Jobs and the Future of Work

¿Qué es la polimatía y por qué dominar varias disciplinas puede ser clave en los trabajos del futuro?

Un violinista. Los polímatas pueden dominar disciplinas como la música, la computación y la física con destreza destacable.

Los polímatas pueden dominar disciplinas como la música, la computación y la física con destreza destacable. Image: Amir Maleky / UNSPLASH

Guido Sirna
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Futuro del trabajo

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  • Las personas polímatas no son especialistas en cada tema, pero al conocer una diversidad de áreas, pueden percibir conexiones que otros no ven.
  • Los polímatas tienen la habilidad de integrar conceptualmente intereses y áreas de conocimiento diversas y producir ideas transversales que trascienden una sola disciplina.
  • Ellos hacen más y mejores preguntas, y pueden tener la ventaja tratándose del futuro del trabajo.

El término polímata se deriva del griego y significa “sabiduría que abarca conocimientos diversos”. Se refiere a la capacidad de abarcar conocimientos aparentemente no relacionados sobre campos diversos, como la ciencia, el arte o las humanidades. Es posible que al leer esta definición pensemos en Leonardo da Vinci, alguien que supo ser inventor, arquitecto, anatomista, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, músico y poeta. O en otros hábiles en diferentes disciplinas como Johann Wolfgang von Goethe, poeta y dramaturgo, pero también abogado, geólogo y químico; en Albert Einstein, quien desde los seis años nunca dejó de tocar el violín; o incluso en Ernesto Sábato, el escritor, pintor y novelista argentino que además tenía un doctorado en física.

Leonardo da Vinci es un ejemplo de un polímata, al dominar diversas ramas del saber.
Leonardo da Vinci es un ejemplo de un polímata, al dominar diversas ramas del saber. Image: Unsplash

Pero no necesitamos remontarnos al Renacimiento para encontrar ejemplos de polímatas. El concepto de “personas tipo T” , acuñado por el británico David Guest en 1991, ya se refería a una variante moderna de ese tipo de personalidades. Entre ejemplos más recientes podemos encontrar a Ray Kurzweil, Steve Jobs, o polímatas contemporáneos como Elon Musk o Vitalik Buterin, personajes con una combinación sorprendente de conocimientos en física, ingeniería, diseño, economía y negocios.

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Nos hemos referido a ellos como ‘genios’, ‘prodigios’ o ‘revolucionarios’, pero no tan frecuentemente como polímatas, aunque quizás ese sea el primer atributo que todos ellos comparten. Durante muchos años la sociedad nos advirtió que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Quizás sea hora de revisitar ese consejo. La historia está plagada de polímatas, y en la economía del conocimiento, los generalistas corren con ventaja.

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Desde la óptica de la polimatía, no solo podemos intentar descifrar cómo algunas de estas personalidades innovadoras integran y producen conocimiento, sino que también podemos poner de relieve esta habilidad en el contexto del futuro del trabajo y de la educación.

El aprendizaje transversal otorga una ventaja de información contundente frente a las personas que únicamente se especializan en un campo. Cada nuevo campo de información que integramos en nuestra paleta de conocimientos, nos da la posibilidad de sintetizar nuevas ideas y encontrar intersecciones que los especialistas no encontrarían.

¿Cómo piensa un polímata?

Si los especialistas solo se enfocan en el conocimiento obtenido dentro de su propia disciplina, los polímatas son grandes generalistas. Ellos tienen la habilidad de integrar conceptualmente diversos intereses o áreas de conocimiento en actividades que les permiten producir ideas transversales que trascienden el marco de una sola vocación.

Al ver la realidad desde distintas perspectivas, los polímatas obtienen no solo una comprensión más holística de su entorno, sino la capacidad más importante que podemos desarrollar como humanos: la de hacerse más y mejores preguntas. Estas nuevas preguntas conducen a descubrir conexiones y oportunidades que otros simplemente no ven.

“Pithoprakta” (1955) — La obra del compositor, ingeniero y arquitecto Iannis Xenakis se basa en la teoría de la mecánica estadística aplicada a los gases.
“Pithoprakta” (1955) — La obra del compositor, ingeniero y arquitecto Iannis Xenakis se basa en la teoría de la mecánica estadística aplicada a los gases. Image: Observatoire Leonardo des Arts et des Techno-Sciences

Los polímatas suelen ser autodidactas. Abordan el conocimiento desde la experiencia, impulsados por su propia curiosidad. Ninguno posee un conocimiento enciclopédico sobre cada tema, pero esta diversidad les permite percibir las conexiones que se encuentran escondidas entre ellos.

