9 pasos para tomar buenas decisiones y equivocarte menos
Image: REUTERS/Dylan Martinez
Tomar buenas decisiones de negocios es una de las habilidades más importantes de todo ejecutivo o empresario. Sin embargo, es común que las personas tomen malas decisiones o eviten tomar decisión alguna. Las razones de ello tienen que ver con el miedo a equivocarse, la necesidad de quedar bien y evitar quedar mal con el grupo y con uno mismo, y con sesgos de percepción y cognitivos que tenemos todos los seres humanos. El impacto en los negocios de una mala toma de decisiones es casi siempre negativo y en ocasiones desastroso.
Algunos ejemplos famosos de pésimas decisiones incluyen la catástrofe del Deepwater Horizon, la fusión fallida de Daimler y Chrysler, la renuencia de la industria disquera de vender la música en formato digital y por canción, la nueva fórmula de Coca Cola, la falta de visión de Kodak para comercializar la primera cámara digital inventada por ellos en 1975, y el rechazo de los Beatles por parte de Decca Records. Estos son solo algunos ejemplos, quizá los más sonados, del sinnúmero de malas decisiones que las empresas y sus ejecutivos toman diariamente.
¿A qué se deberá tal carencia de habilidad para la toma de decisiones, especialmente si consideramos que quienes las toman son generalmente personas altamente capaces y experimentadas? La realidad es que tomar decisiones incorrectas es inevitable, todos cometemos errores, pero ¿será posible minimizar estos errores, disminuir el impacto de ellos y aprender a tomar mejores decisiones? Definitivamente sí y a continuación enlistamos 9 pasos que te pueden ayudar a lograrlo.
1. Fomenta el diálogo abierto
Uno de los problemas más comunes en la toma de decisiones, especialmente cuando éstas involucran a un grupo, es que no existe un diálogo abierto y honesto al respecto de las alternativas presentadas. Es usual, por ejemplo, que ciertas personas, especialmente los jefes, dominen la conversación y que los demás se queden callados, eviten expresar sus opiniones y concuerden con la decisión más popular. Para evitar esto, es importante que como líder fomentes un ambiente de apertura y respeto en donde no solo se permitan, sino sean bienvenidas y solicitadas, las opiniones de todos.
2. Conoce y evita las trampas en la toma de decisiones
Algunas de las trampas más comunes en la toma de decisiones incluyen el anclaje, el status quo, la confirmación mediante evidencia, el encuadre y la estimación y los pronósticos. Para evitar estas trampas, recuerda lo siguiente:
a) La primera información que recibes no necesariamente es correcta (anclaje). Un ejemplo de ello es tomar una decisión de no incursionar en un negocio después de leer un artículo sobre la desaceleración económica, puesto que dicha información puede o no ser correcta o pertinente en tu caso específico. Para evitar esta trampa, investiga bien todos los aspectos relacionados con tu decisión y no tomes una decisión impulsivamente.
b) Las decisiones que tomamos suelan apagarse a lo que ya conocemos (el status quo), por lo que no es de extrañarse que los primeros automóviles eran conocidos y se veían como carretas sin caballos y los primeros periódicos electrónicos tenían el mismo formato que su contraparte impresa. Para evitar esta trampa, apóyate en el diálogo abierto, genera y solicita ideas “descabelladas” sobre cómo tu nuevo producto o servicio podría ser totalmente diferente o más adecuado a la nueva y naciente realidad.
c) Tendemos a favorecer las decisiones que ya preferimos y buscamos evidencia para confirmarlas (confirmación mediante evidencia). Para evitar esta trampa, evita hablar con personas o buscar información que confirme tu preferencia y, en lugar de ello, habla con gente e investiga opiniones opuestas. Así estarás mejor informado para tomar una buena decisión
d) Asegúrate de no presentar tus argumentos o hacer tus preguntas de una manera que encuadre la realidad o las respuestas (encuadre). Por ejemplo, preguntar “¿qué opciones tenemos que nos puedan ayudar a salir de esta crisis?” implica que existe una crisis. Tal encuadre provee y limita lo que es posible en dicha conversación: recortar personal, reducir costos y vender activos son todas opciones lógicas dentro de este encuadre. Para evitar esta trampa, no aceptes inmediatamente la manera en la que se expresan los argumentos o preguntas y, en cambio, busca un encuadre más neutral o incluso generativo, tal como: ¿qué opciones tenemos para incrementar nuestros resultados financieros o qué nuevo producto, servicio o proceso nos daría una ventaja competitiva?
e) Por último, recuerda que los seres humanos estamos muy acostumbrados y dependemos de hacer estimaciones y pronósticos en la vida diaria sobre aspectos como edad, distancia, peso, tiempo o volumen, lo cual es perfectamente natural y necesario en situaciones cotidianas y, en general, conocidas. Sin embargo, esto es totalmente diferente e infectivo en términos de situaciones desconocidas tales como predecir la demanda de un mercado nuevo, la tasa de cambio a futuro y los riesgos en el desarrollo de un nuevo producto o servicio. Para no caer en esta trampa, evita generar estimaciones o pronósticos rápidos y, en su lugar, adopta un proceso disciplinado y riguroso de investigación, diseño, desarrollo, experimentación y prueba.
