Crecimiento Económico

Monedas virtuales, Blockchain, y países en desarrollo: simbiosis perfecta

A bitcoin ATM machine is shown at a restaurant in San Diego, California September 18, 2014. The device enables the user to convert cash to bitcoins via a QR code transfer to an application on their mobile device. REUTERS/Mike Blake (UNITED STATES - Tags: SOCIETY BUSINESS SCIENCE TECHNOLOGY) - RTR46TGG

Image: REUTERS/Mike Blake (UNITED STATES - Tags: SOCIETY BUSINESS SCIENCE TECHNOLOGY) - RTR46TGG

DerBlaueMond

Una de las principales barreras que encuentran Bitcoin y Blockchain en el mundo desarrollado viene precisamente de que, los agentes económicos cuyos sectores más revoluciona, son los que sienten que su modelo de negocio puede estar más amenazado. Por ello, la velocidad de adopción en los países del primer mundo puede verse ralentizada (como de hecho ya está ocurriendo), al menos hasta que los jugadores afectados sepan cómo sacar partido del nuevo balón que rueda sobre el campo.

Pero esta complicada casuistica de intereses creados a menudo no existe en los países en vías de desarrollo, puesto que, en la mayoría de los casos, Bitcoin y Blockchain permiten desarrollar y ofrecer servicios y posibilidades a bases de usuarios antes inexistentes, y que muchas veces ni siquiera tenían acceso a los servicios financieros más básicos. Allí los problemas son otros, lo cual no quita que, cuando estos servicios arrancan allende el Mediterráneo, acaben convirtiéndose en jugadores, no sólo relevantes a nivel nacional o continental, sino que pueden aspirar a desafiar en su propia casa (la nuestra) incluso a los más grandes y consolidados grupos bancarios y financieros (tan sólo para empezar).

Bitcoin y Blockchain en cuatro ideas

A modo de introducción, para los no versados en este tema, les resumiré brevemente que Bitcoin es tan sólo una moneda virtual; más específicamente se trata de una criptomoneda. Los Bitcoin Miners son mineros que, con un equipo informático, están continuamente resolviendo una fórmula matemática criptográfica predefinida, para así conseguir generar nuevos Bitcoins. Cada nuevo Bitcoin es matemáticamente único. Y aquí es donde entra en escena la segunda (y más interesante) parte: Blockchain.

¿Has leído?

Con Blockchain, todos en la red pueden ver la información de los "bloques de información" que constituyen la esencia de Blockchain, aunque no se puede acceder a ellos sin permiso. Todos estos nodos (ledgers), que forman parte la comunidad Bitcoin, deben aprobar cada transacción, y para hacerlo cuentan con una tabla con una copia propia distribuida entre todos ellos. En esta tabla sólo se pueden insertar nuevos registros (nunca borrar los anteriores), y en ella cada nuevo Bitcoin generado, o cada transacción realizada con cualquier Bitcoin ya existente, queda registrada, previa validación por el resto de los nodos. Este "por el resto de los nodos" a algunos les parecerá que trae una complejidad innecesaria al modelo, y que le resta seguridad por añadir jugadores a la red cuya confiabilidad puede estar en entredicho.

Image: REUTERS/Benoit Tessier

Nada más lejos de la realidad, más bien al contrario. Si bien hay una cierta complejidad añadida inherente al hecho de pasar a usar una extensa red de ledgers de muchos nodos, lo cierto es que la simplicidad con la que se ha diseñado Blockchain, restringiéndose estrictamente al problema que pretendía resolver, ha traído una solución sencilla para lo complejo que era el problema. Pero lo más fascinante de Blockchain no es sólo eso, sino que además es una solución potente y muy muy versátil. Tanto, que puede tener y tendrá infinidad de aplicaciones y casos de uso mucho más allá de Bitcoin y las monedas virtuales.

Y lo que a primera vista puede parecer otra desventaja de Bitcoin, la seguridad de una red que realiza transacciones financieras en la que cualquiera puede ser un nodo, fue resuelta de forma genial por el misterioso Satoshi Nakamoto. Desde que Internet nació, un servidor no ha visto una sola aproximación a la seguridad informática digna de mi confianza, y menos para transacciones financieras. Efectivamente, cualquier sistema informático es vulnerable casi por definición, puesto que es prácticamente imposible tener parcheados todos los agujeros de seguridad de cualquier equipo informático. Y aun asumiendo como posible lo imposible del tema, y tomando un equipo por seguro, entonces lo vulnerable puede estar en el usuario a cargo del equipo, como ocurrió con los robos multimillonarios a través de la red interbancaria SWIFT, que ya analizamos para ustedes en este artículo: "Los hackers se hinchan a robar a través del sistema de pagos interbancario (SWIFT), ¿Qué está pasando?".