De hecho, para ser una persona polímata no hace falta ser un genio. Todos podemos desarrollar nuevas aficiones, habilidades artísticas, destrezas, intereses intelectuales y entretenimientos. Todos podemos (y deberíamos) salir de nuestro campo de acción para establecer puentes de conexión con otras actividades.

¿Especialización o diversificación?

La historia del trabajo se caracterizó hasta ahora por un enfoque continuo hacia la especialización. Pero el futuro parece ser distinto. La era de los sistemas de información y la convergencia tecnológica generó las condiciones para el surgimiento de un nuevo tipo de polimatía: los knowmads son los polímatas digitales de nuestra era. Hackers, emprendedores, desarrolladores, periodistas, artistas y entusiastas que se desenvuelven en ámbitos que se transforman rápidamente y en donde la polimatía ya no es una opción, sino una necesidad.

Ya no alcanza con formarnos en un dominio específico, porque ese dominio cambiará o desaparecerá pronto. En cambio, las barreras sectoriales se difuminan cada vez más a medida que la tecnología permea en todas nuestras actividades y nos vemos día a día en la necesidad de manipular, en mayor o menor medida, un repertorio de múltiples herramientas que no necesariamente están contenidas dentro de nuestra actividad principal.

Tim Brown, CEO de IDEO, una compañías global de diseño, declaró en una entrevista que los perfiles con forma “tipo T” son la columna vertebral de su organización. La línea vertical de la “T” representa un área o habilidad principal, y la línea horizontal representa la integración con otros dominios. La forma de la “T” ilustra las características de los perfiles que tienen tanto profundidad como amplitud en sus conocimientos.

El talento agrupado por líneas rectas se puede representar con tres letras: I, T, y M.
El talento agrupado por líneas rectas se puede representar con tres letras: I, T, y M. Image: Guido Sirna

Podríamos decir que mientras el especialista elige manejar en un carril y luego profundizar en ese camino, el polímata maneja en una autopista que se ensancha continuamente. Por eso, más allá del beneficio de las conexiones creativas que se obtienen por adquirir conocimientos a lo ancho, el polímata obtiene una ventaja de aprendizaje.

El aprendizaje es una habilidad en sí misma, y cuando se ejercita en forma transversal, uno se especializa como aprendiz de una manera que no lo hace alguien que se desarrolla en un único campo. Se aprende a aprender adoptando continuamente una mentalidad de principiante.

La polimatía en el siglo XXI

En la medida que los sistemas de inteligencia artificial desplacen más trabajos mecánicos y especializados, creando otros nuevos, la capacidad del aprendizaje transversal será el diferencial de aquellos profesionales que puedan reinventarse y los que no. En un entorno de cambios acelerados por la tecnología y la automatización, los polímatas serán los perfiles más demandados.

También es probable que los límites entre las disciplinas que conocemos continúen convergiendo y otras nuevas emerjan en la intersección. Y muchas de esas nuevas disciplinas podrían no ser cubiertas por ninguna especialización actual, si tenemos en cuenta que algunos de los trabajos mejores pagos de hoy en día no existían hace apenas diez años.

Según Root-Bernstein, la hiperespecialización conduce a la extinción: “no nos basta con técnicos ni con mecánicos de primera, necesitamos filósofos-científicos-artistas, necesitamos auténticos generalistas”. El mundo necesita más mentalidades sintéticas, definidas por la habilidad de integrar y sintetizar múltiples modalidades del conocimiento.

Más nos especializamos y nos enfocamos, más automatizamos lo que aprendimos en nuestras mentes. Hasta que nos automaticen a nosotros.

Daniel Egger

El acceso al aprendizaje jamás estuvo tan disponible como lo está en la actualidad. El conocimiento ya no está reservado para los llamados “genios”, y el estatus de polímata está al alcance de cualquier persona con un dispositivo conectado a Internet y el deseo de aprender. Vivimos en un tiempo sin precedentes en donde la información está al alcance de todos. No es descabellado pensar que estamos a las puertas de un nuevo Renacimiento, con los polímatas como protagonistas del presente y del futuro.

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