El carbono-neutralidad ayudará a China a sostener su desarrollo. Las asociaciones público-privadas son clave

Desde que China anunció hace tres años que será neutra en emisiones de carbono antes de 2060, ha habido un acalorado debate sobre si se debe dar prioridad al crecimiento económico o a la acción por el clima.

Pocos, sin embargo, abordan cómo los beneficios a largo plazo superarán las pérdidas a corto plazo. Aún menos han debatido cómo este compromiso climático podría provocar un cambio de valores profundamente arraigados en nuestro actual paradigma de desarrollo.

He aquí mi respuesta: la neutralidad del carbono es, de hecho, la solución para sostener el crecimiento de China. Se trata de un momento histórico que permitirá al país mantener el impulso del desarrollo, o milagro, y el crecimiento económico de las últimas cuatro décadas.

Y esta hazaña sólo puede elevarse aún más si situamos el concepto de "cambio de paradigma" en el centro mismo.

A principios de este año, durante la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, el entonces Viceprimer Ministro chino Liu He mencionó en su discurso especial el cambio de paradigma del desarrollo ecológico.

Este concepto, propuesto anteriormente por expertos como Nicholas Stern y yo mismo en un informe publicado en diciembre pasado, postula que la neutralidad del carbono requiere un cambio profundo del actual modelo de desarrollo, marcado por el carácter insostenible de la revolución industrial, a un paradigma centrado en la sostenibilidad.

Además de los esfuerzos en curso hacia objetivos individuales, como la transición energética, la descarbonización de la industria y la restauración de la naturaleza, esta noción exige un examen sistemático de nuestros valores y enfoques de desarrollo profundamente arraigados. Analiza la finalidad del desarrollo, la definición de bienestar y los métodos que empleamos para producir.

El informe aborda estos interrogantes esbozando algunos principios rectores para el cambio de paradigma. Y lo que es más importante, destaca los puntos fuertes de China que le permiten desempeñar un papel de liderazgo en este cambio y servir de modelo para otros países en desarrollo.

Entre ellos figuran la capacidad del gobierno chino para coordinar el cambio sistémico, su vasto mercado interior y su potencial de crecimiento, su ventaja actual en tecnología verde y el papel de la digitalización.

Aunque todos estos factores son vitales para facilitar un cambio de paradigma, es necesario apoyarlos con una sólida asociación público-privada.

No cabe duda de que el gobierno desempeña un papel fundamental, especialmente en China, donde no sólo actúa como regulador, sino también como agente clave del mercado. Aunque las políticas informan e incentivan a los responsables de la toma de decisiones en el mercado, debe colaborar estrechamente con los participantes en el mismo.

Las empresas son las emisoras de carbón, pero también las impulsoras de soluciones innovadoras para descarbonizarse y descarbonizar nuestro futuro. Algunas empresas e industrias ya han tomado la delantera en la carrera ecológica mundial.

Por ejemplo, China, que alberga a la mayoría de los principales fabricantes fotovoltaicos del mundo, es desde hace años líder mundial en financiación verde y cuenta con empresas estatales de energía que invierten audazmente en renovables.

Ambos pueden trabajar juntos para catalizar avances tecnológicos y fomentar modelos empresariales innovadores, garantizando un cambio de paradigma ágil y eficaz.

También podemos sacar lecciones de la historia.

El mercado chino de vehículos eléctricos (VE) ha experimentado un auge en la última década, a lo largo de la cual hemos visto subvenciones financieras, préstamos, exenciones fiscales, políticas de uso del suelo, contratos de adquisición y políticas de incentivos a los clientes: por ejemplo, puedes obtener antes la matrícula de tu coche si eliges un VE en lugar de un vehículo de gasolina.

Durante este periodo, también hemos sido testigos de la química entre esos esfuerzos gubernamentales y las iniciativas empresariales del sector privado.

Por ejemplo, la batería es un requisito clave para cualquier vehículo eléctrico, y los fabricantes chinos de baterías están defendiendo en todo el mundo las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP). Estas son mucho más seguras y baratas que otras homólogas ampliamente utilizadas en Occidente, aunque inicialmente no eran la primera opción debido a su menor densidad energética y su escaso rendimiento a bajas temperaturas.

La asociación público-privada en esta historia de éxito contribuye a la posición de liderazgo de China en este juego. Al combinar la visión del gobierno con el espíritu empresarial, este tipo de asociaciones da vida a muchos de los puntos fuertes y las ventajas de que dispone China.

De cara a las próximas cuatro décadas, es esencial una asociación público-privada aún más fuerte para adaptarse eficazmente al nuevo cambio de paradigma. Esperamos que esta asociación sea eficiente, complementaria, dinámica y sistémica. Tres elementos serán cruciales.

Instrumentos políticos innovadores. Estos desempeñan un papel fundamental. De los éxitos ecológicos de China en el pasado, incluida la industria de los vehículos eléctricos, se desprende que las políticas garantizan a los agentes del mercado incentivos suficientes. En esta asociación, los gobiernos deben dar protagonismo a las herramientas públicas de gran relevancia empresarial.

Deben emplearse impuestos preferenciales, subvenciones financieras, contratación pública, acuerdos sobre el uso del suelo, reciclaje del talento y otros incentivos innovadores. Las acciones de las empresas pueden alimentar la formulación de políticas para mejorar los mecanismos de incentivación, y la retroalimentación mutua garantiza la eficiencia.

Un marco de macrogestión de la financiación de las emisiones cero de carbono. Se necesitan urgentemente herramientas financieras para garantizar el éxito de la transición. En la última década, China ha liderado la carrera de la financiación para la transición ecológica. A finales de 2022, ocupaba el primer puesto en préstamos verdes pendientes, con 15 billones de CNY (2,088 billones de dólares), y el segundo en bonos verdes, con 1,1 billones de CNY (153 billones de dólares).

El cambio de paradigma requerirá, además, herramientas de financiación más innovadoras en el mercado para descarbonizar la transición de toda la economía, especialmente en los sectores difíciles de descarbonizar. La asociación puede facilitar la movilización de financiación procedente de diversas fuentes, como el capital público, la inversión privada y las donaciones filantrópicas.

Innovación tecnológica. Igualmente importante es que la tecnología es el ámbito en el que más se entrelazan la política y la financiación, y en el que el sector privado puede tomar especialmente la iniciativa. El gobierno fomenta un entorno favorable a la innovación tecnológica para los agentes privados.

Puede incluso crear un banco de tecnología neutra en carbono que utilice el capital público para impulsar la inversión privada y filantrópica en innovación. Y esta última debe aprovechar aún más su mentalidad emprendedora y replantearse los riesgos como oportunidades para profundizar en diversas vías tecnológicas hacia la neutralidad del carbono.

Con esos tres pilares en su sitio, la asociación público-privada sostendrá la antorcha e iluminará el camino hacia el cambio de paradigma. Los debates para reforzar esta asociación pueden comenzar en la Reunión Anual de los Nuevos Campeones de este año en Tianjin, un momento para el diálogo, la innovación y la asociación.

El momento de estos debates es oportuno. El compromiso de China de alcanzar la neutralidad de carbono en 2060 representa una oportunidad única para alejarse del modelo de desarrollo tradicional arraigado en su revolución industrial.

El paradigma ecológico y el avance hacia la neutralidad de las emisiones de carbono requieren una mayor cooperación entre los sectores público y privado, lo que exige innovación y asociación y establece un modelo para más mercados emergentes. La conversación está en marcha.

Una versión de este artículo apareció también en el sitio web de Yicai Global.