'Compra ahora, paga después': cómo la educación financiera puede romper el ciclo de endeudamiento

La opción 'compra ahora, paga después' está impulsando las compras en línea, pero la educación financiera debe seguir el ritmo de la innovación en tecnología financiera. Image: Getty Images/iStockphoto/DisobeyArt
- Los modelos 'compra ahora, paga después', que permiten a los consumidores pagar sus compras a plazos, han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años.
- Sin embargo, recientemente han aparecido titulares que destacan las dificultades de los consumidores para hacer frente a los pagos de estos productos en un contexto económico difícil.
- El déficit en educación financiera hace que estas nuevas formas de gasto estén superando los esfuerzos por enseñar a los consumidores cómo gestionar mejor sus finanzas.
En la era de las compras con un solo clic y de las interfaces fintech sofisticadas, nunca ha sido tan fácil comprar algo que está más allá de nuestras posibilidades. Y según algunos titulares recientes, también nunca ha sido tan fácil no pagarlo. Pero el verdadero problema no son los préstamos rápidos, sino que nunca hemos aprendido a gestionarlos.
Klarna, una empresa pionera en préstamos 'compra ahora, paga después', que permite realizar compras a plazos, ha declarado recientemente pérdidas crediticias por valor de 136 millones de dólares debido a las dificultades de los consumidores para hacer frente a los pagos. La promesa de flexibilidad financiera y comodidad de esta revolucionaria empresa fintech ha chocado de frente con una realidad conocida: cuando la innovación evoluciona más rápido que nuestra comprensión, los problemas —y, en este caso, las deudas— se multiplican.
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La educación financiera, mejor si comienza en la infancia
Con más de 100 millones de usuarios, estas pérdidas no son solo un dolor de cabeza corporativo para Klarna. Son un síntoma de una cultura financiera global en la que los consumidores quedan vulnerables por falta de orientación. A medida que la gente recurre cada vez más a los pagos a plazos para todo, desde burritos hasta servicios de streaming, lo que antes era una alternativa a las tarjetas de crédito se ha convertido rápidamente en una forma habitual de pagar los gastos cotidianos. El cobro digital es sencillo, pero las consecuencias colectivas para la salud financiera distan mucho de serlo.
¿Cómo podemos empezar a desarrollar la resiliencia financiera en una economía diseñada para un gasto fluido? La respuesta comienza con la educación financiera.
Aumento global de una deuda invisible
Este problema no se limita a una sola empresa o país. Los datos indican una tendencia más amplia y preocupante.
La encuesta Global Retail Investor Outlook Survey (Panorama Global de la Inversión Minorista) del Foro Económico Mundial, por ejemplo, muestra que casi un tercio de los encuestados tiene dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras corrientes. Uno de cada cinco mencionó el pago de deudas entre sus tres principales prioridades financieras.
Estas dificultades no son solo errores de juicio individuales. Estamos asistiendo a un déficit sistémico en la educación financiera, en el que las nuevas formas de gastar superan los esfuerzos por enseñar a los consumidores a gestionar mejor sus finanzas.
La lección que debemos extraer no es que el 'compra ahora, paga después' o cualquier otro modelo financiero innovador sea intrínsecamente perjudicial. Para muchos usuarios, estas herramientas ofrecen una flexibilidad indispensable. Sin embargo, sin educación, la innovación deja a las personas desprotegidas. Si queremos garantizar la estabilidad económica a largo plazo para todos, la cultura de la innovación financiera y el acceso a los servicios financieros deben ir acompañados de una cultura de responsabilidad financiera.
Crear una cultura de preparación financiera
Enseñamos a las personas a conducir antes de que pongan las manos al volante, pero no hacemos lo mismo antes de que empiecen a financiar sus vidas. En el mundo financiero actual, ya es hora de disponer de medios para trazar un plan antes de emprender el viaje financiero.
Las oportunidades de educación financiera inclusiva, sobre todo en materia de elaboración de presupuestos, ahorro y endeudamiento responsable, son fundamentales para evitar que las personas caigan en espirales de endeudamiento, pero a menudo están ausentes en los momentos clave para su enseñanza. Cuando gastar es más fácil que nunca, es imprescindible impartir una formación continua y relevante para brindar a las personas conocimientos financieros básicos.
La responsabilidad no recae solo en los consumidores. Tanto los servicios fintech como las instituciones financieras tradicionales podrían implementar iniciativas que informen, no solo que seduzcan. La tecnología puede eliminar barreras clave y mejorar la asequibilidad y la accesibilidad a la educación financiera. Esto puede ayudar a los consumidores a prepararse mejor para la parte menos glamurosa de 'comprar ahora': 'pagar después'.
Todas las plataformas de compra a plazos podrían incluir avisos sencillos e intuitivos sobre el calendario de pagos, la salud del presupuesto y los riesgos potenciales antes de confirmar una compra, por ejemplo. Los productos financieros tradicionales, como las cuentas bancarias o de inversión, pueden convertir cada transacción en una oportunidad de aprendizaje, integrando funciones como herramientas de planificación basadas en objetivos, recomendaciones de ahorro personalizadas y explicaciones claras de las comisiones y los riesgos. Las escuelas también podrían dar prioridad a una educación financiera moderna, al igual que hacen con otras materias básicas.
Los responsables políticos podrían impulsar la transparencia y los estándares de diseño justo. Como señala el informe Global Retail Investor Outlook del Foro, unas políticas eficaces pueden proteger a las personas y dárles las herramientas necesarias para gestionar sus finanzas con confianza, al tiempo que fomentan la innovación.
Esto es especialmente urgente a medida que las generaciones más jóvenes crecen en una economía hiperdigital. Los consumidores de entre 18 y 24 años de hoy en día ya son más propensos que las generaciones anteriores a recurrir a los servicios de pago a plazos. Muchos lo hacen por necesidad, no por imprudencia. Sin educación, esa necesidad puede convertirse en un ciclo de endeudamiento del que tardarán años en salir.
La próxima oleada de innovación financiera
La próxima oleada de innovación financiera no debe centrarse solo en la velocidad, la personalización o la comodidad. Debe también basarse en la comprensión.
Todos tenemos un papel importante en la creación de esta cultura de preparación financiera. Si queremos ofrecer a los consumidores la posibilidad de pagar después, debemos ayudarles a prepararse ahora. Cuando gastar es cuestión de un clic, la educación financiera también debe ser inmediata.
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