Panorama del mercado laboral global en 2025 y otras tendencias sobre empleo y habilidades que hay que saber

Al iniciarse el último trimestre de 2025, los mercados laborales muestran una compleja situación de divergencia y transformación.

Si bien las tasas de desempleo siguen siendo históricamente bajas en muchas economías de ingresos altos —la OCDE informa de una tasa estable del 4,9% en abril, tras haberse mantenido en torno al 5% o por debajo de este porcentaje durante los últimos tres años—, los patrones de aumento salarial revelan grandes diferencias regionales. Además, el crecimiento de la inteligencia artificial (IA) podría remodelar las oportunidades laborales en todos los niveles de habilidad.

La recuperación del mercado laboral tras la pandemia se produce a ritmos muy diferentes y resulta en un panorama laboral muy diverso. He aquí una instantánea de la situación en todo el mundo:

México celebró una tasa de desempleo del 2,6% en julio, mientras que la última encuesta trimestral sobre la población activa de Sudáfrica revela una considerable tasa del 32,9%. El Reino Unido experimenta una ralentización de la contratación, a pesar de que los salarios han crecido un 5% anual, mientras que Japón mantiene un bajo desempleo del 2,5%, pero sufre su sexto mes consecutivo de descensos en los salarios reales.

Los salarios alcanzan máximos históricos en Brasil, donde el desempleo cayó al 5,8% en el segundo trimestre de 2025 — el nivel más bajo desde que comenzó la serie temporal en 2012. Y en Estados Unidos, los salarios se están enfriando justo cuando el desempleo se estabiliza en el 4,2%, según informa la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.

Según el informe Futuro del Trabajo Report 2025 del Foro Económico Mundial, más allá de estas cifras, varios cambios importantes están influyendo en el empleo y los salarios:

Demografía: el envejecimiento de la población en las economías de ingresos más altos está provocando una escasez de trabajadores, mientras que la población más joven de las regiones de ingresos más bajos inundan el mercado laboral.

Tecnología: el acceso digital y la inteligencia artificial están transformando el empleo, al tiempo que aumentan la demanda de habilidades en materia de big data y ciberseguridad.

Incertidumbre económica: el aumento del costo de vida y la ralentización del crecimiento están reduciendo los salarios y la creación de empleo, lo que aumenta la demanda de adaptabilidad y resiliencia.

Transición verde: la medidas de mitigación y adaptación al cambio climático están generando una nueva demanda de ingenieros de energías renovables, especialistas en vehículos eléctricos y roles relacionados con el medio ambiente, al tiempo que redefinen las industrias tradicionales.

Geoeconomía: las restricciones comerciales, los subsidios y los cambios en las políticas industriales están obligando a las empresas a replantearse sus cadenas de suministro, lo que impulsa la demanda de habilidades relacionadas con la seguridad, la ciberseguridad y la resiliencia.

Los trabajadores siguen dando prioridad al teletrabajo y a la flexibilidad laboral, lo que está transformando la forma y el lugar en que las personas participan en el mercado laboral.

Sin embargo, la participación es desigual. En algunas economías, las bajas tasas de desempleo ocultan la realidad de que hay menos personas trabajando, especialmente mujeres, jóvenes y trabajadores de más edad, según un estudio de McKinsey and Company.

Las cifras de desempleo general no revelan los trabajadores que de hecho han abandonado por completo la fuerza laboral.

Las tasas de participación en la fuerza laboral ayudan a llenar ese vacío. En Estados Unidos, la tasa ha caído al 62,2%, según señala Reuters, porque tanto la política de inmigración como las jubilaciones de la generación del baby boom reducen la oferta de mano de obra. Por el contrario, Nueva Zelanda mantiene una tasa de participación más alta, del 70,5%, aunque esta se ha reducido ligeramente junto con un pequeño aumento del desempleo.

Para los empleadores, las tasas de participación son tan importantes como el desempleo. Una tasa de desempleo baja, junto con una participación débil, significa una menor reserva de trabajadores disponibles, lo que amplifica la escasez de habilidades.

Para los responsables políticos, esto pone de relieve la necesidad de eliminar las barreras que excluyen a las personas, especialmente a las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de más edad.

Las empresas ya se están adaptando a esta incertidumbre.

El informe Chief People Officers Outlook - September 2025 del Foro Económico Mundial muestra que el 42% espera que la turbulencia continúe durante el próximo año. Según el informe, muchas organizaciones están posponiendo las decisiones de contratación o reestructuración mientras evalúan la evolución del panorama, pero al mismo tiempo reconocen la necesidad de una transformación a largo plazo.

El informe identifica tres prioridades claras para el próximo año:

Los mercados laborales en 2025 son más que una simple cuestión de tasas de desempleo: el crecimiento salarial, la participación, los factores demográficos y la tecnología crean realidades muy diferentes entre las distintas regiones y sectores.

La Organización Internacional del Trabajo podría enfrentarse a nuevos recortes de personal después de que Estados Unidos propusiera una reducción de fondos de 107 millones de dólares. La agencia está revisando el impacto de esta medida en sus operaciones. Es posible que se produzcan nuevos recortes de personal tras la supresión de 225 puestos de trabajo a principios de este año.

Más de 2,7 millones de trabajadores del Reino Unido afirman trabajar cuatro días a la semana. Se trata de casi el 11% de la fuerza laboral, entre empleados a tiempo completo y a tiempo parcial. Las empresas señalan una mayor motivación, una mejora en la contratación y un ahorro de costos.

Más de 2400 millones de trabajadores en todo el mundo ya están sintiendo el impacto del calor extremo, con una caída de la productividad del 2-3% por cada grado por encima de los 20 °C, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial.

En una tendencia que se está extendiendo por las principales ciudades de China, muchos jóvenes adultos pagan para "trabajar" en oficinas ficticias, ya que el desempleo juvenil sigue por encima del 14%. Ellos utilizan ese espacio para buscar trabajo, desarrollar habilidades e incluso mantener las apariencias ante sus padres y escuelas.