Eso por no hablar de los "Zero-Day" exploits: agujeros de seguridad detectados por cierto tipo de hackers que no los desvelan ni comunican a las compañías afectadas, para así poder utilizarlos el máximo tiempo posible antes de que algún hacker ético, o la propia compañía, los detecte también y libere un parche. Si entonces, de una manera u otra, todo es hackeable, la genial idea tras Blockchain es encontrar la seguridad en que al menos "no todo sea hackeable a la vez". Cuantos más nodos haya en la red de Blockchain, más imposible se hace hackear todos los todos a la vez para conseguir falsear una transacción, y asignarnos unos Bitcoins que en realidad no nos pertenecen. De esta manera, cuanto mayor y más diversa sea la red, más segura es. Una idea propia de un genio, o de un equipo de genios como personalmente sospecho que puede haber detrás del misterioso pseudónimo de Satoshi Nakamoto.

Pero ni Bitcoin es sólo Blockchain, ni Blockchain es sólo Bitcoin. Para Blockchain hay mucho más mundo más allá de Bitcoin. Para empezar, se pueden pensar en nuevas aplicaciones aprovechando su genial diseño, pero tratando de aplicar su arquitectura a entornos más reducidos y de nodos confiables, lo cual es especialmente atractivo para entornos empresariales. Una clave en estos entornos podría ser que se diseñe una arquitectura modificada que permita exponer menos información pública, que realmente tampoco supone un problema mayor para muchos casos de uso, habida cuenta del anonimato que soporta el sistema Blockchain de forma nativa.

Image: REUTERS/Pawel Kopczynski

Otras aplicaciones potenciales podrían estar basadas en redes de ledgers que almacenen y validen otro tipo de información no financiera, que puede ser de lo más variopinta. Ésta puede ir desde experiencia laboral con la que LinkedIn dejaría de ser un simple escaparate de información a verificar, o historiales médicos que puedan ser compartidos por el paciente con quien y cuando diga, con lo que el historial médico y su control dejan de ser propiedad del doctor, y pasan al paciente. Eso por no hablar de transacciones inmobiliarias, operaciones de compra-venta, historial de reparaciones y revisiones de un vehículo de segunda mano... Y así hasta un largo etcétera en el que un auténtico desconocido puede ser un individuo confiable para una transacción concreta gracias a la potencia de Blockchain y de Internet.

Los países en vías de desarrollo como early-adopters

Bitcoin y Blockchain están experimentando un importante auge en muchos países en vías de desarrollo. Esta tendencia no nos debería ser ajena ni sorprendernos, porque ya les analizamos hace unos cuantos meses cómo, por ejemplo, los pagos por móvil y otras tecnologías se estaban abriendo paso rápidamente en países del tercer mundo, mientras iniciativas similares fracasaban estrepitosamente en economias desarrolladas. Como les analicé en este artículo, "Cómo la tecnología ha permitido que países en vías de desarrollo adelanten a los desarrollados, desde hace bastante tiempo es mucho más fácil pagar el taxi con el móvil en Nairobi que en la mismísima Nueva York, según pueden leer también en este artículo del semanario británico The Economist. Ahora le toca el turno a Blockchain, y todo apunta a que va a arrasar rápidamente de nuevo en ese tercer mundo que, en este caso, más bien parece el primero.

De hecho, es algo que ya está empezando a ocurrir incluso a día de hoy. Como pueden leer en este enlace de Techcrunch, Bitpesa, asociado a aquel exitoso sistema pago por móvil keniata M-Pesa del que les hablé en el link anterior, ya permite utilizar Bitcoin para enviar dinero desde Reino Unido a África Oriental, rebajando sustancialmente los tiempos y los costes de los sistemas de remesas actuales. Para ello, lo único que necesita un cliente es abrir un Bitcoin Wallet, cambiar libras por Bitcoins, y realizar una transferencia de los mismos. La plataforma de Bitpesa se encarga de enviar los bitcoins a través de un gateway y depositarlos, convertidos en moneda local, en la cuenta bancaria del destinatario, o incluso en su propia cuenta de pagos por móvil M-Pesa, lo cual amplia de forma importante su base de usuarios, su inmediatez, y su versatilidad.

Como habrán leído, iniciativas como la de Bitpesa no implican que en el primer mundo no haya también importantes jugadores, que pueden estar llamados igualmente a ser protagonistas del futuro mercado basado en tecnología Blockchain. Un claro ejemplo de ello sería Abra, una compañía basada en Silicon Valley, la cuna techie por antonomasia de Occidente, y que ha irrumpido en el mercado con servicios basados en tecnología Blockchain.

¿Por qué la monedas virtuales y Blockchain están ya a pie de calle en países en vías de desarrollo?

Pero no hay que olvidar el tema que les citaba antes de los intereses creados en los países más desarrollados, ni tampoco el hecho que también analicé ya para ustedes de que en el primer mundo, a menudo, ya hay otra forma de cubrir casi cualquier necesidad, aunque sea con tecnología obsoleta. Todo ello ralentiza la adopción de nueva tecnología, por mucho progreso que pueda traer.

