mercado laboral de hoy es exigente en muchos sentidos, los candidatos del siglo XXI además de cubrir requisitos académicos sobresalientes, necesitan contar con virtudes morales que los lleven más lejos en la era digital, sin pasar por encima de otros.
Las mujeres, en particular, tienen el reto de aprovechar todas las herramientas a su alcance, así como el auge de plataformas, como LinkedIn, que trabajan para que las empresas deseen trabajar con hombres y mujeres por igual, solo basados en su talento.
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22 de octubre de 2024