¿El truco para convertirse en CEO? No tratar de convertirse en CEO
Image: REUTERS/Rick Wilking
¿Hace falta un deseo imperioso para convertirse en CEO de una gran compañía? Pasé los últimos cuatro años entrevistando a los líderes de éstas compañías, y me revelaron que su lección más importante en la vida fue que no hay que querer convertirse en CEO.
Si piensas que es difícil de creer, yo también. Después de todo, es bastante fácil verlo desde arriba, y minimizar todo lo que se tuvo que hacer para llegar hasta la cima. Pero si escarbamos un poco más, aparecerán historias menos cordiales, ¿verdad?. ¿No tienen las mujeres y (en su mayoría) los hombres en el cargo de CEO la actitud de "no tomar prisioneros, sino apuñalar a la gente por la espalda"?
Sin embargo, no fue eso lo que encontré. Convertirse en CEO es quizás como convertirse en papa: también se dice que querer ese trabajo es como querer un beso de muerte. Pero, ¿por qué? ¿y cuál es la preparación correcta si quiere avanzar en su carrera? Estas son algunas de las respuestas que recibí de las personas en cargos ejecutivos mientras investigaba para escribir mi libro, Antes de ser CEO.
"No debe tratar de convertirse en CEO", me dijo Paul Bulcke, Director Ejecutivo de Nestlé, el grupo de productos alimenticios más grande del mundo, "porque es arrogante. Es probable que se convierta en una persona infeliz, ya que la meta de su vida está en el futuro, e indica que no está preocupado con hacer un buen trabajo en la posición que tiene". Es mejor, dijo, disfrutar lo que está haciendo, mientras lo está haciendo, y solo apuntar a un próximo trabajo cuando se sienta listo. "Il faut laisser du temps au temps – debe darle tiempo al tiempo".
Chris Burggraeve lo expresa de manera diferente. "Yo no podría haber apuntado a convertirme en CMO de AB InBev aunque hubiera querido", dijo el ex Director de Marketing de la cervecera Anheuser-Busch Inbev. "La función de director de marketing todavía no existía cuando era joven, y tampoco la empresa en la que terminé trabajando (AB InBev fue el resultado de la fusión de Anheuser Busch e InBev en 2007, ahora la cervecera más grande del mundo)".
El razonamiento detrás de estos dos argumentos es diferente, pero la conclusión es la misma. Incluso si piensa que debe convertirse en un ejecutivo importante, es inútil que esa sea su meta al principio de su carrera. Se sentirá infeliz durante un largo período de tiempo, y de una u otra forma, nunca se sabe lo que el futuro traerá.
Entonces, ¿en qué debería pasar el tiempo? Patrick De Maeseneire, el ex CEO de Adecco dijo que no se debería pensar en la carrera hasta cumplir 30 o 35 años. "A los veinte años se es muy maleable, y el tiempo debería usarse para vivir experiencias diferentes", dijo. Puede ser viajar y aprender idiomas, trabajar en diferentes empresas o industrias, o encontrar su pasión y experiencia.
Paul Bulcke hizo precisamente eso. Primero estuvo en Perú por seis años, y después en Chile y Ecuador. Lejos de las oficinas centrales, no apareció en el radar de Vevey hasta los treinta años, y eso fue bueno. "Me aseguré de que mi función estuviera en línea con mi capacidad", dijo. Siguió progresando, pero no perdió un paso en el proceso. "Mi carrera fue como una bicicleta: mantiene el equilibrio porque avanza".
Al estar en el campo, podía trabajar en sus habilidades culturales y de comunicación, manejando a un grupo de personas que tenían una cultura y un idioma muy diferentes. Hasta el día de hoy, su conocimiento del idioma español (y del alemán, que aprendió más adelante en su carrera) le ha sido muy útil, como director de una empresa global. También aprendió a lidiar con las crisis, ya que en ese momento había mucho terrorismo en Perú.
También aprendió a vender y hacer marketing. Recordó, por ejemplo, cómo hacía sus rondas de ventas en Lima muy temprano a la mañana. En los barrios pobres, el efectivo era rey: si venías por la mañana, probablemente obtenías dinero. Si venías más tarde, ya otros proveedores habían hecho sus ventas antes que tú. También aprendió a ser creativo con un presupuesto limitado: Perú era un pequeño país para Nestlé, por lo que cualquier promoción que hiciera debía ser de bajo presupuesto. Él hacía sus propios guiones, y su familia hacía las actuaciones especiales en sus comerciales. En lugar de poner carteles junto a la carretera, pintaba casas con los colores de sus productos.
Al final del día, el talento siempre sobresale. Pero no hay necesidad de apresurarse para llegar a la cima. "Si subes como un cohete, caerás como una piedra", me dijo Patrick De Maeseneire. Él mismo había aprendido esa lección cuando le negaron una promoción al principio de su carrera. La verdad es que una carrera dura 40 años (y cada vez más). Realmente es una maratón, y lo mejor que puede hacer durante la primera cuarta parte es asegurarse de estar bien preparado para el resto. No trate de convertirse en CEO, en cambio, disfrute del viaje. Carpe Diem. O como alguna vez lo expresó el rapero Coolio: "Te veré cuando llegues allí / si alguna vez llegas".
Este artículo se publicó por primera vez en alemán en Business Insider Deutschland.
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