Cómo ayudaron los datos a reducir en más de un 50% los delitos de alto impacto en Ciudad de México

Cuando Claudia Sheimbaum Pardo se convirtió en alcaldesa de Ciudad de México en 2018, quería un nuevo enfoque para abordar los problemas más acuciantes de la ciudad. La delincuencia ocupaba el primer lugar de la agenda: solo el 7% de los habitantes de la ciudad la consideraban un lugar seguro. Se necesitaban nuevas políticas para cambiar esta situación.

Los datos se convirtieron en un elemento central de la nueva estrategia de la ciudad. En 2019 se creó la Agencia Digital para la Innovación Pública, encargada de utilizar los datos para ayudar a transformar la ciudad. Para poner esto en acción, el gobierno municipal implementó inmediatamente una política de datos abiertos y lanzó la plataforma oficial Portal de Datos Abiertos. La política y la plataforma tenían como objetivo hacer que los datos que la Ciudad de México recopila sean accesibles para cualquier persona: organismos municipales, empresas, académicos y ciudadanos.

"El objetivo principal de la estrategia de datos abiertos de la Ciudad de México es que más personas puedan hacer uso de los datos generados por el gobierno de manera sencilla e interactiva", dijo José Merino, titular de la Agencia Digital de Innovación Pública. "En otras palabras, lo que buscamos es democratizar el acceso y uso de la información". Para lograr este objetivo, se ha desarrollado en código abierto una nueva herramienta de visualización interactiva de datos denominada Sistema Ajolote, que se ha integrado en el Portal de Datos Abiertos.

El nuevo portal de datos abiertos ha tenido un efecto transformador en la forma en que los organismos municipales acceden a los datos sobre delincuencia y los analizan. Permite una mejor coordinación entre departamentos y la creación de políticas más específicas y basadas en datos que se centran en las "zonas rojas" de la delincuencia en toda la ciudad.

Pero cuando se trata de un problema tan duro como la delincuencia, todo el mundo tiene un papel que desempeñar en la búsqueda de soluciones innovadoras. Con este fin, la estrategia de datos abiertos, basada en una política modelo desarrollada por la Alianza de Ciudades Inteligentes del G20, también permite a los ciudadanos desarrollar estrategias para mantener la seguridad de las personas.

Información que nunca antes se había hecho pública, como la delincuencia urbana, recogida por la Fiscalía General, es ahora accesible a todo el mundo. Académicos, empresas y organizaciones de la sociedad civil pueden acceder a los datos para crear soluciones e innovaciones que complementen las nuevas políticas de la ciudad. Un ejemplo es la exitosa aplicación "Hoyo de Crimen", que propone rutas de viaje seguras basadas en los últimos datos de incidencia delictiva, lo que permite a la gente evitar los focos de delincuencia mientras camina o va en bicicleta por la ciudad.

Desde la introducción de la política de datos abiertos -que ha contribuido a una estrategia integral de reducción de la delincuencia y apoyo social-, los delitos de alto impacto en la ciudad han disminuido un 53%, y el 43% de los habitantes de Ciudad de México consideran ahora que la ciudad es un lugar seguro. Los delitos se consideran de alto, entre otros factores, por el bien jurídico tutelado que dañan, la forma en que se cometen, y la conmoción social y percepción de inseguridad que generan entre los ciudadanos.

El logro de la Ciudad de México en materia de reducción de la delincuencia no fue un proceso sencillo. Tras aplicar la política inicial de datos abiertos en 2019, reconocieron que carecían de una estrategia a largo plazo para la divulgación de datos y que el portal no se estaba utilizando como se esperaba. Buscaron la ayuda de la Alianza Global de Ciudades Inteligentes del G20, que presentó a la ciudad una política modelo mundial y ayudó a transformar el portal de datos abiertos en lo que es hoy. La ciudad pretende consagrar este enfoque revisado en una nueva política de datos abiertos más sólida antes de que finalice el mandato de la administración en 2024 y hacer permanente su enfoque basado en los datos para la elaboración de políticas.

La política modelo sirvió a Ciudad de México como guía práctica para alinear su propio enfoque con las mejores prácticas de otras ciudades. La red latinoamericana de la Alianza, en colaboración con Deloitte, prestó un importante apoyo a la aplicación de las políticas modelo mundiales desarrolladas por la Alianza y ayudó a las ciudades de la región a adaptarlas al contexto local. Las redes regionales son instigadoras del cambio, ayudando a ciudades como Ciudad de México a realizar cambios sobre el terreno que transforman su enfoque de los datos y la tecnología.

"El trabajo que realizamos a través de las redes regionales es donde se produce la acción", dijo Fumikazu Kitagawa, socio de Deloitte Japón. "Ayudamos a convertir las mejores prácticas internacionales en políticas específicas a nivel local que hacen que las ciudades inteligentes sean más responsables, se basen en los datos, se centren en las personas y estén preparadas para el futuro."

Además de América Latina, la Alianza del G20 y sus socios están trabajando con más de 100 ciudades de todo el mundo para apoyar la adopción de políticas tecnológicas transformadoras. En Estambul, la ciudad está haciendo que los servicios digitales sean accesibles para las personas con discapacidad a través de políticas de adquisición de tecnología que favorecen una mayor inclusión. En la ciudad de Tsukuba, el gobierno local está situando la confianza de los ciudadanos en el centro del programa de transformación digital de la ciudad, poniendo a prueba una nueva política de privacidad, la primera de este tipo en la región.

Para saber más sobre cómo la Alianza del G20 está ampliando su red de ciudades para acelerar el uso responsable de los datos y la tecnología, pulse aquí.