Por qué las empresas biofílicas pueden redefinir la sostenibilidad

Las empresas biofílicas enfatizan la identidad, la memoria y la pertenencia. Image: Sumaia
- A menudo pasadas por alto, las empresas biofílicas basan sus prácticas en la naturaleza, el patrimonio y los vínculos sociales para ofrecer una visión diferente de la sostenibilidad.
- Al operar a nivel local, con énfasis en el patrimonio cultural y los materiales naturales, su sostenibilidad no se basa en compensar la producción y el consumo masivos.
- Al fortalecer la resiliencia comunitaria y las cadenas de suministro locales, pueden contribuir a transformar nuestro modelo económico.
El término biofilia, acuñado por el filósofo Erich Fromm y popularizado por el naturalista Edward Wilson, hace referencia a la conexión humana innata con la vida y los sistemas vivos. Aplicado inicialmente a la arquitectura y el diseño, el concepto de biofilia se ha expandido hacia el urbanismo, el bienestar y, más recientemente, las empresas.
Una empresa biofílica no es simplemente aquella que vende productos naturales o incorpora plantas en sus espacios para generar una conexión con la naturaleza. Más bien, una empresa biofílica integra valores ecológicos, patrimonio cultural y saberes locales en el núcleo de sus prácticas. Estas empresas se relacionan con la naturaleza no solo para generar una respuesta estética en los consumidores. Se inspiran en ella como principio orientador para la elección de materiales, los métodos de trabajo y la construcción de identidad y sentido, redefiniendo en la práctica el significado de la sostenibilidad global.
Ya sea una tejedora de alfombras que utiliza fibras naturales, un estudio de diseño inspirado en el bosque o una emprendedora de alimentos regenerativos, estos actores —sin importar su ubicación geográfica— priorizan los recursos locales, el conocimiento cultural y la responsabilidad ecológica por sobre la producción y el consumo masivos.
Prendas que evocan arrecifes de coral, arenas del desierto, enredaderas de buganvilias o flores alpinas no son meramente decorativas: representan identidad, memoria y pertenencia. Estas referencias revelan una idea clave: la verdadera sostenibilidad no es solo técnica o económica, sino también cultural, emocional y ecológica. Y muchas veces, comienza en casa.
Como sostiene el filósofo y académico en gestión empresarial David Jones, las organizaciones biofílicas operan con una metáfora fundacional: su razón de ser es fomentar conexiones bioculturales con el entorno.
Por qué son importantes las empresas biofílicas
Como se destacó durante la mesa redonda inaugural de Líderes en Resiliencia del Foro Económico Mundial, el impacto de las tensiones comerciales, los aranceles, los conflictos regionales y la inestabilidad política sobre las cadenas de suministro se aborda mejor a nivel local. Al gestionar riesgos y fomentar la adaptabilidad, la resiliencia permite a las empresas construir una base más sólida para el futuro.
En línea con estas observaciones, las empresas biofílicas pueden desempeñar un papel clave en el desarrollo sostenible gracias a sus características fundamentales. En particular:
- Las empresas biofílicas preservan el conocimiento intergeneracional a través de oficios, técnicas y narrativas que vinculan a las personas con los territorios.
- Su producción emplea materiales naturales y renovables —como madera, hojas de palma, pigmentos minerales y lana—, lo que reduce la huella ecológica y promueve la circularidad.
- Las empresas biofílicas operan a nivel local, a menudo desde hogares o cooperativas. Este enfoque localizado acorta las cadenas de suministro y refuerza la cohesión social.
- Estas empresas se apoyan en vínculos emocionales y simbólicos con la naturaleza, visibles en sus prácticas de diseño, los ritmos estacionales de producción y las historias detrás de sus productos.
- Las empresas biofílicas pueden contribuir a crear cadenas de suministro resilientes en mercados emergentes, ayudándolos a enfrentar riesgos geopolíticos.
El argumento económico a favor de la biofilia
Las políticas económicas globales y los mecanismos de financiamiento suelen favorecer la escala, el lucro y la formalización empresarial. Sin embargo, las empresas biofílicas a menudo operan en los márgenes de los modelos económicos tradicionales, pese a su creciente relevancia en la construcción de economías resilientes y sostenibles. Los marcos estándar, centrados en el crecimiento del PIB, el empleo formal y el desarrollo industrial, tienden a pasar por alto el valor económico y social que estas empresas generan.
Esta brecha señala la necesidad de redefinir un modelo económico que contemple:
- La economía informal y su papel en los ecosistemas culturales (reconocido en el Marco de Estadísticas Culturales 2025 de la UNESCO).
- Las externalidades sociales y ecológicas presentes en la producción, desde los valores del patrimonio vivo y las políticas ambientales hasta soluciones empresariales adaptadas al clima.
- El uso de recursos biológicos, que califica este tipo de trabajo dentro de las definiciones en evolución de la bioeconomía.
Para diseñar economías verdaderamente regenerativas, no se pueden ignorar las contribuciones económicas de las prácticas informales y bioculturales. Esto implica también reconocer a la cultura como motor y facilitador del desarrollo sostenible.
Una visión biofílica
Para diseñar economías regenerativas, también debemos repensar los futuros para los que estamos planificando. En este contexto, las empresas biofílicas pueden servir como modelos prácticos. El marco de seis pilares para el pensamiento de futuros, desarrollado por el profesor de estudios del futuro Sohail Inayatullah, ofrece una hoja de ruta para aplicar a las empresas biofílicas y guiar esta reimaginación:
- Mapeo. Reconocer la continuidad de prácticas ancestrales y futuras en hogares y microempresas.
- Anticipación. Identificar tendencias culturales y ecológicas emergentes en estas empresas.
- Cronología del futuro. Comprender cómo los sistemas sociales pueden beneficiarse de cambios tecnológicos o ecológicos.
- Profundización del futuro. Usar un análisis en capas para revelar cómo la cultura, el mito y la metáfora moldean las economías biofílicas e informales.
- Creación de alternativas. Desarrollar escenarios en los que las economías informales y locales estén en el centro, no en los márgenes.
- Transformación del futuro. Visualizar y empoderar futuros deseables impulsados por valores sociales, y no solo por la lógica del mercado.
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Estos pilares ayudan a posicionar a las empresas biofílicas —donde se cruzan la cultura, la naturaleza y la comunidad— como catalizadoras de sistemas económicos más inclusivos, sostenibles y orientados al futuro. Para construir economías regenerativas, debemos invertir en el poder silencioso de las empresas biofílicas, no como actores periféricos o excepcionales, sino como fuerzas esenciales que moldean un futuro más equitativo.
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