Los robots humanoides ofrecen disrupción y posibilidades. He aquí por qué

La victoria del sistema AlphaGo de Google sobre el mejor jugador de Go del mundo, Ke Jie, en 2017, generó debates en todo el mundo sobre las capacidades cognitivas de la inteligencia artificial (IA). Pero la reciente aparición de robots humanoides compitiendo directamente contra humanos en una media maratón en Pekín representa un nuevo avance clave.

Mientras que los primeros prototipos de robots se limitaban a demostraciones controladas, esa carrera, en la que 21 robots humanoides completaron el recorrido de 21 km (13 millas), subraya su creciente integración en los entornos humanos.

Esta evolución es paralela al crecimiento de los vehículos eléctricos (VE), que ya han impactado potencias automovilísticas tradicionales como Alemania. ¿Podrían los robots humanoides redefinir de manera similar los mercados globales y los ecosistemas industriales?

Un robot humanoide es, como su nombre indica, un robot con forma humana que imita los movimientos del cuerpo humano. Como categoría de robot de servicio profesional, está diseñado para trabajar junto a las personas, lo que aumenta la productividad en diversos entornos.

Impulsados por inteligencia artificial avanzada, estos robots pueden percibir su entorno, tomar decisiones, planificar acciones y llevar a cabo tareas complejas de forma autónoma. Gracias a su rápida capacidad de aprendizaje y adaptación, los robots humanoides están evolucionando más rápido que nunca.

Los analistas predicen que los robots humanoides podrían convertirse en una presencia habitual en nuestra vida cotidiana en la próxima década. Se estima que en 2040 podrían haber miles de millones de ellos en operación en todo el mundo, realizando trabajos que van mucho más allá del ámbito de los robots industriales y en sectores tan variados como la salud, el mantenimiento de espacios públicos, los servicios minoristas y el cuidado personal.

Goldman Sachs estima que, para 2035, el mercado de robots humanoides podría alcanzar los 38 000 millones de dólares, mientras que Fortune Business Insights calcula que el mercado crecerá aún más rápido – casi un 50% anual, hasta alcanzar los 66 000 millones de dólares en 2032.

La versatilidad de los robots humanoides depende de una compleja cadena de suministro multisectorial que abarca semiconductores, sistemas de inteligencia artificial, actuadores (que convierten energía en movimiento o fuerza) y sensores. Estos robots requieren numerosos chips de alto rendimiento para el control del movimiento, la percepción y la toma de decisiones, lo que significa que la industria de semiconductores experimentará un crecimiento sin precedentes a medida que se expanda el mercado.

Al mismo tiempo, los avances en la tecnología de IA han impulsado a los robots humanoides desde los laboratorios de investigación al mercado, lo que ha despertado un gran interés en todo el mundo tecnológico. Proyectos de vanguardia, como Optimus de Tesla, Figure AI, respaldado por OpenAI, y los robots humanoides de Unitree Technology, han acelerado los esfuerzos de comercialización y producción en masa, acercando estas máquinas, que antes parecían futuristas, a la realidad cotidiana.

A medida que los robots humanoides se vuelven más comunes en la vida cotidiana, la fuerza laboral global se enfrenta tanto a una disrupción como a una promesa. La sociedad tendrá que formular nuevas políticas y abordar su impacto ético y económico. Por lo tanto, esta tecnología en rápido avance promete un futuro emocionante, aunque complejo, con aplicaciones en expansión que impulsarán el crecimiento del mercado.

Si bien es comprensible que algunos teman la pérdida de puestos de trabajo y la dependencia excesiva de la tecnología, los trabajadores también pueden ganar. El aumento de las capacidades humanas puede llevar a trabajos más satisfactorios y productivos, y a un lugar de trabajo más seguro, ya que los robots se encargan de las tareas más peligrosas.

Además, las empresas pueden mejorar la experiencia del cliente y surgirán nuevas funciones – en ámbitos como la formación, el monitoreo y la colaboración con robots – que requerirán que los seres humanos sigan siendo parte integral de la fuerza laboral del futuro.

Los avances en IA generativa han acelerado drásticamente el desarrollo de robots humanoides y esa dinámica no muestra signos de ralentización. A la vanguardia de este impulso global se encuentran empresas chinas y estadounidenses, que dominan tanto el mercado de IA como la innovación en robótica humanoide.

Según el Informe del Índice de IA de Stanford, la mayor parte (83%) de la propiedad intelectual en IA y el 90% de los modelos fundacionales más destacados proceden de China y Estados Unidos, seguidos de Francia con un 5%. Entre ellos se incluyen grandes modelos lingüísticos, aprendizaje por refuerzo, redes neuronales y miles de tipos de sensores, lo que significa que estos robots proceden casi exclusivamente de China o Estados Unidos.

