Cómo avanza la regulación de activos digitales en un mundo marcado por incertidumbres

Se ha calificado 2024 como el año electoral más importante de la historia, con elecciones nacionales en más de 60 países. A medida que nos acercamos al final del año, es imposible ignorar el impacto de estos acontecimientos. Más allá de determinar las políticas nacionales y las relaciones internacionales, las elecciones crean incertidumbre en torno a la futura regulación de ciertos sectores en rápida evolución, como los activos digitales o virtuales.

En un momento en que las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) ganan terreno, es fundamental contar con una regulación clara y eficaz para garantizar la innovación, la seguridad y la estabilidad de los mercados globales.

En este contexto, el Foro Económico Mundial lanza un nuevo informe, titulado Digital Assets Regulation: Insights from Jurisdictional Approaches (Regulación de Activos Digitales: Perspectivas desde Enfoques Jurisdiccionales), que analiza cómo distintos países regulan los activos virtuales. El informe ofrece un análisis exhaustivo de nueve jurisdicciones: la UE, Gibraltar, Hong Kong, Japón, Singapur, Suiza, los EAU, el Reino Unido y Estados Unidos.

Estas regiones figuran entre las economías más avanzadas en lo que respecta a la actividad de activos digitales. Por eso, sus estrategias de regulación ofrecen perspectivas fundamentales para sortear las incertidumbres del futuro.

El rápido desarrollo de la tecnología blockchain, las criptomonedas y las DeFi crea oportunidades y desafíos. Los gobiernos se enfrentan a la compleja tarea de encontrar un equilibrio entre fomentar la innovación y proteger a los consumidores. El Foro Económico Mundial ha destacado anteriormente la importancia de sentar las bases reguladoras de los activos digitales. Este nuevo informe parte de esta premisa y ofrece a los lectores una inmersión más profunda en la forma en que los distintos países responden a estas oportunidades y desafíos.

Una de sus principales conclusiones es que los enfoques reguladores varían, y esto tiene tanto ventajas como consecuencias imprevistas. Al examinar de cerca el entorno regulador de cada país o región, el informe pretende ofrecer a los responsables políticos un marco para comprender mejor los efectos directos e indirectos de sus decisiones. Esto incluye el potencial para fomentar la innovación, mejorar la seguridad y abordar los principales riesgos asociados a los activos digitales.

El informe se centra en cuatro grandes temas regulatorios que han surgido como cuestiones críticas: las normas de prevención de lavado de dinero o blanqueo de capital (AML, por sus siglas en inglés) y los procesos de debida diligencia conocidos como KYC (del inglés Know Your Client), los entornos de prueba regulatorios y técnicos (también llamados sandboxes), las DeFi y la privacidad y seguridad. El informe analiza cada una de estas áreas en profundidad, revelando los éxitos y desafíos de las políticas actuales.

A continuación, se extraen algunos ejemplos de distintas jurisdicciones para ilustrar cada sección. El análisis completo de cada caso se puede encontrar en el informe.

1) AML/ KYC

Una de las principales preocupaciones en la regulación de activos digitales es la prevención de actividades ilícitas, como el blanqueo de capitales y el fraude. Gobiernos de todo el mundo han adoptado normativas AML y KYC para abordar estas preocupaciones, pero su eficacia varía. Se calcula que desde 2019 se han blanqueado 100 000 millones de dólares a través de criptomonedas, lo que subraya la necesidad de contar con marcos sólidos de AML/ KYC.

En los EAU, la Autoridad Reguladora de Activos Virtuales (VARA) ha introducido regulaciones detalladas de AML/ KYC para los intercambios de criptodivisas, que requieren procesos de verificación estrictos para combatir las actividades ilícitas. Del mismo modo, la Ley de Servicios de Pago de Singapur exige que los proveedores de servicios de criptomoneda cumplan requisitos estrictos de AML/ KYC para mitigar los riesgos, bajo la vigilancia de la Autoridad Monetaria de Singapur. Estos marcos están diseñados para aumentar la transparencia y reducir el riesgo de actividades financieras ilícitas.

