Las necesidades sanitarias de las mujeres están cambiando: ¿Cómo satisfacerlas?

Solo en la última década hemos observado una mayor atención mundial a la brecha de género en la atención sanitaria y empezado a enfocarnos en temas desde la igualdad de representación en los ensayos clínicos hasta la reducción de las tasas de mortalidad femenina. Y aunque es alentador ver cómo aumenta la concienciación sobre la salud de la mujer, también es evidente que, en nuestros esfuerzos por ampliar el acceso, un enfoque único no funciona.

Esto es especialmente frecuente en la atención a la salud materna, donde vemos que las necesidades sanitarias varían según el país, la comunidad, la raza y la etnia. No hay ninguna razón que justifique que una mujer del África subsahariana tenga un riesgo 130 veces mayor de morir por causas relacionadas con el embarazo o el parto que una mujer de Europa o Norteamérica.

La mortalidad materna también sigue siendo un problema crítico para los sistemas sanitarios de los países desarrollados. En 2020, por ejemplo, la tasa de mortalidad materna de las mujeres afroamericanas en Estados Unidos casi triplicaba la de las mujeres caucásicas.

Los estudios también demuestran que los retos y las necesidades de las mujeres en materia de salud siguen evolucionando, lo que exige que los sistemas sanitarios sean lo suficiente ágiles para satisfacer sus necesidades actuales y futuras. Sabemos que las mujeres de hoy buscan cada vez más una mejor experiencia sanitaria que satisfaga sus necesidades específicas en las distintas etapas de la vida. El enfoque de la asistencia debe ser personalizado y escalable. Aunque pueda parecer una contradicción, no lo es: ambas cosas deben ocurrir.

Lo prometedor es que gran parte de la tecnología necesaria para este enfoque ya existe. Las aplicaciones móviles y las soluciones mejoradas con inteligencia artificial, por ejemplo, pueden ampliar el alcance de los servicios existentes y ofrecer nuevas formas de atención personalizada a las mujeres. La complejidad reside en cómo maximizar las innovaciones que tenemos hoy a nuestro alcance y ampliar su aplicación para impulsar el impacto a gran escala.

Una de las tendencias más notables es el modo en que las mujeres de la Generación Z (nacidas entre 1997 y 2012) buscan cada vez más información sanitaria fuera de los canales tradicionales. Según el nuevo estudio realizado por Philips en EE. UU. entre 2000 mujeres de 18 a 27 años sobre sus percepciones de los servicios y recursos sanitarios, la mayoría (56%) de las mujeres de la Generación Z son más propensas a buscar consejo sanitario en TikTok que en un médico en persona. Aún más sorprendente: el 16% de las mujeres de la generación Z afirman que visitan a su médico menos de una vez al año o no lo hacen en absoluto, y las razones principales son que acceden a la información de fuentes alternativas (39%) o que no confían en los profesionales de la salud (34%).

Estos nativos digitales necesitan un enfoque que los encuentre allí donde están: en sus dispositivos. En Philips, hemos visto el éxito de una estrategia "digital first" con nuestra aplicación Avent Pregnancy+. Esta aplicación ofrece a las futuras madres acceso a información sanitaria oportuna y cuenta con más de 60 millones de descargas en todo el mundo hasta la fecha. Ayuda a los futuros padres ofreciéndoles contenidos personalizados, información escrita por expertos y modelos interactivos en 3D para seguir el desarrollo. La adaptación y localización de la aplicación, disponible en 22 idiomas, la convierten en una fuente útil y creíble para las mujeres a lo largo de todo su embarazo.

Ahora trabajamos para ampliar el acceso a la aplicación gracias al poder de las alianzas público-privadas. Por ejemplo, en el marco de una alianza con el estado de Michigan (Estados Unidos), Pregnancy+ proporciona información especializada muy necesaria a las mujeres de comunidades desfavorecidas, las conecta con una amplia gama de recursos estatales y les recuerda que deben concertar revisiones clínicas con profesionales de la salud a lo largo de su embarazo.

Cuando se trata del acceso físico a la atención sanitaria, los resultados en la salud de la mujer -especialmente la salud materna- son especialmente preocupantes. Cada día mueren en el mundo casi 800 mujeres por causas evitables relacionadas con el embarazo y el parto, y el 95% de las muertes maternas se producen en países de renta baja. En Estados Unidos, las tasas de mortalidad materna y los resultados sanitarios siguen tendiendo a la baja, y las cifras son especialmente alarmantes entre las mujeres afroamericanas e indias americanas/nativas de Alaska. Aún más alarmante: más del 80% de las muertes maternas en el país se consideran evitables. En algunos países europeos, las tasas de mortalidad materna están estancadas a pesar de los avances en la atención sanitaria materna de los últimos 20 años.

Uno de los problemas críticos a los que se enfrentan los sistemas es cómo llegar a más mujeres con los servicios necesarios, sobre todo teniendo en cuenta la escasez crónica de personal en clínicas y hospitales de todo el mundo. Una solución clave consiste en aprovechar al máximo las innovaciones en hardware sanitario junto con soluciones de software digital para llegar a más personas en más partes del mundo, al tiempo que se reducen las barreras para que el personal sanitario preste una atención de alta calidad.

Por ejemplo, en Philips estamos desarrollando y probando nuevos algoritmos basados en IA en el ecógrafo portátil Lumify de Philips para que los trabajadores de primera línea en zonas remotas puedan realizar controles de salud fetal aprovechando el poder de la IA para simplificar las mediciones clave e identificar anomalías durante el embarazo. En caso de que surjan problemas, las futuras madres pueden ser dirigidas a clínicas centralizadas para que reciban asesoramiento obstétrico más completo.

Esta innovación también se ofrecería junto con un programa de formación más racionalizado, lo que reduciría el tiempo dedicado a aprender a utilizar los sistemas de ecografía de semanas a tan solo horas, ampliando enormemente el número de trabajadores sanitarios que podrían integrarlo en la atención rutinaria. Tras el éxito de nuestro programa piloto en Kenia, nuestro objetivo es ampliar esta solución y extenderla a todos los lugares donde sea necesaria, aumentando aún más el acceso a una atención vital en todo el mundo.

Aunque aún queda mucho por aprender sobre cómo satisfacer de verdad las necesidades de las mujeres de distintas generaciones y zonas geográficas, el sector sanitario está dando pasos positivos. Con los puntos de atención cada vez más cerca del hogar, ya estamos asistiendo a un aumento de la monitorización remota y los servicios de telesalud.

Sin embargo, para ofrecer una atención accesible y adaptada a escala se necesita algo más que soluciones de alta tecnología. Se requieren asociaciones público-privadas colaborativas que conecten las necesidades de los pacientes con soluciones más asequibles, así como una mayor inclusión de la educación tecnológica para equipar a los profesionales sanitarios del futuro para liderar en un mundo digital.

Si escuchamos a las mujeres, comprendemos las barreras sanitarias a las que se enfrentan y nos esforzamos por innovar para llegar hasta ellas, podremos aprovechar al máximo la tecnología de que disponemos para ayudar a garantizar que todas puedan acceder a su derecho fundamental a la salud.