Así será el futuro del empleo en la era de la IA, la sostenibilidad y la desglobalización

Es difícil sobrestimar lo tumultuosos que han sido los últimos años para los trabajadores de todo el mundo. La pandemia mundial de COVID-19 provocó cierres patronales para la mayoría de las personas, salvo para los trabajadores esenciales, y luego reincorporaciones cautelosas y parciales al trabajo o pérdidas de empleo en industrias que nunca se recuperaron del todo. Casi de inmediato, esto fue seguido por la interrupción de la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de la energía y los alimentos, causando una disminución de los salarios reales.

La adopción de tecnología, que ya se estaba acelerando antes y durante la pandemia, puede suponer una nueva oleada de transformación, especialmente en el trabajo de cuello blanco gracias al auge de la IA generativa. Y ahora, el fuerte impulso de una transformación ecológica muy necesaria también está generando expectativas de futuros desplazamientos de funciones intensivas en carbono en favor del crecimiento de los nuevos empleos y competencias ecológicos.

Cada nuevo cambio por sí solo sería difícil de gestionar para los trabajadores afectados, pero en conjunto han trastornado ampliamente los medios de subsistencia y creado una incertidumbre generalizada sobre el futuro. Cuando la incertidumbre es tan alta, la previsión puede ayudar, no a generar predicciones firmes, sino a proporcionar formas de pensar sobre los retos que se avecinan y prepararse mejor para los múltiples futuros que pueden desplegarse.

El Informe sobre el Futuro del Empleo 2023 del Foro Económico Mundial evalúa el impacto de las macrotendencias, así como del cambio tecnológico en los puestos de trabajo y las cualificaciones en los próximos cinco años. El informe concluye que casi una cuarta parte de todos los puestos de trabajo (23%) cambiarán en los próximos cinco años. En 45 economías, que abarcan 673 millones de trabajadores, se prevé la creación de 69 millones de nuevos puestos de trabajo y la supresión de 83 millones, lo que supone una disminución neta de 14 millones de empleos, es decir, el 2% del empleo actual.

La inversión en la transición verde, así como la creciente concienciación de los consumidores sobre las cuestiones de sostenibilidad, creará nuevas oportunidades. Habrá una gran demanda de puestos de trabajo, desde ingenieros de energías renovables e ingenieros de instalaciones y sistemas de energía solar hasta especialistas en sostenibilidad y profesionales de la protección del medio ambiente, lo que se traducirá en un crecimiento aproximado de un millón de empleos.

Los mayores aumentos absolutos de empleo procederán de la educación (3 millones de empleos) y la agricultura (4 millones de empleos), impulsados en parte por la demografía y en parte por las aplicaciones de las nuevas tecnologías en estos campos. También se espera que la nueva geografía económica creada por el cambio de las cadenas de suministro, y el mayor enfoque en resiliencia en vez de eficiencia, generen un crecimiento neto del empleo, con beneficios especialmente para las economías de Asia y Oriente Medio.

La tecnología creará rotación estructural: una cuarta parte de las empresas verán cómo disminuye el empleo debido a la adopción de nuevas tecnologías y más de la mitad verán cómo crece el empleo. Pero la frontera hombre-máquina se está desplazando a un nuevo terreno. Aunque las expectativas de desplazamiento del trabajo físico y manual por las máquinas han disminuido, se espera que las tareas que requieren razonamiento, comunicación y coordinación - todas ellas características con una ventaja comparativa para los humanos - sean más automatizables en el futuro.

No es de extrañar. Se espera que casi el 75% de las empresas encuestadas adopten la inteligencia artificial generativa, y sólo es superada por los robots humanoides e industriales en cuanto a expectativas de pérdida de puestos de trabajo, que afectarán sobre todo a cajeros de bancos, cajeros, oficinistas, secretarias y contables. Sin embargo, la mayor amenaza para el empleo no es la tecnología, sino la ralentización del crecimiento económico, el aumento del coste de los insumos y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores.

También observamos que casi la mitad de las competencias de una persona (el 44%) tendrán que cambiar de media en todos los puestos de trabajo. Las competencias más demandadas por las empresas incluyen el pensamiento analítico y creativo, seguido de la alfabetización tecnológica, la curiosidad y el aprendizaje permanente, la resiliencia y la flexibilidad, el pensamiento sistémico y la IA y los macrodatos. Las competencias menos demandadas son la ciudadanía global, la capacidad de procesamiento sensorial y la destreza manual, el aguante y la precisión.