Sin embargo, existe una necesidad creciente de soluciones que utilicen la tecnología para automatizar el cumplimiento, agilizar la supervisión y fomentar la cooperación mundial con el objetivo de crear un ecosistema de activos digitales más seguro.

2) Entornos de prueba normativos y técnicos

Los entornos de prueba o sandboxes se han convertido en una herramienta vital para que los reguladores prueben nuevas tecnologías financieras en un entorno controlado. Permiten a los responsables políticos y a las empresas colaborar en el diseño de productos financieros de forma que se mitiguen los riesgos.

El Digital Securities Sandbox del Reino Unido está específicamente diseñado para garantizar el desarrollo responsable de productos basados en tecnología de libro de contabilidad distribuido (DLT, por sus siglas en inglés). Este entorno controlado establece una infraestructura predecible para que agentes del mercado colaboren con organismos clave, como la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) y el Banco de Inglaterra, al tiempo que respalda la protección del cliente y la integridad del mercado. En 2024, la Autoridad Monetaria de Hong Kong lanzó un sandbox para emisores de stablecoin, mientras que la Comisión de Valores y Futuros puso en marcha un sandbox regulatorio ya en 2017. Estos entornos de prueba han demostrado su eficacia a la hora de promover el crecimiento en el sector de los activos digitales, mientras permiten mantener la supervisión reguladora.

3) Finanzas descentralizadas (DeFi)

Las DeFi constituyen uno de los aspectos más revolucionarios de la industria de los activos digitales. Su naturaleza descentralizada elimina a los intermediarios, permitiendo transacciones entre pares y la creación de nuevos productos financieros. Sin embargo, esta falta de autoridad central plantea un importante problema normativo, sobre todo en términos de mitigación de riesgos y transparencia.

En Japón, las autoridades han adoptado un enfoque prudente pero progresista con directrices que dan prioridad a la mitigación de riesgos sin obstaculizar la innovación. El país ha implementado un régimen de licencias para las bolsas de criptomonedas y las plataformas de DeFi, garantizando que cumplan las normas de seguridad y protección del consumidor. En Suiza, el "Crypto Valley" de Zug ha atraído a muchas start-ups de DeFi gracias a sus procesos reguladores con visión de futuro. Sin embargo, las DeFi siguen siendo un ámbito en el que la regulación es menos clara, dada su naturaleza descentralizada. Los países y regiones necesitan más tiempo para crear normativas que regulen este espacio en evolución.

4) Privacidad y seguridad

En la UE, la regulación sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA) incluye disposiciones estrictas sobre privacidad y seguridad, que obligan a los proveedores de servicios de activos digitales a implementar medidas sólidas para salvaguardar los datos de los usuarios y protegerlos frente a las ciberamenazas.

En Estados Unidos, los reguladores federales se centran cada vez más en la privacidad y la ciberseguridad de los activos digitales. A medida que aumentan los clamores por una regulación más estricta en torno a las criptomonedas, haciendo hincapié en las auditorías de ciberseguridad y los controles de cumplimiento, los gobiernos toman medidas contra el hacking y las violaciones de datos. El informe destaca que las auditorías de seguridad periódicas y las políticas de protección de datos sólidas serán esenciales para mantener la confianza de los consumidores.

Si bien el enfoque de cada jurisdicción responde a un contexto económico, legal y político único, se pueden identificar varios hilos en común para guiar la regulación global de los activos digitales. Entre ellos se encuentran la necesidad de cooperación mundial, en particular en los esfuerzos de AML/ KYC; la importancia de fomentar la innovación a través de entornos de prueba; la necesidad de marcos claros que aborden los riesgos de las DeFi; y la priorización de la privacidad y la seguridad.

Los debates sobre regulación en curso seguirán configurando el futuro del sector de los activos digitales. Los responsables políticos deben ser flexibles y adaptarse a la evolución de las tecnologías y las condiciones del mercado para garantizar que la normativa proteja a los consumidores y promueva la estabilidad financiera. Al examinar los éxitos y desafíos de estas economías, el nuevo informe del Foro proporciona una hoja de ruta para navegar por las incertidumbres del futuro.