3. Genera múltiples opciones
Si los diseñadores crearán sus diseños de la manera que la mayoría de nosotros tomamos decisiones, diseñarían la primera cosa que les viene a la mente y ésta seguramente sería un fracaso. La realidad es que los diseñadores generan múltiples prototipos y los desarrollan y prueban rápidamente hasta estar convencidos de que su diseño será exitoso. Para mejorar nuestra toma de decisiones es imprescindible que nosotros también generemos múltiples opciones de donde escoger, en lugar de vernos obligados a elegir entre un número reducido de opciones o, peor aún, contar con una sola opción.
4. Cuestiona todo
Una buena toma de decisiones se basa en un examen exhaustivo de cada idea, argumento o propuesta presentada. Así las cosas, es de sabios cuestionar todo cuando se trata de tomar una decisión, especialmente en un campo en el que carecemos de amplia experiencia y para un reto adaptativo, cuya solución y/o problema se desconocen. Ahora, es importante que cuestionemos con respeto y dentro de un contexto de curiosidad y aprendizaje, ya que de lo contrario nuestros cuestionamientos generarán un ambiente de cautela y censura.
5. Procura respaldar tus decisiones con datos sólidos
Para tomar una buena decisión, es muy importante que procuremos respaldar nuestras ideas, argumentos, propuestas y, en última instancia, nuestras decisiones en datos sólidos, lo cual implica dejar a un lado nuestro ego y opinión, y sustentar todo en hechos, cifras, datos e información.
6. Realiza pequeños experimentos
En la medida de lo posible, intenta realizar pequeños experimentos que te permitan comprobar la calidad de tus decisiones sin tener que arriesgar demasiado. Hacer esto te permite probar diferentes alternativas sin verte expuesto a un gran fracaso cuyo impacto sería catastrófico para tu empresa.
7. Revisa constantemente el resultado de tus decisiones
Aquello que parece y en ocasiones es correcto en un cierto momento, puede dejar de serlo en otro. Recuerda que las situaciones cambian y que por más investigación que hagas y datos duros con los que respaldes tus decisiones, todo cambia y en el camino te das cuentas de otras cosas. Por ende, es de sabios no casarse con una decisión tomada, y tener la disciplina, sabiduría y coraje de revisar constantemente tus decisiones y los resultados de las mismas en el camino, para corregir, o incluso abandonar, el rumbo si la situación así lo requiere.
8. Aprende de tus malas decisiones
Como mencioné anteriormente, tomar algunas decisiones equivocadas es un hecho inevitable para cualquier ser humano. No obstante, siempre es posible mejorar la calidad y el porcentaje de las buenas decisiones que tomamos. Ello tiene que ver con muchas de las cosas que hemos analizado en esta columna, pero también con tu capacidad de aprender de cualquier error y mala decisión que tomes y con no cometer el mismo error dos veces.
9. No seas rehén de la indecisión
Una de las trampas más grandes en la toma de decisiones es la indecisión, la cual es apropiada en algunos casos, tales como no contar con suficiente información o probabilidad de éxito, pero inapropiada por miedo o cualquier otra emoción que te detenga de tomar una acción requerida.
Por último, en la toma de decisiones no todo tiene que ver con la lógica. Toda decisión que tomes debe estar alineada con tu misión personal o empresarial y con tu estrategia de negocios, lo cual se traduce a tus valores. Roy Disney, el hermano de Walt Disney y cofundador de Walt Disney Productions, nos dice: “No es difícil tomar decisiones cuando sabes cuáles son tus valores”.
El autor es un empresario, consultor y coach de negocios especializado en desarrollo y cambio organizacional, apasionado de la condición y el potencial humano. Con más de 20 años de experiencia, ha asesorado a empresas como Chevron, Ecopetrol, Pemex, Boeing y Bimbo en temas de liderazgo, comunicación, seguridad industrial, clima laboral y renovación cultural.
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13 de diciembre de 2024