Para muchas personas, el cambio simultáneo en el entorno económico general, la integración de las nuevas tecnologías en el trabajo y la expectativa de incertidumbre futura se traducen en frustración por las perspectivas laborales actuales, temor por las futuras y desesperación por la creciente disparidad económica en el futuro. A muchas empresas les preocupa el talento necesario para prosperar en el nuevo contexto: Al 60% de las empresas les preocupan las carencias de cualificaciones y al 54% les inquieta poder atraer talento. Y para los gobiernos, sobre todo los que hasta ahora han invertido poco en educación y sistemas de aprendizaje permanente, el capital humano se convertirá en el principal impedimento para navegar por el nuevo panorama económico.

¿Cómo deben prepararse entonces los estudiantes, los trabajadores, los empresarios y los gobiernos para el futuro del empleo?

En un mundo intensivo en tecnología, más ecológico y potencialmente en proceso de desglobalización, el desarrollo de las capacidades locales será más importante que nunca.

Para los estudiantes de hoy, las capacidades analíticas e interpersonales, así como la habilidad para comprender y trabajar con la tecnología, serán fundamentales. Todos los estudiantes -independientemente del campo que elijan- deberían tratar de desarrollar estas competencias generalistas para estar preparados para un futuro en rápida transformación.

Para los trabajadores de hoy en campos en declive, es necesario un gran esfuerzo de reciclaje y transición, mientras que para los que trabajan en campos cambiantes o en crecimiento, es necesario mejorar sus cualificaciones y desarrollar la capacidad de aprendizaje constante. La buena noticia es que la cualificación puede producirse rápidamente y el aprendizaje en línea puede ofrecer igualdad de condiciones: los trabajadores de todos los niveles educativos -incluidos los que no tienen estudios universitarios o de posgrado- tardan lo mismo en adquirir credenciales de cualificación en línea.

Sin embargo, no puede depender únicamente de los estudiantes y trabajadores individuales negociar un terreno nuevo y complejo. Los gobiernos deben proporcionar recursos y una hoja de ruta. Esto plantea un doble reto importante y sin precedentes para la formulación de políticas: los gobiernos deben equilibrar el apoyo a la innovación con la regulación necesaria para que las nuevas tecnologías sean seguras y, al mismo tiempo, apoyar a los trabajadores a través de redes de seguridad, sistemas de atención y centros de empleo, al tiempo que realizan grandes inversiones en sistemas de capacitación, certificaciones rápidas y asociaciones con el sector educativo, las empresas y las organizaciones sin ánimo de lucro para impulsar el cambio a escala.

Los empresarios deben desempeñar su papel invirtiendo en el reciclaje y la mejora de las cualificaciones: la mayoría espera ver el retorno de la inversión en el plazo de un año, lo que convierte a la formación en la medida más eficaz y responsable. Los mejores empleadores van más allá: apoyan la transición de los trabajadores fuera de la empresa cuando es necesario, dan prioridad a la seguridad y el bienestar, fomentan la diversidad, la equidad y la inclusión y, por último, dan prioridad a la adopción de un enfoque que priorice las capacidades frente al que da prioridad a las cualificaciones o al historial laboral. Las empresas que adoptan estas medidas reducen más rápidamente las carencias de cualificaciones y han demostrado que mejoran la lealtad, la productividad y la motivación.

En el Foro Económico Mundial, proporcionamos la plataforma Reskilling Revolution para ayudar a mil millones de personas en la fuerza laboral mundial con las habilidades necesarias para preparar sus carreras para el futuro en 2030. Estas asociaciones han llegado a más de 350 millones de personas desde su lanzamiento en 2020. Pero se necesitan más esfuerzos de este tipo y a mayor velocidad y escala.

No cabe duda de que el futuro del trabajo será disruptivo. Pero no tiene por qué ser distópico. Por el contrario, puede ser una oportunidad para sentar las bases que permitan situar a las personas en el centro de la nueva economía mundial.

Lee el Informe sobre el futuro del empleo 2023 aquí. La Cumbre sobre el Crecimiento del Foro Económico Mundial se celebró los días 2 y 3 de mayo. Más información y seguimiento aquí y en #growthsummit23.