Cómo los pequeños logros ayudan a los intraemprendedores a impulsar grandes cambios en una organización

Hoy en día es común sentirse abrumado por la magnitud de los retos a los que nos enfrentamos, desde el calor extremo causado por el cambio climático hasta los impactos de la desigualdad económica y social. En medio de tanta complejidad y división, parece que sólo las grandes soluciones pueden marcar la diferencia.

Esta constatación nos frena y afecta a nuestro sentido de eficacia. Luego perdemos de vista el hecho de que un pequeño logro puede tener un efecto cascada al permitirnos visualizar las posibilidades de conseguir logros posteriores.

Esto es lo que he aprendido repetidamente en mi trabajo durante 15 años con agentes del cambio corporativo en la Aspen First Movers Fellowship. Desplazando su enfoque de la busca del "gran cambio" y centrándose en pequeños logros estratégicos, estos intraemprendedores corporativos -agentes que lideran el cambio dentro de las empresas- demuestran las posibilidades de un futuro mejor.

¿Cómo lo hacen? He aquí cuatro lecciones que he aprendido de estos innovadores sobre cómo buscar un pequeño logro para ganar impulso para un cambio mayor:

Los proyectos piloto permiten hacer tangible una idea y poner a prueba las posibilidades de cambio. Diseñados para el aprendizaje, los proyectos piloto pueden estructurarse con recursos limitados y bajo riesgo, y se gana independientemente del resultado.

Tanto el éxito como el fracaso aportan lecciones para el siguiente ensayo e impulsan un cambio mayor. Por ejemplo, Hao Dinh, vicepresidente de tecnología de Enpro, sabe que la transformación del lugar de trabajo por las tecnologías digitales, como la inteligencia artificial (IA), pone en riesgo millones de puestos de trabajo.

Pero en lugar de preocuparse por una calamidad inminente, Hao se centra en poner en marcha proyectos piloto de introducción de tecnología digital que permiten a los trabajadores adquirir experiencia en el uso de estas tecnologías e imaginar un papel permanente para su know-how en combinación con el uso de big data e IA.

Estos pilotos también demuestran a la alta dirección de la empresa que el éxito de las transformaciones digitales no consiste solo en desplegar la tecnología adecuada, sino también en asegurarse de que se tienen plenamente en cuenta las repercusiones sobre las personas.

Incluso cuando se busca un logro que requiere un esfuerzo relativamente pequeño, no se puede contar con que el cambio se produzca rápidamente. Randolf Waters, director sénior de Xylem, una empresa de tecnología del agua que ha trabajado con el Foro Económico Mundial en su Iniciativa Mundial del Agua, se dedica a ayudar al mundo a resolver los acuciantes problemas del agua.

Para ello es necesario que los municipios encuentren formas de financiar las inversiones necesarias para construir o reparar infraestructuras hídricas. En Xylem, Waters organizó un equipo para explorar nuevas estructuras de financiación privada que pudieran ayudar a salvar la distancia entre los recursos necesarios y las fuentes tradicionales de ingresos municipales que financian estas inversiones.

Durante muchos meses, este equipo elaboró una opción de financiación piloto que podrían probar en el mercado con un cliente dispuesto. Todo el proceso llevó más tiempo del que Waters esperaba, pero los retrasos no le desanimaron. Ser paciente, aprendió, permite hacer un diseño minucioso y da tiempo para conseguir más aceptación dentro de la empresa y en el mercado.

A medida que desarrolles tu idea de cambio positivo -por ejemplo, conseguir un ahorro energético o llegar a un segmento de mercado desatendido-, compártela con tus colegas con la mentalidad de catalizador más que de defensor.

Esto te permitirá escuchar a quienes planteen objeciones, abordar sus preocupaciones e integrar sus ideas a medida que desarrollas tu proyecto piloto.

Mientras trabajaba en State Street Global Advisors, Chris McKnett trató de desarrollar un nuevo producto para satisfacer dos necesidades del mercado: consumidores con bajos ingresos que necesitaban crédito e inversores de impacto social buscando vehículos de bajo riesgo para invertir en desarrollo comunitario.

Estos tipos de productos son difíciles de estructurar, y McKnett se topó con resistencia cuando trató de exponer sus argumentos. Entonces dio un giro decisivo. En lugar de intentar persuadir a sus colegas para que ofrecieran este producto, pasó a la indagación. Preguntaba a sus colegas: "¿Qué tendría que pasar para que State Street pudiera estructurar y vender productos de inversión para satisfacer estas dos necesidades del mercado?".

Esa pregunta permitió un tipo de conversación totalmente diferente, que invitaba a sus colegas a imaginar los pasos que podrían dar para avanzar.

Tan importante como realizar pilotos es compartir historias sobre sus éxitos. Puede marcar la diferencia entre conseguir un pequeño logro que permanezca aislado y uno que genere impulso para el cambio.

Cuando Emily Alati, directora de Innovación de Materiales de la empresa de calzado y ropa deportiva Vans, quiso conectar los objetivos de acción climática de la empresa con sus compromisos de justicia social, sabía que cambiar a un modelo de agricultura regenerativa e inclusiva para producir sus materiales llevaría años. Así que decidió marcar una diferencia inmediata en su propio trabajo.

Alati ya dirigía un programa experimental para cultivar cáñamo industrial y probar su uso como alternativa sostenible al algodón. Para avanzar también en la equidad racial, procuró que algunos de los agricultores que trabajaban en este programa fueran negros. Para el proyecto piloto inicial encontraron a dos agricultores negros dispuestos a participar. La iniciativa resultó un éxito y ahora han ampliado el número de agricultores subrepresentados con los que trabajan.

Un factor decisivo para impulsar estas innovaciones fue la voluntad de Alati de contar la historia del proyecto piloto, tanto dentro como fuera de la empresa. Estas historias tuvieron un efecto de bola de nieve no sólo en Vans, sino también en VF, la empresa matriz, animando a sus compañeros a involucrarse y probar otros programas piloto. Se creó un grupo de aprendizaje para garantizar que cuentan con perspectivas diversas sobre cómo avanzar en los objetivos de acción climática de la empresa.

Dan Heath y Chip Heath, autores de Switch: Cómo cambiar las cosas cuando cambiar es difícil, explican que conseguir pequeños logros es muy poderoso porque nos ayuda a "acortar el cambio" necesario y lograr "hitos a nuestro alcance".

Escriben: "Cuando diseña los primeros éxitos, lo que realmente está haciendo es generar esperanza. La esperanza es preciosa para un esfuerzo de cambio". Los intraemprendedores corporativos, que son ambiciosos a la hora de lograr un cambio radical en sus empresas y para la sociedad en general, lo saben por experiencia.

Los pequeños logros son a menudo la clave para revelar las posibilidades futuras de cambio corporativo, porque nos dan la esperanza de que realmente podemos llegar a ellas.

Nancy McGawes es autora del reciente libro, Making Work Matter: How to Create Positive Change in your Company and Meaning in your Career.