Con ello, tenemos que, realmente, el mercado más inmediato y más asequible puede estar en los países en vías de desarrollo. Además, los jugadores locales pueden tener una importante ventaja adicional al conocer la burocracia y las regulaciones locales (y tener una mayor capacidad para cumplirla en países con un alto índice de poca "ortodoxia" funcionarial). Tampoco olviden un factor cultural que puede tener su peso, y es que, en varios de estos países, no les gusta tener la sensación de que tiene que venir el hombre blanco occidental a hacerse cargo de algo que ellos parecería que no son capaces de poner en marcha por si mismos.

Para los que no tengan en cuenta o piensen que este factor es irrelevante, les explicaré lo harto difícil que resulta para unos padres blancos occidentales adoptar un niño de color en, por ejemplo, Kenya. Por desgracia, hay muchos niños en aquel país necesitados de una familia que les pueda sacar adelante, pero es realmente difícil que de primeras un juez los dé en adopción a unos padres adoptivos de raza blanca. A los keniatas no les gusta quedarse con la sensación de que no son capaces de sacar adelante por si mismos a sus propios hijos, y que tiene que venir un padre o madre blanco a hacerse cargo de ellos. Tampoco es de extrañar que queden en la conciencia social posos de este tipo de pensamientos, tras el convulso y terrible pasado colonial que sufrió Kenya (entre otros). Me permito recordarles cómo los británicos intentaron atajar el clamor independentista en aquel país masacrando en masa a los keniatas, y asfaltando kilómetros de carreteras con sus huesos debajo. De esta manera los británicos pretendían que perdurase en el tiempo y en la memoria qué destino aguardaba a aquellos que osasen aspirar a independizarse de la metrópoli que les tocó.

Image: REUTERS/Edgar Su

Este nacionalismo económico con tintes de raza, es un factor a tener en cuenta en países en los que, aunque en términos capitalistas de PIB parezcan asequibles a cualquier caja corporativa de una empresa occidental con intereses y artes "paralelas", son países que pueden tener fuertes convicciones culturales para preferir dar el negocio a una empresa local.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en estos países, hay una necesidad latente sin cubrir, pero es más, que no puede ser cubierta por el momento ni por la banca ni por el tejido empresarial tradicional. En unos países en los que grandes masas de población no tienen ni DNI, ni cuenta bancaria ni forma de obtenerla, ni acceso a servicios financieros básicos... Hay algo cuyo índice de penetración está superando rápidamente al de todo lo anterior: el teléfono móvil. Con él, se pone una herramienta clave en la misma palma de la mano de los potenciales clientes, que hace de puerta de entrada de nuevas y disruptoras tecnologías basadas en Bitcoin y/o Blockchain. Así, sin un notario, sin un intermediario, sin una cuenta bancaria, y sin acceso a una sucursal... esta ubícua y nueva herramienta, unida a la tecnología Blockchain, permite a cualquiera convertirse en confiable para una transacción concreta peer-to-peer. Sin más.

Allí está pues el mercado potencial más inmediato y más sencillo de conquistar y monetizar. Una muestra de que, efectivamente, no estamos sopesando en su justa medida el gran potencial tecnológico que suponen estos países, está por ejemplo en el hecho de que, ya en 2007, hubiese en el África subsahariana mayor penetración de la telefonía móvil que población con acceso a sanidad. Las cifras de penetración del móvil que arrojaba el conjunto del continente no eran menos alentadoras, y ascendían a un sorprendente 74 por ciento.

Como resultado de ello, ya les citaba en el análisis anterior cómo el servicio keniata de pago móvil M-Pesa mueve alrededor de un 25% del PIB de Kenya, y sienta un significativo precedente que muestra lo que pueden estar llamados a suponer Bitcoin y Blockchain en estos países. Si algo tan básico y de caso de uso más concreto como M-Pesa literalmente ha arrasado, qué podrá ocurrir con Blockchain siendo algo tan versátil, tan de amplio espectro de aplicación, y tan potente y sencillo a la vez.

Esta nave Entreprise del progreso tecnológico está adquiriendo ya velocidad de salto al hiperespacio, siendo un progreso a todas luces exponencial. A veces, da la sensación de que hemos llegado a un punto de aquella tercera y disruptiva tercera fase de la Globalización de la que les hablé aquí, en la que la libre circulación de ideas, mercados, conocimiento, y trabajadores, nos ha llevado a esa realidad en la que el futuro lo inventan unos, pero lo pueden llevar a cabo otros.

Mucho me temo de que la famosa frase de Steve Jobs ha quedado rápidamente desfasada, pues decía simplemente que "La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo". Hoy por hoy, inventar el futuro ya no es suficiente, en un mundo de open-source, de igualdad de oportunidades, y igualdad de acceso a la tecnología, además ese futuro hay que ser el primero en llevarlo a cabo. Satoshi Nakamoto ya ha inventado para ustedes, no pueden dejar de tomar ese testigo y pasar a la acción. Innoven, es lo mejor que pueden (y podemos) hacer como socioeconomía. El que se conforme con ir a remolque de las locomotoras que sí que deciden ir en cabeza, corre el riesgo de que, en cualquier momento, les suelten el enganche que les une al tren.

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