¿Cómo garantizar la resiliencia del suministro de agua en un mundo alterado por el clima?

El cambio climático está exacerbando el estrés hídrico existente y ya está generando un impacto mensurable en el ciclo del agua, alterando su cantidad, distribución, calendario y calidad. Además, se está produciendo un aumento de la demanda de agua debido a los nuevos patrones de consumo. De hecho, cuando se habla de agua, hay que tener en cuenta todos los sectores, desde la agricultura hasta las industrias tecnológicas.

Para garantizar la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad del agua, es crucial cambiar la forma en que se gestionan los servicios hídricos. En este contexto, los operadores de agua desempeñan un papel clave a la hora de adaptar el sistema de gestión del agua a la evolución de las necesidades y abordar tres temas principales: modernizar las infraestructuras, permitir la reutilización del agua y aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías.

A pesar de sus abundantes recursos hídricos, Italia se enfrenta a un reto dramático con su sistema de gestión del agua, ya que sus infraestructuras se han descuidado gravemente en las últimas décadas. En la actualidad, debido a un enorme déficit de inversión, se siguen utilizando infraestructuras antiguas: aproximadamente el 60% del sistema tiene más de 30 años y el 25% más de 50 años.

Esta falta de inversión es consecuencia de la fragmentación de la industria en el país, con una notable ausencia de una visión industrial global de 360º para el sector. Este enfoque fragmentado ha ahogado la innovación, dejando al sector mal preparado para aprovechar el impacto potencialmente transformador de la tecnología.

Por lo tanto, es crucial aumentar las inversiones para lograr una red moderna e interconectada. Aunque el instrumento de recuperación económica Next Generation EU ha destinado recursos financieros al sector del agua, se necesitan más inversiones.

En este contexto crítico, los operadores de agua, que actúan como actores regionales o preferentemente nacionales, son los únicos dotados de los conocimientos industriales y los recursos financieros necesarios para hacer frente a los retos a los que se enfrenta Italia.

Los patrones de precipitación están cambiando en Italia, así como en muchas otras regiones, en términos de cantidad y distribución geográfica, con importantes repercusiones económicas en todos los sectores. Sin embargo, es fundamental reconocer que el reto de garantizar la disponibilidad de agua va más allá del cambio de los patrones meteorológicos. Las industrias son grandes consumidoras de agua y las previsiones indican un nuevo aumento de la demanda. Según las estimaciones, en 2025, 3500 millones de personas vivirán en zonas con escasez de agua, lo que pone de relieve la urgencia de estrategias integrales de gestión del agua.

La resiliencia podría obtenerse desarrollando un sistema circular de gestión del agua que maximice su reutilización. En Italia, sólo se reutiliza el 4% de las aguas residuales, frente al 23% alcanzable. Además, está el potencial sin explotar de las aguas pluviales, de las que solo se recoge el 11%, frente al 35% alcanzable. Las cuencas hidrográficas y los embalses son activos fundamentales, ya que actúan como respaldo del sistema, acumulando y regulando el agua para el riego y como almacenamiento de energía renovable.

Los operadores de agua pueden impulsar soluciones industriales para maximizar el valor del agua garantizando la disponibilidad y la calidad del recurso, interactuando con las comunidades agrícolas e industriales, comprendiendo las necesidades locales y apoyando soluciones innovadoras para un uso circular.

Al mismo tiempo, los gobiernos deben incentivar la reutilización de las aguas residuales tratadas, estableciendo tarifas competitivas dentro de un marco normativo general de apoyo. La mejora de las infraestructuras de alcantarillado y de las plantas de tratamiento también mejoraría sustancialmente la protección de la masa de agua receptora.

En un mundo que se enfrenta a los efectos del cambio climático, los próximos años serán testigos de una creciente competencia entre los distintos usos del agua. De hecho, la mayoría de las industrias necesitan grandes volúmenes de agua para hacer funcionar sus ciclos de producción. Esto es cierto no solo para las industrias tradicionales, sino también para el sector tecnológico.

Entre otras cosas, los modelos de IA tienen una enorme huella hídrica. De hecho, además de consumir enormes cantidades de energía, también consumen grandes volúmenes de agua, en su mayor parte, agua dulce, para refrigerar los centros de datos de los que dependen. Por ejemplo, una conversación entre un usuario medio y un chatbot consume aproximadamente el equivalente a una botella de agua.

Estos resultados son aún más alarmantes si tenemos en cuenta que, en los últimos años, la intensidad hídrica de la industria tecnológica se ha disparado. En un planeta impulsado cada vez más por la IA y la generación de datos digitales, será de vital importancia tomar medidas para garantizar un uso eficiente del agua. Esperemos que la IA, para asegurar su existencia, aporte la solución para afrontar este reto cada vez más desalentador.

La IA no debe verse sólo como una fuente de preocupación, sino también como un reto estimulante y una puerta a nuevas posibilidades. Cuando se integra en una visión industrial global, la IA encierra un potencial transformador. Aprovechando el poder de la IA, los operadores de agua pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención y mitigación de los efectos del cambio climático, desarrollando soluciones innovadoras para nuestros sistemas hídricos y garantizando un futuro más sostenible y resistente para nuestro planeta.

Es necesario fomentar una plataforma empresarial centrada en el agua que origine y ejecute proyectos hídricos sostenibles complejos. Esta plataforma incluye socios con el conjunto adecuado de competencias y capacidades complementarias, como:

- Competencias operativas y técnicas y un historial de desarrollo y realización de proyectos relacionados con el agua.

- Innovación de las tecnologías de la industria del agua que deberían dar forma al sector en la próxima década y cerrar la brecha de innovación con respecto a otras industrias.

- Emprendimientos digitales y nativos de datos que desbloqueen el valor de los datos para desarrollar servicios de valor añadido relacionados con el agua (por ejemplo, pérdida y reducción).

- Recursos financieros necesarios para la ampliación de una empresa tan ambiciosa, también a escala internacional.

- Clientes cautivos para los que el agua es un bien esencial (por ejemplo, centros de datos).

- Huella internacional para dar a la empresa un giro global desde el principio y aprovechar las mejores prácticas en todo el mundo.