En medio de la feroz competencia entre Estados Unidos y China en este campo transformador, destaca el rápido ascenso de China. Las previsiones del mercado ponen de relieve este auge: se prevé que el mercado de robots humanoides de China se dispare de 2760 millones de yuanes (377,56 millones de dólares) en 2024 a 75 000 millones de yuanes (10 260 millones de dólares) en 2029.

Esto representaría casi un tercio (32,7%) del mercado mundial, lo que consolidaría la posición de China como líder mundial. Este crecimiento está impulsado por una potente combinación de políticas públicas favorables, infraestructuras de primer orden y un liderazgo indiscutible en la solicitud de patentes: China ha registrado 5688 patentes de robótica humanoide en los últimos cinco años, casi cuatro veces más que el total de Estados Unidos, que es de 1483.

Los avances más recientes, como los robots maratonistas de China, indican que el país no solo está entrando en la competencia, sino que también está marcando el ritmo en esta carrera tecnológica de billones de yuanes, remodelando una vez más una industria. Además de ser pionera en nuevos campos, China ahora está desafiando a líderes industriales como Corea del Sur, Alemania y Estados Unidos en aplicaciones prácticas.

Los robots humanoides están a punto de revolucionar la dinámica laboral en múltiples sectores. En operaciones industriales de riesgo, los robots pueden asumir tareas de alto riesgo, mitigando la exposición humana a entornos peligrosos y reduciendo significativamente las tasas de lesiones laborales.

Al mismo tiempo, en ámbitos de servicios que exigen una personalización matizada (como el cuidado de personas mayores y la atención al cliente), los robots ofrecen soluciones escalables al déficit de personal, al tiempo que proporcionan compañía individual. Esta doble capacidad es especialmente importante para las sociedades que envejecen rápidamente, como Alemania, Japón, Corea del Sur y China, donde la presión demográfica intensifica los desafíos de la fuerza laboral.

En el futuro, sistemas robóticos humanoides multinacionales y de distintos fabricantes lograrán una interoperabilidad perfecta en entornos operativos unificados, impulsando el crecimiento sostenible a través de ecosistemas digitales armonizados.

El despliegue actual de Amazon ofrece un indicio: 750 000 robots de nueve categorías especializadas integran sistemas que trabajan en armonía para optimizar la preparación y entrega de paquetes. Ahora, la empresa está ampliando aún más los límites al probar el uso de robots humanoides en las entregas de última milla. Estos se despliegan junto con conductores humanos para hacer las entregas a varias direcciones simultáneamente. Aunque todavía se encuentran en fase de pruebas controladas, estos experimentos tienen como objetivo demostrar que los robots pueden manejar variables del mundo real, complementando, en lugar de sustituir por completo, el rol de los humanos a corto plazo.

Esta colaboración fluida entre ecosistemas robóticos va más allá de la compatibilidad técnica; también puede transformar la forma en que las industrias se benefician de la innovación global. Estos sistemas interconectados podrían sentar las bases de una nueva era en la que la robótica impulsada por IA se convierta en un multiplicador universal de la productividad.

Sin embargo, no podemos ignorar los desafíos – entre ellos, los riesgos para la privacidad y los datos, el tema de la fiabilidad, la sustitución de puestos de trabajo y los efectos económicos en cadena.

Más fundamentalmente, la mayor promesa de la tecnología reside en su capacidad para impulsar el progreso social y elevar el bienestar humano – una promesa que encuentra su encarnación perfecta en la robótica humanoide. Estas maravillas tecnológicas ya están revolucionando industrias, desde tareas peligrosas en entornos extremos hasta funciones íntimas en entornos domésticos y entregas de compras en línea.

No obstante, la sociedad y la industria necesitarán guardarraíles claros para aceptar esta transformación. Dado que los robots humanoides pueden moverse de forma independiente por su entorno, deben respetar las normas sociales y adoptar un comportamiento seguro, ético y predecible, especialmente en espacios domésticos íntimos.

Son esenciales mecanismos a prueba de fallos para evitar los escenarios catastróficos que se describen en Hollywood y en las novelas de ciencia ficción. La implementación requiere un enfoque multinivel: ingenieros para diseñar medidas de seguridad técnicas, empresas para poner en práctica protocolos de seguridad y gobiernos para establecer marcos normativos. Por último, los seres humanos también deben recibir formación sobre el uso seguro y la comunicación con los robots humanoides.

Los robots humanoides no son un concepto futurista; ya están aquí y su impacto social e industrial será enorme. En lugar de ser observadores pasivos, debemos aprender a colaborar con ellos. Tanto las empresas como los individuos podrían beneficiarse enormemente de la inclusión de robots humanoides en la producción, los servicios, las profesiones o incluso en sus vidas.