Permisos de paternidad: primer paso hacia la igualación
Image: REUTERS/Rick Wilking
Desde el uno de Enero de este año todos los padres de España disfrutan de dos semanas más de permiso de paternidad. Es un avance importante: se duplica el permiso y se amplía un derecho que nos acerca más a Europa. Es insuficiente, pero es un primer paso hacia la igualación de permisos entre madres y padres (punto 66 del acuerdo de investidura C’-PP).
Los que somos padres recientes – nosotros lo hemos sido hace 6 meses – encontrarán simplemente de justicia que los padres tengan el derecho a disfrutar de su bebé y puedan compartir la inmensa responsabilidad que supone cuidar de un recién nacido. Para los que sean más escépticos sobre los beneficios de esta medida, esperamos convencerles con los datos que presentamos a continuación.
En los últimos 30 años el aumento de la participación laboral de la mujer ha sido espectacular. Mientras a principios de los 90 estábamos a la cola de Europa con solamente una de cada dos mujeres participando en el mercado laboral, hoy la tasa de participación es de alrededor del 80%, similar a Reino Unido o Alemania.
Gráfico 1: Evolución del ratio de la participación de mujeres sobre hombres
Este es un cambio muy positivo pero implica un enorme reto para la conciliación entre la vida personal, familiar y laboral. Muchas madres y padres quieren poder compaginar una vida profesional estimulante y una vida familiar gratificante. Sin embargo eso resulta dificilísimo en nuestro país.
Hasta los 30 años las mujeres españolas tienen un nivel de desarrollo profesional muy similar al de los hombres. Pero todo cambia cuando llega la edad de tener hijos: la actividad cae en picado y los datos de paro, temporalidad y tiempo parcial involuntario se disparan.
Los hombres y mujeres entre 30 y 44 años sin hijos tienen una tasa de actividad (ratio de personas que trabajan o están buscando trabajo respecto a la población) muy similar (93% y 91%). Sin embargo, la ratio cae en picado para las mujeres que deciden ser madres: solamente un 82% de mujeres con hijos menores de 5 años está activa en el mercado de trabajo – los padres, en cambio aumentan la participación: 98%.
Gráfico 2: Tasa de actividad – hombres y mujeres según la edad de los hijos
Esa dinámica se repite en todos los indicadores. Las mujeres de esa franja de edad que no tienen hijos tienen una tasa de desempleo más baja que la de los hombres. En cambio entre mujeres y hombres con hijos (menores de 15) pasamos a una diferencia en la tasa de paro de casi 10 puntos.
Gráfico 3: Tasa de desempleo por sexo y según la edad de los hijos
Similares desequilibrios se dan en las tasas de empleo a tiempo parcial. Aunque los contratos a tiempo parcial son mucho más frecuentes entre las mujeres en general, las diferencias aumentan cuando comparamos mujeres y hombres con hijos. Mientras solo el 6% de los hombres con hijos menores de 16 años trabaja a tiempo parcial, esa tasa es de casi el 29% entre las mujeres, una diferencia de 23 puntos.
Gráfico 4: Tasa de empleo a tiempo parcial por sexo y según la edad de los hijos
Naturalmente, es posible que una gran parte de las mujeres opte por el trabajo a tiempo parcial porque lo prefiere. Sin embargo, aunque observamos que las mujeres optan por la jornada reducida por razones familiares, eso no significa que no quieran trabajar a tiempo completo. Entre las madres con hijos menores de 4 años que trabajan a tiempo parcial, solo el 5.7% no preferiría trabajar a tiempo completo, como se puede observar en el gráfico siguiente.
Gráfico 5: Porcentaje de personas a tiempo parcial que no quieren un trabajo a tiempo completo
Poniendo los porcentajes en contexto y según los datos de la EPA, de las 3.4 millones de mujeres entre 30 y 44 años con hijos, sólo 2.1 millones trabajan, 660.000 están desempleadas y 570.000 son inactivas. De las 2.1 millones que trabajan, 620.000 lo hacen a tiempo parcial con una media de horas semanales habituales de 20.5 horas, cuando por promedio desearían trabajar 37 horas.
Aunque estos datos no implican una relación de causa-efecto, los datos de la EPA parecen indicar que el mercado laboral español penaliza claramente a las madres.
Las razones son muchas. En España tenemos unos servicios de escuelas infantiles caros y escasos. También tenemos unos horarios de locos y muy poca flexibilidad en el lugar de trabajo. Y también existen normas culturales que condicionan. Pero, en este artículo queremos centrarnos en la cuestión de los derechos de baja por maternidad y paternidad.
Hasta el 1 de Enero de 2017, el permiso por maternidad constaba de 16 semanas ininterrumpidas. Las primeras 6 semanas tenían que disfrutarse por la mujer directamente después del parto y no se podían compartir. Las últimas 10 semanas se podían compartir o ceder en su totalidad al padre. Durante las 16 semanas, si se cumplían ciertas condiciones, se cobraba el 100% del sueldo. El permiso de paternidad era de 15 días.
Desde el 1 de Enero, como resultado del acuerdo Cs-PP, el permiso de paternidad se ha incrementado en dos semanas. Con un total de sólo 18 semanas entre padre y madre (ahora 20), la duración de las bajas maternal y paternal en España sigue siendo corta, especialmente en comparación con otros países de la Unión Europea. En Alemania, por ejemplo, las madres disponen de 6 semanas con anterioridad al parto y de 2 meses con posterioridad, más 12 meses que se pueden compartir entre los padres.
El argumento más común a favor de una baja maternal más extendida son los potenciales efectos beneficiosos sobre el desarrollo de los niños. Sin embargo, un desequilibrio grande entre la baja de maternidad y de paternidad puede ser perjudicial para la mujer en el mercado de trabajo. Una de las causas es la discriminación ex ante generada por las expectativas de los empleadores – “si se que la mujer se va a ocupar de los niños, prefiero contratar a un hombre”.
En el caso de España, con un tejido empresarial – con predominancia de PyMES – con menos facilidades para la maternidad– creemos que el desequilibrio existente entre los permisos de madres y padres penaliza de forma grave a la mujer en el mercado de trabajo.
En España ya existe la posibilidad de compartir hasta 10 semanas la baja de maternidad. La realidad, sin embargo, es que casi no se hace uso de esta opción. Según datos de la Seguridad Social, de todas las bajas de maternidad de madres trabajadoras que empezaron en el año 2014 – un total de 265.869 – sólo 3.436 fueron compartidas con el otro progenitor, equivalente al 1.29% de todos los casos. En cambio, en países como Suecia los hombres tomaban el 20% del total de la baja parental en 2012.
Es por eso que creemos que además de las semanas compartidas debe de haber unas semanas intransferibles específicas para el padre. Asimismo pensamos que para que los padres puedan asumir mayor responsabilidad en el cuidado de los hijos, el total de permisos debe de ser más largo. Por ejemplo, la OMS recomienda la lactancia hasta por lo menos los 6 meses de edad, y en este momento la totalidad de permisos no llega a los 5 meses.
Nuestra propuesta es avanzar hacia un total de 26 semanas, de las cuales 8 estarían reservadas para cada progenitor, y las 10 restantes podrían ser compartidas. Esto aumentaría la corresponsabilidad entre los padres, ayudaría a reducir la discriminación de la mujer en el mercado laboral y facilitaría una mejor conciliación laboral mediante el aumento de la duración de la baja total de 8 semanas.
Esperamos cumplir ese objetivo, como acordado, al final de la legislatura. Por el momento, creemos que doblar los permisos intransferibles de paternidad es un paso importante para mejorar la igualdad de oportunidades y la conciliación. Felicidades a todos los padres y madres que ya lo están disfrutando.
Este artículo también ha sido escrito por Claudia Hupkau, Investigadora del Centre of Economic Performance de la London School of Economics
* Este artículo está elaborado en base a un estudio de la Oficina Económica de Ciudadanos realizado en colaboración con dos investigadoras del Centre for Economic Performance de la London School of Economics.
** Todos los datos que se presentan provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el segundo trimestre de 2015 y se refieren a mujeres y hombres de entre 30 y 44 años (salvo si se indica lo contrario).
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